Gran éxito de la primera edición
Congreso Ibérico de Oleicultura: Grandes expertos del sector analizaron cómo generar valor y renta neta desde la almazara
Úbeda acogió el 29 de mayo el I Congreso Ibérico de Oleicultura, una cita que situó a la almazara como eje de generación de valor y renta neta. Juan Vilar Consultores Estratégicos y Grupo Interempresas lograron reunir al sector olivarero en torno a cinco mesas redondas que aportaron conocimiento y diversidad de puntos de vista a los asistentes.

A las nueve de la mañana, los ubetenses iniciaban su rutina diaria. Mientras tanto, las puertas del Hospital de Santiago estaban abiertas, esperando invitados. El sector olivarero tenía una cita en este edificio emblemático datado del siglo XVI. Le incumbía, y mucho. Se trataba del 'I Congreso Ibérico de Oleicultura, la Almazara como centro de generación de valor y de renta neta'.
Los equipos de Juan Vilar y Grupo Interempresas congregaron a profesionales que representan todos los eslabones de la cadena de producción del aceite. Eso incluye viveros, empresas de maquinaria, maestros de almazara y los responsables de transformar los subproductos de la aceituna en material aprovechable para la industria, como el biogás.
Nuevo ciclo para la producción de aceite de oliva
Antes de ceder la palabra a las autoridades locales, Ángel Pérez, director del Área Agropecuaria de Interempresas, dio la bienvenida a los asistentes y confió en que las cinco mesas redondas previstas resultaran de interés y utilidad.
Antonia Olivares Martínez, alcaldesa de Úbeda, alabó el papel de la ciudad como anfitriona. El olivar es mucho más que un valor económico, expuso, “representa una sociedad, una cultura que está abierta a transformarse”. Olivar y aceite es un binomio que forma parte del patrimonio de la humanidad.
Francisco Javier Lozano, diputado de Promoción y Turismo de Jaén, agradeció a la organización y al Ayuntamiento hacer posible un congreso de tales características. Durante su discurso, enumeró los retos por los que atraviesa el sector del olivar: mejora de la competitividad, sobre todo a nivel internacional, la mejora de la gestión, incorporar las nuevas tecnologías en la cadena de producción, la lucha por en cambio climático y el posicionamiento del aceite de oliva como la grasa más saludable del mundo.
Además de citar el impacto de ferias como Expoliva y la incertidumbre que provocan los aranceles de EE UU, también expuso las estrategias que se están llevando a cabo para encontrar nuevos mercados. La más relevante es asociar el AOVE como un producto saludable mediante la iniciativa de Jaén Selección. Bajo este paraguas, los aceites españoles se promocionarán en Turín en la restauración italiana.

Antonia Olivares Martínez, alcaldesa de Úbeda, atendiendo a los numerosos medios que acudieron a cubrir el Congreso.
Juan Vilar fue el tercero en intervenir. Dio las gracias a todos por el apoyo al evento y trajo a colación algunos datos para poner a la audiencia en contexto. Destacó que el consumo de aceite de oliva crece menos que el de otros aceites vegetales. Una segunda circunstancia, apuntó Vilar, es que “tenemos el leñoso que en mayor medida se ha plantado en los últimos cinco años por los tipos de precios del orden entre 70 y 150.000 hectáreas”. A ello, se le suman las incidencias y cotizaciones a través de la climatología.
“Nos encontramos en un cambio de ciclo”, afirmó. “Tenemos una situación en la que los precios son peores de origen”. Y esta, con todas sus complejidades, posee dos fuentes de renta especialmente significativas: una es el campo; la otra, la almazara.
El objetivo del congreso, pues, no fue otro que debatir cómo optimizar los procesos y que la renta neta quede en manos de los productores.
Los pros y los contras de la almazara cooperativa y la industrial
El propio Juan Vilar inauguró la primera mesa. 50 minutos y 5 invitados, todos de gran nivel. Durante sus intervenciones expresaron su punto de vista, a la vez que presentaron el modelo que utilizan para desarrollar su actividad profesional.
Eduardo Valverde, CEO del Conde de Benalúa, fue el primero. 39 años en el sector. En su opinión, la decisión del agricultor sobre dónde llevar su aceituna a moler es determinante. Este mercado es volátil. Ser eficiente, obligatorio. En cuanto a la tecnología, afirmó que es imprescindible saber haca dónde se quiere ir.
Mari Carmen Gámez, gerente SCA Ciudad de Jaén, contó que su cooperativa es fruto de dos empresas, gracias a un grupo de socios que decidieron fundirse en una cooperativa. Su objetivo principal es mirar por el agricultor. Pasado el tiempo, la organización ha crecido en socios y terceros. La clave es confiar en el equipo. Si sus miembros se comprometen, el olivarero también acabará haciéndolo.
Alberto Bueno, director comercial de Haus Iberia, expresó su total acuerdo con Valverde y Gámez. Hay almazaras que funcionan bien y otras mal, como las personas pueden ser buenas o malas. En el caso de la producción de aceite, es clave dimensionar la almazara a lo que necesita.

En referencia a la almazara industrial, entró en juego Eduardo Rosa, COO Molino de Genil y Lagar do Sobrado. “Hay que tratar muy bien a proveedores y consumidores” fue el primer input que lanzó. En seguida, el discurso viró hacia la eficiencia. El volumen es necesario para conseguirla.
Remi Morillo, CCOO de Grupo Oleícola Jaén, puso sobre la mesa que es necesario saber los costes de producción. En todo caso, basándose en ellos y la cosecha, el olivicultor puede decidir dónde molturar dependiendo de sus necesidades. Cuantos menos kilos se molturen, más se multiplica el gasto de recursos.
A la pregunta de qué perfil debe tener una almazara para ser eficiente para el agricultor, Eduardo Valverde respondió que los integrantes de una cooperativa deben pensar como una empresa. También que es imprescindible hablar de la marca. Al tema de la integración, juzgó que puede ser una buena opción para aquellas que tienen problemas. “La mejor manera de ganar rentabilidad es tener una buena y gruesa cartera de clientes”.
Mari Carmen Gámez afirmó que tanto una fórmula como la otra puede ser beneficiosa. La integración sirve para quiénes necesiten recursos. A parte: los subproductos también pueden rentabilizarse.
Alberto Bueno remarcó la necesidad de seguir una estrategia clara. Eduardo Rosa contestó a la pregunta con una frase: “o me integro o muero”. Remi Morillo subrayó la utilidad de la mirada empresarial para hacerla rentable.
Uso de datos para mejorar la renta del agricultor
Con rapidez, se sucedió el cambio de micros. Sergio Caño, socio profesional y principal de Juan Vilar Consultores Estratégicos, moderó la segunda mesa, titulada ‘Disponibilidad y uso de datos en la mejora de renta del agricultor’. La estrenó Antonio Roldán, experto en tecnología NIR, de Foss Iberia. Su planteamiento inicial consistió en la premisa de que para mejorar la renta hay dos caminos diferentes: disminuir los gastos de producción o subir los gastos de venta a través del posicionamiento del producto.
Rafael Bascón, CEO de Itea, manifestó la predisposición de la compañía por escuchar a los maestros de almazara para mejorar los procesos de la maquinaria. La automatización permite que el maestro solo deba modificar el sistema de control automático. Esto le permite tomar decisiones. La IA es un punto más en la ecuación. Su capacidad para recoger datos y determinar qué le pasa exactamente a la máquina es clave para actuar dónde lo necesite.
Alberto Guzmán, CEO de Ansotec, reconoció que, aunque su empresa lleva ocho años en el sector oleícola, acumulan un siglo de experiencia en control de procesos en otras industrias. Cuando se trabaja con máquinas, es muy importante ser capaz de convertir los datos en información, remarcó. Para Ansotec, las personas son muy importantes. Al fin y al cabo, basarán sus acciones en ella. Trabajar con la digitalización, dar velocidad y eficiencia a la maquinaria y preocuparse por la trazabilidad son parte primordial de la ecuación.

Entró en acción Juan Tello, gerente de Laboratorios J. A Tello. Su intervención se inició con una pregunta coloquial: ¿Qué pinto yo aquí? A partir de esta premisa desarrolló una reflexión sobre la transformación del trabajo y las funciones de los operarios. Con la irrupción de la IA, el empleado se convierte en supervisor. Los análisis, además, en poco tiempo llegarán al nivel de los de investigación. En el presente, ya se pueden utilizar técnicas interpretativas muy complejas.
Rafael Vilches, director general de Indea Technologies situó a la audiencia en su contexto profesional de 1992. En ese momento se estaba implementado el sistema de dos fases, con un control. Las circunstancias le hicieron comprender que la automatización y recoger datos son necesarios. Con recopilar 3 o 4 puntos clave, es posible saber si la almazara es rentable o no. El maestro debe poder analizar cómo va la fábrica y sacar conclusiones. La información a tiempo real es muy valiosa en este sentido. “La almazara es un sector tradicionalista que ha ido integrando la automatización poco a poco.”
Juan Solís, CEO de Gesca, intervino comentando que el dato ayuda a comparar lo que pasa hoy con lo que pasó ayer. En el campo, la situación que sobresale de las demás es el momento de recogida. En la almazara, propuso que generar un KPI específico puede ayudar mucho a interpretar qué pasa y qué hacer mañana.
Tras enumerar datos útiles para la cadena de producción, Pedro Martínez, CEO de IMS mencionó la formación como una pata más del rendimiento. “El tiempo que el maestro quiera formarse genera una rentabilidad impresionante”.
Molturación: ¿tecnología o pericia?
Tras la pausa para el desayuno, se retomaron las ponencias en el auditorio. ‘El proceso de molturación: ¿Tecnología, pericia o combinación de ambas?’ inició la segunda parte. Rubén Garzón, CEO de Garzón Green Energy, moderó la mesa. Comenzó Rodrigo Jaén, CEO de Pieralisi. El directivo constató que en su trayectoria ha constatado que el modelo de negocio de la almazara debe venir del consumidor. Para conseguir un aceite de calidad, es preciso molturar de una forma determinada.
Por otro lado, las almazaras con mayor volumen buscan la máxima extractabilidad. La maquinaria debe estar adecuada a ello. Tampoco es lo mismo una arbequina que una picual. Los datos deben reflejar esta realidad para que, en consecuencia, el maestro haga los ajustes oportunos y se consigan los mayores resultados.

Mesa 3: ‘El proceso de molturación: ¿Tecnología, pericia o combinación de ambas?’.
Ángela Manzano, CEO de Manzano Flottweg, dirige un legado. “Lo mejor está por venir, pero hay que ver cuánto han cambiado las cosas tanto en lo agronómico como en lo industrial.
Carlos Fuentes, Sales & Operations manager Ibérica FoodTech en OptiCept Technologies, también se definió como el representante de una empresa joven. La tecnología de los pulsos eléctricos es la que utilizan, presente también en la industria alimentaria. Su mayor intención es ayudar al maestro a hacer su trabajo.
Joaquín Molina, CEO de Secaderos de La Loma respondió a la pregunta de cómo generar renta neta con su propuesta de “rentabilizar y valorar los subproductos”. La piel y el hueso de la aceituna, el orujo y la hoja, que tiene propiedades demandadas, pueden ayudar a mejorar la optimización de la producción de aceite.
Así el proceso de molturación está adaptado a los nuevos cultivos, Ángela Manzano responde que se han hecho cambios tecnológicos a causa de las nuevas variedades. Rodrigo Jaen resaltó que todavía queda mucho por hacer. Para Manuel Jiménez, es primordial compartir conocimiento, ver las tendencias y saber usar la tecnología para ser rentable. También, por supuesto, la importancia de la formación de los maestros. Sus diversas tipologías pueden convivir.
‘Estrategias competitivas de cultivo y su incidencia en proceso y renta’
La penúltima mesa llevó por título ‘Estrategias competitivas de cultivo y su incidencia en proceso y renta’. Moderó Cristóbal Sánchez, Market manager de Gea.
Juan Requena, CEO de Plantas Continental, expuso el valor del pasaporte fitosanitario que certifica la Junta de Andalucía. Su vivero cuenta con 5 certificaciones, 20 hectáreas de material base y entre 6 y 8 millones de plantas. El certificado asegura que están libres de virus u otras enfermedades o plagas. Hay una garantía.
Paco Carmona, CEO de Carmonagro, aportó una óptica realista. No hay una variedad perfecta para cada finca, “todo es fijarse en ella y tener en cuenta el suelo, la disponibilidad del agua, la gestión técnica…” La transformación del olivar tradicional al mecanizado requiere factores tanto técnicos como económicos.

Mesa 4: ‘Estrategias competitivas de cultivo y su incidencia en proceso y renta’.
Lázaro Cano, responsable comercial de AGR España, sostuvo que quién debe llevarse el gato al agua es el agricultor. Como es natural, gestionar mal el gasto hace disminuir los beneficios. El límite de coste del cultivo se acerca a los 3 euros. Si no se está dispuesto a venderlo más alto, la producción es deficitaria.
Manuel Caravaca, presidente de AEMODA, reconoció que los maestros de almazara están aprendiendo a manejar nuevas variedades. Eso, entre otras cosas, puede implicar, para ser productivos, “jugar con la velocidad, diferenciales, diafragma… Más adelante, insistió en que el agricultor debería entrar más en fábrica para conocer el proceso. Otro aspecto que también mencionó fue la profesionalización. Obtener el mejor producto requiere contar con profesionales formados.
Aprovechamiento de los subproductos para crecer
La última mesa tuvo como presentador a José Antonio La Cal, CEO y fundador de Bioliza. Llevó por título 'La optimización de cooproductos como unidad de negocio de aportación de valor.'
El primero de los invitados en exponer su visión fue Olivier Guitteny, gerente desarrollo de negocio Gases Renovables de VINCI Energies. Es imposible seguir el hilo de un tema desconocido. Por ello, lo primero que hizo fue explicar qué es una planta de Biogás y cómo funciona. De los subproductos que se derivan del mismo, hizo hincapié en el digestato. Dicha sustancia puede almacenarse o darle varios usos. Entre ellos, convertirlo en fertilizante.
Marco Montalto, Head Deputy del equipo de Green Energy de Axpo Iberia, se centró en el cuidado de las bacterias presentes en los procesos químicos de transformación del alperujo y en hacer una buena gestión de los sustratos. Esto es clave para el éxito. Es posible que una almazara pequeña no pueda permitirse el coste de montar una infraestructura para aprovechar el alperujo. Las plantas de producción de biogás pueden convertirse en una oportunidad para hacerlo.

Rafael Lapique, director de operaciones en Avalon Renovables, subrayó su interés por la industria oleícola, más en concreto por el alperujo y sus posibilidades. Sostenibilidad y economía circular. Es una fuente de biomasa renovable, que puede servir para producir agua para regar o conseguir hidrógeno mediante electrólisis.
Antonio Ruano, CEO de Itelec, estableció un paralelismo entre el alperujo y el hueso de cereza. Este segundo es otro subproducto que se está empezando a abrir.
Estíbaliz Castillo, científico Sr Primary Conversion de Repsol, manifestó el interés de la multinacional por la búsqueda de nuevos sustratos. El alperujo se adapta muy bien a lo que buscan. En concreto su atención se ha focalizado en el biometano y la digestión anaerobia. No obstante, proyectos de este calibre no pueden hacerse en solitario. La colaboración dentro del sector marca la diferencia.

Juan Vilar y Manel Gastón, impulsores del Congreso.
Almuerzo y networking
El tiempo avanzó como estaba previsto. La última mesa puso punto y final y la concurrencia se trasladó de nuevo al patio para degustar el almuerzo. Durante el congreso hubo momentos para compartir conocimiento y espacio para la distensión, todo en su justa medida para evitar sobrecarga en la audiencia. El olivar y la aceituna, siempre en el eje central tanto dentro como fuera del escenario.