Especial
400 números acompañando al sector: historia y evolución de la revista Estaciones de Servicio
Periodista y Coordinador editorial de Estaciones de Servicio e Interempresas Material Eléctrico · Interempresas Media
07/08/2025
1988–1995 | Los años fundacionales y el fin del monopolio
Este periodo marcó no solo el nacimiento de nuestra publicación, sino también el inicio de una transformación radical en el mercado de los carburantes en España. Cuando lanzamos nuestro primer número en 1988, el sector se encontraba completamente regulado bajo el monopolio estatal ejercido por Campsa, compañía que gestionaba en exclusiva todas las actividades relacionadas con los combustibles en España.
En aquellos años iniciales, las estaciones de servicio eran, en su inmensa mayoría, propiedad directa o franquiciadas bajo un modelo vertical por las grandes petroleras. La competencia era prácticamente inexistente, lo que condicionaba los precios, servicios y modelos de negocio disponibles para el consumidor final.
Estatuto del gasolinero
UN LARGO CAMINO POR RECORRER
Con la publicación del denominado «Estatuto del gasolinero», relativo a las gasolinas y gasóleos de automoción, se abre un nuevo período en la adecuación de la legislación española a la de la Comunidad Económica Europea. El nuevo reglamento, que sustituye al de 1970, ha generado opiniones encontradas entre las distintas fuerzas sociales que componen el sector: Administración, patronal y sindicatos.
Cambios fundamentales
Los cambios fundamentales introducidos por el nuevo reglamento afectan al régimen jurídico de las diferentes modalidades de estaciones de servicio y gasolineras, así como al régimen de distancias. Por el contrario, se mantendrá prácticamente inalterado todo el capítulo relativo a las características técnicas de estas instalaciones.
Mantener el mercado
Con el apoyo expreso del Ministerio de Industria, las refinerías privadas españolas disponen de un plan de actuación que, entre otras medidas, contempla el reparto entre ellas de mil estaciones de servicio del área previamente monopolizada. Esta operación tiene como finalidad principal el mantenimiento de la cuota de mercado.
La iniciativa de repartir la red de gasolineras monopolizadas entre los refinadores nacionales cuenta con el apoyo expreso de la Administración. Los responsables de esta han visto en esta operación un paso necesario para mantener el actual mercado de combustibles y carburantes en manos españolas.
«Con una sola marca —comentaba hace tiempo el exministro de Industria, Luis Carlos Croissier— es muy difícil mantener una cuota del orden del 70 %, como la que hoy tenemos. Si queremos minimizar el impacto de la liberalización plena del mercado interior en 1992, necesitamos también una estrategia plurimarca.»
La estrategia del reparto de abanderamientos es una fórmula para controlar el mercado actual una vez desaparezca la legislación del monopolio. De este modo, la mayor parte de los contratos de abanderamiento señalan, en una de sus cláusulas, que al cesar la obligación legal de suministro exclusivo de Campsa, los propietarios de estaciones de servicio quedarán sujetos contractualmente a comprar sus combustibles a la refinería cuya marca figura en la gasolinera o, llegado el caso, a la compañía que esta determine.
Esta obligación contractual está limitada, en favor de los operadores, a un máximo de diez años, que es el período de compra exclusiva que reconoce la legislación comunitaria.
Plena liberalización
En lo que respecta a Campsa, su presidente, José Luis Díaz Fernández, señaló recientemente que «a los incentivos del mercado internacional se suman los derivados de pasar de una situación de monopolio que ha durado 80 años a otra de plena liberalización del mercado. Por ello, los empresarios del sector están obligados a un gran esfuerzo de adaptación acelerada».
En cuanto al canal de estaciones de servicio y aparatos surtidores, se han llevado a cabo las siguientes acciones:
Se ha proseguido con el incremento de la red propia de estaciones, que ascendía a finales de 1987 a 729 instalaciones, frente a las 391 del año anterior. Entre mayo de 1986 y mayo de 1988 se ha pasado de 206 a 906 estaciones de servicio propiedad de la compañía, lo que representa un aumento de 700 estaciones.
Como resultado, las ventas realizadas a través de la red propia han pasado del 14,6 % en mayo de 1986 al 32,8 % a principios del pasado mes, con un incremento del 18 %.
En septiembre de 1986 se aplicó la nueva imagen corporativa a tres estaciones de servicio con carácter experimental, con el fin de introducir las modificaciones que se estimaran pertinentes antes de proceder a su implantación masiva. Esta se inició en marzo del presente año y ha sido aplicada, hasta la fecha, en 350 estaciones de servicio y 150 puntos de venta gestionados bajo el régimen de franquicia. Además, se ha implantado en la totalidad de las instalaciones fijas y en unos 1.000 camiones cisterna. Hasta mayo del presente año se había extendido a otras 133 estaciones, previéndose alcanzar más de 1.000 puntos de venta con la nueva imagen a finales de 1988.
Minimercados y formación
También se ha trabajado en el desarrollo de nuevos formatos comerciales. En estos momentos están en operación tres minimercados en estaciones de servicio, y han entrado en servicio otros tres en el casco urbano de Madrid el pasado mes de julio. Se espera que a finales de año se encuentren en funcionamiento 12 minimercados, que tienen en gran medida un carácter experimental. La experiencia ha sido muy satisfactoria, según el presidente de la compañía, tanto por la acogida del público como por el favorable impacto en las ventas de carburantes y los resultados económicos, que responden plenamente a las previsiones del estudio de viabilidad.
El 1 de junio de 1987 entró en funcionamiento el Centro de Formación, donde se prepara a los gestores de estaciones de servicio en todos los aspectos relativos a promoción de ventas, atención al cliente, administración de la estación, etc. Hasta el final de dicho ejercicio se impartieron 12 cursos a 170 personas, previéndose una asistencia de 250 personas en el presente año.
En septiembre del año pasado se constituyó la empresa Socamp (60 % Campsa), y también se creó la sociedad Campsa-Red, destinada a la descentralización de la explotación de estaciones de servicio propias que hasta entonces eran administradas directamente por Campsa.
«Estamos satisfechos —afirma José Luis Díaz— con los resultados obtenidos, de los que merece destacarse que las ventas se han incrementado en cerca del 30 % en las referidas instalaciones durante los cinco primeros meses del año». [...]
Extracto de la publicación Estación de Servicio nº 2 (1988).
Con la entrada en vigor del reglamento sobre liberalización de las gasolinas y gasóleos, denominado 'Estatuto del gasolinero', se abrió un nuevo periodo para el sector.
El gran cambio llegó con la aprobación de la Ley 34/1992 de Ordenación del Sector Petrolero, impulsada por las nuevas normativas promovidas desde la entonces Comunidad Económica Europea (actual Unión Europea). La nueva normativa puso fin al monopolio y abrió paso a la competencia en todas las fases de la distribución de combustibles. Nuestra revista fue testigo directo y documentó detalladamente cómo empezaron a surgir nuevos operadores independientes, inicialmente tímidos, pero con una clara vocación de ofrecer alternativas.
En estos años clave para el sector, la revista, entonces denominada ‘Estación de Servicio’, desempeñó un papel esencial ofreciendo análisis técnico y empresarial sobre las consecuencias inmediatas de esta liberalización. Cubrimos las dificultades iniciales de adaptación del sector, la aparición de nuevos modelos comerciales y, sobre todo, la evolución hacia un mercado abierto donde el consumidor empezó a beneficiarse claramente de mejores condiciones y mayor diversidad de oferta.
Asimismo, en un momento clave para el sector desde la publicación se convocaron espacios y mesas de debate para tratar de aclarar la situación presente y futura de la distribución de carburantes en España.
Mesa redonda sobre el futuro de la gasolina organizada por 'Estación de Servicio'. 1988.
Participantes
- Juan Ignacio Cuberta, jefe de área de Distribución y Comercialización de la Delegación del Gobierno en Campsa.
- Mariano Fernández, presidente de la ConFederación de EE. SS.
- Alberto Sáiz, responsable de EE. SS. de Total España.
- Vanuel Amado, presidente de la Asociación Provincial de Barcelona de EE. SS.
- Jean-Marie Biermé, consejero delegado de CIR España.
- Alfredo Viaara, delegado Repsol Petróleos en Canarias.
- Antonio Onieva, gerente de Setor S.
- Julián Baraia, director adjunto de Harry.
- Salazar, gerente de Amperprodata.
- Fernando Castaño, presidente de la Asociación de Gestores de EE. SS.
- Salvador Font, director de Red de EE. SS. de Cepsa.
- Ramón Cerezo, director de Desarrollo y Relaciones Externas de BP España.
- Rafael Párrizas, presidente de la Asociación Provincial de EE. SS. de Albacete.
- Miche Verant, director de Satam Bennett.
- Enrique Grande, director de Explotación de Camosa Red.
- José Rebolo, director de Coordinación y Desarrollo en la red de EE. SS.
- Luis Muñiz, coordinador de Ingeniería de Foster Wheeler Iberia.
- Jesús Hernández, jefe del Dpto. de Monetética y Componentes Industriales de Landis and Gyr.
- Eugenio A. Feijoo, gerente de «Estación de Servicio».
- Fernando Cobo, director de «Estación de Servicio».
A comienzos de la década de 1990, el ecosistema empresarial español comenzó a experimentar una transformación significativa, en un contexto clave para la expansión del uso de las tarjetas de crédito como medio de pago habitual. Esta evolución tecnológica y comercial exigió una adaptación progresiva del modelo de distribución de carburantes, hasta entonces centrado en el efectivo y con una operativa muy estructurada en torno al sistema tradicional.
En paralelo, se consolidó una tendencia clara hacia la diversificación de servicios en las estaciones de servicio, con el objetivo de mejorar la rentabilidad de los activos y ofrecer una propuesta de valor más completa al cliente. Esta estrategia fue especialmente relevante en un sector que, desde 1927, había operado bajo un modelo monopolístico y que, tras la liberalización, se enfrentaba a un entorno de competencia creciente y nuevas exigencias operativas.
Entre los servicios complementarios más frecuentes durante este periodo destacan la instalación de equipos de lavado, la apertura de tiendas de conveniencia (minimarkets), la incorporación de máquinas de vending, la venta de lubricantes y, en algunos casos, la implantación de establecimientos de comida rápida. Estos elementos comenzaron a configurarse como pilares estratégicos para asegurar la sostenibilidad económica de las estaciones en un entorno cada vez más competitivo.
A mediados de la década, desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, ya se hablaba del incremento del número de puntos de venta, a raíz de la liberalización del monopolio, y de la problemática respecto a la rentabilidad de los mismos en caso de sobredimensionamiento de la red.
En 1988 se celebró la segunda edición de Exposición Internacional para las estaciones de servicio en Birmingham, donde se reunían las principales empresas del sector por aquel entonces. En España, no fue hasta el año 90, cuando Zaragoza acogió 'Expo ES', la primera feria dedicada exclusivamente a las estaciones de servicio en España.Allí, según recogió esta revista, más de 80 expositores se dieron cita del 13 al 15 de septiembre. Marcando un periodo boyante para un sector que había encontrado la senda del crecimiento y la modernización al dejar a tras el monopolio de hidrocarburos.
A inicios de los años 90 podemos observar como el ecosistema empresarial español estaba cambiando, en un momento clave para la expansión y uso de las tarjetas de crédito como método de pago.
Además, el Plan General de Carreteras, que se desarrolló entre 1984 y 1991, supuso un impulso a la movilidad vial en España, un punto fundamental para aquellos que suministraban las energías que lo hacían posible y que la revista Estación de Servicio recogió con la atención pertinente.
Este periodo fundacional sentó las bases para el profundo cambio estructural que, desde entonces, no ha dejado de transformar las estaciones de servicio en nuestro país.
Las principales firmas del sector se dieron cita en Zaragoza para celebrar la primera Exposición de equipamiento de estaciones de servicio (1990).
1996–2005 | El auge del operador independiente y la profesionalización
Esta década consolidó definitivamente la liberalización iniciada en años anteriores y permitió la entrada en escena de nuevos actores, marcando un antes y un después en la distribución minorista de combustibles en España. Nuestra revista, asentada como referente especializado, documentó esta expansión, poniendo el foco en la irrupción y desarrollo de las estaciones independientes, cooperativas y franquicias que transformaron radicalmente el mapa de distribución de carburantes.
Edición del consultorio legal en el nº 116 de Estaciones de Servicio (1998).
Los rápidos cambios normativos supusieron un desafío notable para las estaciones de servicio, en un periodo donde el acceso a la información era mucho más limitado que en la actualidad. Estaciones de Servicio, se posicionó como una herramienta clave para el conocimiento de la normativa profesional, incluyendo inserciones con las nuevas legislaciones que afectaban al sector. Así, en el año 1996 nace el Consultorio Legal de la mano de Mariano Aguado Abogados, que tiempo después pasaría a ser el actual Ejaso.
A finales de los 90, el fraude en el sector se convirtió en una problemática recurrente para los operadores.
La liberalización total del sector coincidió con la llegada del color a las páginas de Estaciones de Servicio, en un momento en que la industria iniciaba su modernización y comenzaba a mirar a Europa no solo como referencia, sino como horizonte de desarrollo.
El mercado vivió una creciente profesionalización que impulsó modelos innovadores de negocio y gestión. Fue en estos años cuando comenzaron a proliferar de forma significativa las tiendas de conveniencia dentro de las estaciones, transformando la experiencia del cliente y generando nuevas oportunidades de rentabilidad más allá del repostaje tradicional.
En paralelo, se produjo una auténtica revolución tecnológica: nacieron empresas especializadas en soluciones digitales y tecnológicas para estaciones de servicio. La implantación de software específico para gestión de inventarios, sistemas automáticos de control, fidelización y medios de pago fue cubierto extensamente por nuestra publicación, que se convirtió en la principal fuente técnica y empresarial para profesionales que buscaban adaptarse a la nueva realidad.
"En mayo de 1996, se estimaba que el 80 % de las gasolineras contaban con sistemas de lavado de vehículos".
Asimismo, comenzó a implantarse el autoservicio de productos petrolíferos, desplazando al expendedor hacia funciones complementarias, y como medida de prevención. No obstante, este modelo no alcanzaría una implantación generalizada en la red española hasta el nuevo siglo.
Además, durante este periodo el lavado de vehículos se consolidó como una línea de negocio esencial para las estaciones de servicio. En mayo de 1996, se estimaba que el 80 % de las gasolineras contaban con sistemas de lavado, con un parque de unos 4.400 equipos instalados. Ya en 1995, los puentes de lavado se habían convertido en la opción preferida, y comenzaba a apreciarse una clara inclinación hacia el modelo de autoservicio para el lavado de vehículos.
Durante estos años nuestra revista acompañó al sector en su evolución hacia una gestión más eficiente, moderna y orientada al cliente. Desde nuestras páginas se documentó el impacto positivo de estos nuevos modelos comerciales, así como el creciente protagonismo del operador independiente, que demostró poder competir en igualdad de condiciones con los grandes grupos tradicionales. Esta transformación marcó la pauta hacia un sector más dinámico, competitivo y profesionalizado, preparando así el terreno para los desafíos de los años siguientes.
2006–2015 | De la expansión al control: crisis, fraude y normativa
Este periodo supuso uno de los momentos más complejos y decisivos en la historia reciente del sector de estaciones de servicio en España. Tras más de una década de crecimiento sostenido, el impacto de la crisis económica global a partir de 2008 provocó una caída del consumo de carburantes y una reducción significativa de los márgenes comerciales. Nuestra revista, ya consolidada como referente técnico y empresarial, desempeñó un papel activo en la interpretación de este nuevo escenario, ofreciendo al sector herramientas de análisis para adaptarse a un entorno mucho más exigente.
En septiembre de 2008, nuestra publicación dio un paso más en su compromiso con el sector al convertirse en portavoz oficial de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES). Este acuerdo supuso un punto de inflexión en nuestra trayectoria editorial, al reforzar nuestro papel como medio especializado de referencia y canalizar de forma directa las preocupaciones, propuestas y posicionamientos del empresariado del sector.
Para la prensa, este periodo estuvo profundamente marcado por la consolidación de Internet 2.0 que daba paso a la interacción en línea y las redes sociales, lo que cambió para siempre el paradigma de la comunicación, incluso para la prensa técnica, que hasta este momento mantenía su modelo tradicional.
Lecciones de honradez
“Ser honrado tal como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil”. Pensará usted, amigo lector, que la cita es actual, que le viene al pelo a estos tiempos que nos ha tocado vivir, en los que algunos utilizan la excusa de la difícil situación económica para guardar sus principios en un cajón y buscar su beneficio, dejando de lado la honradez y la ética. Pero lo cierto es que la cita con la que comenzamos este editorial fue pronunciada por William Shakespeare hace unos 400 años. Es curioso que unas palabras dichas hace cuatro siglos sean perfectamente válidas hoy en día. Es lo que tienen los clásicos; su visión del mundo es atemporal.
Pero, ¿de verdad es tan extraordinario encontrar un hombre o mujer honrado en la sociedad que nos ha tocado vivir? A la vista de lo que uno tiene ocasión de leer en los medios de comunicación parece que sí. Dinero negro, delincuencia de cuello blanco, fraude fiscal y otros muchos tipos de prácticas censurables copan las portadas de los diarios y abren los informativos cada día. Así ha sucedido con el fraude del gasóleo destapado por la Operación Nehar, que ha arrojado la sombra de la sospecha sobre todo un sector.
Pero no podemos perder de vista -y así debemos transmitírselo a nuestros clientes, amigos y colaboradores- que estos hechos son noticia precisamente debido a su excepcionalidad. Lo normal es que los empresarios de estaciones de servicio cumplan escrupulosamente la normativa, que es mucha y farragosa, y operen bajo el paraguas de la más estricta legalidad. Lo normal es que, a pesar de ser el eslabón de la cadena de distribución de carburantes más duramente golpeado por la crisis, los gasolineros se dejen la piel en sus negocios y observen al milímetro las reglas que regulan su actividad. Lo normal es que sean, que seáis, honrados.
Pero sucede que en todos los rebaños hay una oveja negra, o 47, que es el número de estaciones de servicio involucradas en el fraude del gasóleo. 47. Apenas el 0,4% del total de las instalaciones de suministro que hay en nuestro país. Ese ínfimo, despreciable, ridículo porcentaje, ha manchado el nombre de miles de hombres y mujeres que sí pelean dentro de los márgenes de la ley para sacar adelante sus negocios y -no lo olvidemos- prestar un servicio esencial a la sociedad.
Ahora pensemos: ¿Qué tanto por ciento de políticos están implicados en asuntos turbios? ¿Cuántos fontaneros no cobran el IVA? ¿Cuántos ciudadanos defraudan a Hacienda? ¿Qué proporción de cooperativas retuercen las normas para obtener mayores beneficios? Esto último no podemos saberlo con certeza, porque aunque parezca increíble varias comunidades autónomas no someten a inspecciones en materia de industria a las cooperativas agrícolas que venden carburante. Inexplicable, pero cierto.
El caso es que muy probablemente las respuestas a las preguntas arriba formuladas evidencien que a pesar de la ola de alarmismo que ha sepultado el prestigio del sector del carburante, todas y cada una de las actividades a las que nos hemos referido tengan entre sus filas a impresentables que no cumplen la ley y no por ello quedan estigmatizadas en su conjunto. La honradez de todo un sector no se mide por lo que hagan cuatro chorizos, sino por el comportamiento diario de la mayoría de sus integrantes y por la respuesta que estos dan cuando se destapa un fraude como el del gasóleo. Y en eso a los gasolineros nadie puede darles lecciones de honradez.
Editorial: Revista Estaciones de Servicio nº 290
Uno de los elementos más críticos de la década fue la proliferación del fraude en la distribución y comercialización de carburantes, que alcanzó niveles alarmantes y afectó de manera desigual a operadores de distintos tamaños. Desde nuestras páginas se denunció de forma sistemática esta práctica, y se ofrecieron análisis técnicos y jurídicos que ayudaron a visibilizar el problema y articular respuestas desde el sector y las administraciones públicas.
Como consecuencia de esta situación, se produjo una intensificación del marco normativo, con nuevas exigencias fiscales y técnicas como la implantación del control volumétrico obligatorio y el refuerzo de la trazabilidad de los productos.
Paralelamente, se introdujeron importantes obligaciones de transparencia, como la que obligaba a las estaciones de servicio a comunicar diariamente sus precios de venta al público al Ministerio de Industria. Esta medida dio lugar al desarrollo de herramientas de consulta como el Geoportal de Hidrocarburos, y buscaba fomentar la competencia efectiva y mejorar la información al consumidor.
'El nuevo consumido '- Estaciones de Servicio nº214 (febrero de 2007).
La década también estuvo marcada por un cambio profundo en el comportamiento del consumidor, mucho más informado, sensible al precio y menos vinculado a marcas tradicionales. El auge de comparadores digitales y el contexto económico favorecieron decisiones de compra basadas en la conveniencia y la experiencia global de servicio. Esta evolución obligó al sector a reforzar su estrategia comercial y a mejorar su oferta complementaria.
El lavado de vehículos, en ese contexto, se consolidó como una línea de negocio estratégica ante la pérdida de rentabilidad del carburante. El sector incorporó tecnologías más eficientes, respetuosas con el medio ambiente y orientadas al autoservicio, lo que permitió ofrecer una mejor experiencia al cliente y reducir costes operativos.
El compromiso medioambiental empezó también a consolidarse. A partir de 2009, se establecieron porcentajes mínimos obligatorios de biocarburantes en los combustibles fósiles, que alcanzaron el siete por ciento en contenido energético en 2013, combinando biodiésel (FAME) y bioetanol. Esta transición supuso desafíos técnicos y logísticos para los operadores, y desde nuestra publicación se abordaron ampliamente sus implicaciones en materia de calidad de producto, fiscalidad y suministro.
Durante estos años, el crecimiento de la red de estaciones de servicio mantuvo su trayectoria ascendente, superando por primera vez las 10.000 instalaciones activas. Este incremento respondió en buena medida al impulso de nuevos operadores, redes cooperativas y modelos vinculados a otras actividades económicas. Aunque la mayor capilaridad mejoró la cobertura del territorio, también reabrió el debate sobre la sostenibilidad operativa del sector y la presión sobre los márgenes comerciales.
Finalmente, cabe destacar la progresiva implantación de las estaciones desatendidas, un modelo que comenzó a expandirse con fuerza a finales de este periodo, especialmente en áreas rurales o de bajo tráfico. Las primeras regulaciones específicas —posteriormente culminadas en el Real Decreto 706/2017— comenzaron a perfilar los requisitos técnicos y de seguridad de estas instalaciones. El debate sobre su impacto laboral, su viabilidad y su seguridad fue ampliamente tratado en nuestras páginas, siendo la revista Estaciones de Servicio un punto de referencia para la defensa del modelo atendido y sus beneficios sociales y económicos.
En conjunto, esta década representó un punto de inflexión en la evolución del sector, caracterizada por la profesionalización, la regulación intensiva, la diversificación de modelos de negocio y el inicio de una transformación estructural que cambiaría el panorame de las estaciones de servicio durante los años venideros.
2016–2025 | Estaciones del futuro: transición energética y digitalización
Este último periodo, comprendido entre 2015 y 2025, ha estado marcado por la transformación más radical en la historia reciente del sector energético. La transición global, impulsada por las exigencias regulatorias europeas y una creciente sensibilidad social hacia la sostenibilidad, ha convertido el tradicional punto de venta de carburantes en centros multiservicio con una oferta diversificada, donde la movilidad eléctrica, el hidrógeno verde y otros combustibles renovables han comenzado a tener una presencia relevante.
Desde nuestra publicación hemos documentado exhaustivamente este cambio de paradigma, abordando con rigor técnico y empresarial los desafíos que implica para los operadores. En estos años, el sector ha debido adaptarse rápidamente a nuevas realidades tecnológicas, regulatorias y comerciales. Las infraestructuras de recarga rápida y ultrarrápida para vehículos eléctricos, las instalaciones pioneras de suministro de hidrógeno, y la creciente incorporación de biocombustibles avanzados, como el HVO (aceite vegetal hidrotratado) hasta concentraciones del 100%, han marcado buena parte de nuestra cobertura periodística, reflejando una diversificación sin precedentes en la oferta energética.
Paralelamente, hemos sido testigos de una acelerada digitalización, transformando los procesos internos de las estaciones, desde la gestión remota y automatizada hasta la implantación generalizada de sistemas inteligentes para medios de pago, fidelización y analítica de clientes. Estas innovaciones han permitido optimizar la eficiencia operativa, reducir costes y ofrecer una experiencia de usuario más fluida y personalizada.
El sector del lavado de vehículos ha seguido esta misma evolución, consolidándose como una industria digitalizada, automatizada y cada vez más alineada con criterios de sostenibilidad ambiental. En estos años se han generalizado los sistemas de reciclaje de aguas, la utilización de químicos biodegradables, la reducción del consumo energético por ciclo de lavado, así como el empleo de envases ecológicos y soluciones de dosificación más precisas.
Hemos presenciado como la conectividad ha pasado a ser un imperativo para las grandes redes de estaciones, que buscan modelos de negocio que permitan una experiencia completamente digital. Además, estos sistemas conectados permiten la monitorización precisa de las operaciones, aportando a los gestores soluciones de alto valor añadido para su negocio.
En términos estructurales, la red nacional de estaciones de servicio superó las 12.600 instalaciones, manteniendo su papel esencial en la vertebración territorial, incluso en un contexto de cambio de modelo energético. Esta densidad, impulsada principalmente por las estaciones desatendidas, plantea también nuevos retos de sostenibilidad económica y operativa, en un escenario donde las ventas de carburantes convencionales han comenzado a estabilizarse.
A esta transformación estructural se sumaron acontecimientos extraordinarios. La pandemia de la COVID-19, iniciada en 2020, puso a prueba la resiliencia del sector. Durante los momentos más críticos del confinamiento, las estaciones de servicio fueron reconocidas como infraestructuras esenciales, manteniendo la operatividad en condiciones extremadamente difíciles. La caída del tráfico, las restricciones de movilidad y la incertidumbre provocaron un desplome momentáneo de la demanda. Estaciones de Sevicio recogió el impacto directo en la operativa diaria, las medidas de protección implementadas y la reconfiguración del servicio al cliente.
Poco después, en 2022, la aplicación del descuento obligatorio de 20 céntimos por litro, aprobado por el Gobierno como medida excepcional frente a la escalada de precios energéticos, generó una fuerte tensión en el sector. Aunque la bonificación fue concebida como un alivio para los consumidores, su gestión operativa y financiera supuso una sobrecarga significativa para las estaciones de servicio, especialmente las independientes y de menor tamaño.
Por otra parte, el fraude en el comercio de carburantes ha resurgido como una amenaza persistente, adaptándose a nuevas formas y estructuras más sofisticadas. A pesar de los avances normativos y del refuerzo de los mecanismos de control, siguen detectándose prácticas que distorsionan la competencia y erosionan la confianza del consumidor. Nuestra revista mantiene su compromiso de vigilancia e información sobre esta problemática.
La irrupción de nuevos actores —como las redes independientes de electrolineras, agregadores digitales y plataformas tecnológicas— ha ampliado aún más el horizonte competitivo, obligando a las estaciones tradicionales a redefinir su propuesta de valor de forma continua. Las estaciones han pasado de ser simples puntos de repostaje a convertirse en plataformas de movilidad, donde la experiencia de cliente, la diversificación de servicios y el compromiso ambiental son elementos diferenciales.
Este periodo ha consolidado un nuevo modelo de estación de servicio, sustentado en la innovación tecnológica y la adaptación permanente a un entorno regulatorio y social cambiante.
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Algunas de las tribunas no están aún disponibles en la web. Encuentra el especial completo en el número 400 de Estaciones de Servicio.






















