Cómo la tecnología ha redefinido las estaciones de servicio en España
Jaume Arcarons, fundador de Alvic
12/08/2025
En cuatro décadas, el sector ha experimentado una metamorfosis completa.
Veníamos de un monopolio gestionado por la compañía estatal Campsa, creada en 1927 y disuelta en 1992. En el año 1988, cerca de la ruptura del monopolio, las estaciones de servicio eran un concepto totalmente diferente al que conocemos hoy. En la mayoría ya existían surtidores electrónicos, aunque todavía quedaban algunos mecánicos. El negocio principal era la venta de carburante y, el secundario, la venta de aceites y lubricantes.
La imagen era muy distinta a la actual: una marquesina muy simple con la imagen de Campsa, los surtidores ubicados en la pista y un pequeño espacio donde había algunos lubricantes y aceites. Los expendedores servían el carburante con una maleta colgada para cobrar al cliente, ya que los pagos eran prácticamente todos en efectivo, excepto algunos casos en los que se ofrecía crédito. En estos, se emitía un albarán manual. Al terminar el turno, los expendedores debían anotar el contador final acumulado de los surtidores y calcular la diferencia con el inicial, que habían anotado al empezar. Con este sistema reflejaban los litros vendidos. Luego contaban el efectivo de las bolsas de cada expendedor y lo incluían en este cierre manual, adjuntando los albaranes y comprobantes entregados a los clientes, de los cuales se guardaba una copia. La hoja manual de cierre se entregaba al encargado, quien apuntaba los datos del cierre en una libreta. En muchas ocasiones, él mismo hacía las facturas con algún programa informático muy básico, o incluso con una máquina de escribir.
En 1992 se rompió el monopolio de Campsa. Empezaron a entrar grupos internacionales como ELF, Total (antes CFP), Agip, entre otros, además de algunas empresas españolas. A partir de ese momento, aparecieron en el mercado marcas como Repsol, Petronor y Cepsa, abanderando estaciones de servicio. En ese momento, surgió un mercado de empresas privadas que compraban o construían estaciones y las abanderaban con su propia marca, o bien alcanzaban acuerdos con las compañías para usar su ‘branding’, normalmente con acuerdos de exclusividad en el suministro de carburante. En esta época, algunos grupos con experiencia en otros mercados empezaron a implementar tiendas de conveniencia en las estaciones, lo que supuso un giro importante en el mercado, ya que fue una tendencia que se implantó progresivamente en la mayoría de las estaciones.
En este contexto surgió la necesidad de contar con un sistema informático, principalmente para el control de estas tiendas de conveniencia. En nuestro caso, en Alvic teníamos un cliente privado, un grupo con unas seis estaciones de servicio, al que habíamos instalado un programa de gestión estándar. Nos pidieron algo mucho más ‘ad hoc’ para gestionar su negocio. Es en esta época cuando desarrollamos un programa de gestión específico para estaciones de servicio, al que llamamos SERVIGAS. Poco después, se nos solicitó un sistema POS para la tienda, que también desarrollamos. Inicialmente, en el mostrador había el sistema TPV para la venta de productos de tienda y una consola desde donde se controlaba la pista y se visualizaban los suministros. Con este sistema, se empezó a implantar el sistema de pago en tienda, fundamental para el desarrollo del negocio.
En el año 2000, el sector evolucionó hacia el servicio en pista mediante expendedores y el pago en tienda. Los sistemas POS fueron evolucionando, inicialmente con la conexión a las consolas de los surtidores para que el suministro a cobrar se recibiera automáticamente en el TPV ALVIC. Este fue un gran avance que permitió evitar errores humanos y representó el primer sistema semiautomático para el cobro de carburante en tienda.
Unos años más adelante, desarrollamos una consola estándar para todo tipo de surtidores, integrándola mucho más con nuestro sistema TPV. Posteriormente, este elemento se suprimió y, mediante un elemento electrónico denominado Concentrador, ‘Forecourt’ o ‘Pump controller’, logramos comunicar directamente con los surtidores y mostrar los suministros en el monitor del TPV sin necesidad de ninguna consola. Diseñamos y fabricamos nuestra primera versión del concentrador ALVIC-HPC. Sin duda, esta evolución tecnológica fue muy importarte para que las estaciones contaran con un sistema mucho más ágil y tuvieran un control total tanto de las ventas de carburante como de tienda. A partir de ahí, se implantó el sistema en el que el cliente se sirve en pista (‘self-service’) y realiza el pago en el mostrador de la tienda.
El mercado siguió evolucionando: se modernizó el parque de estaciones y se construyeron de nuevas. En el año 2000 había aproximadamente 6.000 estaciones de servicio en España, y hasta 2012 se construyeron unas 6.000 adicionales, alcanzando un total de 12.000. Tecnológicamente, durante este periodo, Alvic aportó al mercado nuevas herramientas comerciales muy interesantes para la libre competencia, como el módulo de ‘Loyalty’ y los terminales OPT (‘Outdoor Payment Terminals’), pensados para mantener operativas algunas estaciones durante la noche.
En 2012 se produjo un efecto muy significativo en el sector, que cambió completamente el concepto de estación atendida con tienda de conveniencia. Muchas estaciones, ya sin expendedores en pista, optaron por el autoservicio del cliente y el pago en tienda. En mayo de 2012 se puso en marcha, desde mi punto de vista, la primera estación de servicio con el concepto 'Low Cost': una estación completamente automatizada, que no necesita personal para su operación y que vende únicamente carburante. En plena crisis económica, el terreno se alquilaba a precios bajos y este modelo empezó a proliferar, primero en Cataluña y posteriormente en el resto del estado.
En este sentido, Alvic estuvo presente desde el inicio, aportando su tecnología para este tipo de estaciones, convirtiéndose en el socio tecnológico de referencia del mercado. Primero con un OPT denominado Autofuel, y posteriormente con terminales integrados en los propios surtidores, conectados a monolitos de precios, sondas, y un sistema para monitorizar la estación remotamente. Este fenómeno ha sido tan importante en el sector que, desde 2012 hasta hoy, la mayoría de las nuevas estaciones han seguido el modelo 'Low Cost', representando actualmente un 25% del mercado global.
Desde mi punto de vista, el mercado seguirá creciendo en estaciones 'Low Cost', principalmente porque hay grupos muy importantes que han apostado por este modelo, y porque muchas estaciones tradicionales se transformarán para convertirse en estaciones totalmente automatizadas. No obstante, considero que siempre habrá clientes que prefieran el servicio al máximo nivel y el modelo de estación tradicional. Y, sin duda, seguiremos viendo la proliferación y venta de otros tipos de energía, como la eléctrica, el gas y el hidrógeno.
Por supuesto, hay que tener en cuenta otras áreas dentro del sector que también han evolucionado en gran medida, tanto a nivel de mercado como tecnológico: la distribución de carburante para empresas y particulares, y el consumo privado de carburante por parte de empresas privadas. En este sentido, Alvic ha estado desarrollando sistemas tecnológicos que permiten a nuestros clientes llevar un control de estas empresas al máximo nivel, tanto en la gestión interna como en el cumplimiento de las normativas de la AEAT, especialmente en lo referente a la distribución de carburante.
Hoy en día, la tecnología es indispensable para cualquier negocio, pero en este sector considero que juega un papel todavía más relevante. En Alvic hemos evolucionado hacia pasarelas de pago inteligentes, aplicaciones para la fidelización de clientes, sistemas BI para el análisis del negocio, terminales OPT Vertex con altas prestaciones y bajo coste, concentradores ‘smart’, entre otros. Y seguimos innovando para ofrecer a nuestros clientes las mejores herramientas tecnológicas para competir y gestionar en un mercado cada vez más exigente y competitivo.
Quiero aprovechar la ocasión para dar las gracias a todos los clientes que confiaron no solo en nuestros productos, sino también en nuestras ideas para la evolución del sector. Modestamente, creo que hemos tenido nuestro papel importante en esta evolución y nos han hecho sentir protagonistas de esta interesante historia.
Para terminar, quiero felicitar a esta revista por su aniversario. Considero que ha sido, y sigue siendo, un referente en el sector. ¡Felicidades por este gran trabajo!






















