En medio de 200 ha de finca trujillana que ya los griegos cultivaron en la antigüedad, se alza el edificio que acoge a Bodegas Habla, una de las más avanzadas de nuestro país
Bodegas Habla, el vino convertido en arte
Todo esto sucedió exactamente hace 500 años: “Cuando en el 2000 iniciamos nuestro proyecto no teníamos historia y por eso quisimos apoyarnos en la historia más grande de excelencia conocida y que el propio Miguel Ángel marcara el estándar que debíamos seguir”, explican desde la bodega.
Toda gran marca comienza con un sueño “y el nuestro era crear la bodega con los vinos más especiales del panorama español y ser un referente internacional de la calidad y el espíritu creativo de nuestro país”, afirman. “Queríamos ir más lejos, construir una marca que se convirtiera en un icono, una marca que escribiera las nuevas reglas del sector”.
Tierras de Pizarro
En Trujillo (Cáceres), tierra de conquistadores, los fundadores encontraron el lugar perfecto donde hacer el vino con el que soñaban; un vino de terruño, concebido desde el campo y que contaba con sus aromas la historia de su procedencia: “Y así encontramos 200 hectáreas de tierra difícil, finca de pizarra, poco fértil y exigente, pero que sabe cómo cuidar a la planta. Al no recibir suficiente agua, la cepa lucha por sobrevivir y se esfuerza por encontrarla ella misma, da poco, pero da lo mejor de sí misma. De esta forma la uva nos contará con sus aromas dónde está plantada. Es la mística de la esencia’, señalan.
Mediante una combinación única de climatología y un exhaustivo análisis y cuidado del terreno, Bodega Habla es capaz de llevar a cabo su visión original de hacer un tipo de vino diferente a todo lo demás, sin artificios, honesto y con una fuerte personalidad nacida de la tierra misma.
Salón restaurante en las instalaciones de Bodegas Habla.
Bodegas Habla optó por los clones más exclusivos de Burdeos para lograr uvas que revelasen la esencia secreta de la tierra en su máxima expresión: la voluptuosidad del Tempranillo, la personalidad de la Cabernet Sauvignon, la exuberancia de la Syrah y la profundidad de la Petit Verdot, además de las recientes Malbec y Cabernet Franc.
Vinos que nacen en el viñedo
“Empezamos la elaboración de nuestros vinos con un análisis científico del terreno y la climatología. Además de un sofisticado estudio genético sobre los clones y posibles variedades, hicimos una profunda investigación del terreno usando los medios más sofisticados a nuestro alcance; tomamos fotografías de infrarrojos por satélite, aplicamos técnicas de teledetección y catas de profundidad mediante las cuales lo que en apariencia era una finca uniforme terminó derivando en 64 parcelas con características, valores y parámetros homogéneos entre sí, de modo que pudimos determinar no solo la idoneidad de variedades y clones, sino también la política de riego y el tratamiento necesario de cada una”, explican.
Cada finca está identificada y tiene un equipo humano que se ocupa de ella de forma exclusiva. Durante todo el proceso de elaboración del vino, se mantiene una trazabilidad absoluta para poder mejorar en cada detalle y limitar el azar en lo máximo posible.
“Igual que segmentamos la finca en 64 parcelas, asignamos a cada una de ellas un viticultor experto que vigila de forma individualizada para crear en las cepas un cierto déficit hídrico a fin de alcanzar el máximo potencial de cada una de ellas”, destacan. Para poder establecer los parámetros adecuados de riego, cada técnico responsable cuenta con un control mediante cámara a presión y tomas de valores de carbono isotópico C13, junto con la información suministrada por la estación meteorológica.
Además, el compromiso de la bodega con el respeto al medioambiente “es absoluto”, huyendo de tratamientos químicos de la tierra y efectuando una protección integrada del ecosistema de la bodega. “Jamás llevamos a cabo tratamientos sistemáticos, sino específicos, y solo en el caso de que sea estrictamente necesario. Lo hacemos, además, con productos certificados como ecológicos”.
Una bodega pionera
En Bodegas Habla son pioneros en el estudio del potencial aromático de la uva para determinar la fecha de la vendimia, en colaboración con Laboratorio de análisis el aroma y enología de la Facultad de Ciencias de Zaragoza. Asimismo, también fueron los primeros en trabajar con la influencia del riego en la capacidad aromática de la uva junto a la Facultad de Ciencias de Zaragoza.
Con la Facultad de enología de Burdeos y SARCO, Bodegas Habla ha sido pionera en la el estudio de la influencia de inóculos secuenciales de levaduras no Saccharomyces (torulospora) con Saccharomyces en la revelación de aromas, así como en la medición del flujo de savia para el conocimiento hídrico de la planta, en colaboración con El E.N.S.A. Montpellier y la Universidad de Berkeley.
Por último, la selección de levaduras autóctonas es otra de sus investigaciones pioneras, desarrollada junto a la E.T.S.I.A. de Madrid.
Habla la Tierra, Habla de ti... y Habla del Silencio..., tres de los grandes vinos de Bodegas Habla.