La vendimia 2025 en la DOP Jumilla se cierra con 49 millones de kilos y una añada de gran equilibrio
La Denominación de Origen Protegida Jumilla ha cerrado la vendimia 2025 con una producción cercana a los 49 millones de kilos de uva que cumplen con los requisitos del pliego de condiciones del Consejo Regulador. La cifra supone un ligero aumento de alrededor de un millón de kilos respecto a la campaña anterior y marca el inicio de una tímida recuperación del viñedo tras tres años consecutivos de sequía extrema.
El desarrollo del ciclo vitícola estuvo condicionado por una meteorología muy cambiante. El invierno transcurrió sin incidencias destacables y la primavera, especialmente lluviosa, permitió a las viñas recuperar parte del vigor perdido en campañas anteriores. El mes de marzo resultó clave para restablecer el equilibrio hídrico del viñedo, favoreciendo una brotación y un crecimiento vegetativo más homogéneos.
La evolución positiva se vio alterada en mayo por varios episodios de granizo. El más severo se produjo el día 10 de ese mes y afectó a más de 4.700 hectáreas de viñedo, principalmente en el sureste de la DOP Jumilla, provocando daños significativos en una parte del territorio.
En las zonas no afectadas por el granizo, el viñedo mantuvo un comportamiento regular durante el verano. El mes de julio, con temperaturas suaves, permitió que el ciclo avanzara dentro de los parámetros habituales. Sin embargo, a comienzos de agosto una intensa ola de calor, prolongada durante más de dos semanas y con varios días por encima de los 40 grados, aceleró de forma notable la maduración y adelantó el inicio de la vendimia en prácticamente toda la denominación.
Pese a este brusco cambio, la recolección se desarrolló con normalidad y sin incidencias relevantes. La uva llegó a bodega en muy buen estado sanitario, con una madurez completa y una concentración adecuada. No obstante, la satisfacción en la zona es moderada, ya que los rendimientos medios volvieron a situarse en niveles muy bajos, por debajo de los 2.000 kilos por hectárea, lo que mantiene a la DOP Jumilla entre las denominaciones con menor rendimiento, tanto a escala nacional como internacional.
Por variedades, la Monastrell volvió a ser mayoritaria, con más de 28 millones de kilos recolectados, mostrando un comportamiento equilibrado y acorde a su perfil tradicional. Las variedades blancas concentraron la vendimia en un periodo muy corto, con una recolección prácticamente simultánea. La Syrah, bien adaptada a las condiciones edafoclimáticas de la zona, presentó una evolución estable y una buena maduración, mientras que la Cabernet Sauvignon alcanzó un alto grado de madurez sin presencia de notas vegetales. En el caso de la Garnacha Tintorera, la maduración temprana redujo ligeramente la intensidad de color, aunque mantuvo un perfil aromático y gustativo muy positivo.
Desde las bodegas, la valoración general es optimista en términos cualitativos. Elena Pacheco, gerente de Bodegas Viña Elena, que inició la vendimia de Monastrell el 20 de agosto en el paraje Marín, uno de los más meridionales de la denominación, destaca que se trató de “una campaña que nos ha recordado lo esencial: estar presentes en el campo, observar con atención y decidir con rapidez”, y subraya que “la uva llegó a bodega en excelente estado sanitario, con madurez completa y buena concentración”.
En la zona norte de la DOP, Eloy Sánchez, gerente de la Cooperativa Santiago Apóstol de Montealegre del Castillo, coincide en la valoración positiva y señala que “en conjunto, van a ser vinos frutales, con estructura, sabor e intensidad”. A su juicio, la añada 2025 dará lugar a vinos con concentración y carácter, reflejo del tipo de verano vivido, “con personalidad y una expresión limpia y directa”.








