El intercambio de conocimientos y el aprendizaje mutuo para la transformación del sistema alimentario

En 2021 se ha lanzado el Proyecto FUSILLI, financiado por la Comisión Europea correspondiente a la llamada H2020-CE-FNR-07-2020-FOOD 2030. Coordinado por CARTIF, FUSILLI centra sus esfuerzos en dar soporte a distintas ciudades para facilitar su transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles, en línea con las prioridades de la iniciativa FOOD2030. El Proyecto aúna la experiencia de 34 socios de 13 nacionalidades entre los que se encuentran ciudades, universidades, pymes, ONG e industrias

El objetivo principal del proyecto FUSILLI es superar las barreras para el desarrollo e implementación de políticas integradas en el ámbito de la alimentación que permitan la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles en el entorno urbano, periurbano y áreas próximas a zonas rurales. Para lograrlo, FUSILLI cuenta con una red de 12 ciudades que compartirán conocimiento y experiencias para abordar los retos de la transformación de sus sistemas alimentarios, formada por; San Sebastián (España), Nilüfer-Bursa (Turquía), Oslo (Noruega), Kolding (Dinamarca), Turín (Italia), Castelo Branco (Portugal), Differdange (Luxemburgo), Rijeka (Croacia), Kharkiv (Ucrania), Tampere (Finlandia), Atenas (Grecia) y Roma (Italia).

Para ello, los días 27 y 28 de enero de 2021 más de 100 personas de 34 organizaciones se reunieron para poner en marcha esta iniciativa, trabajando de manera colaborativa en los 8 paquetes de trabajo previstos que se desplegarán en los próximos cuatro años. La directora de Políticas de la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea, Tatiana Tallarico, ofreció la bienvenida al consorcio explicando la ‘Transformación de los sistemas alimentarios en la política de la Unión Europea’, haciendo especial mención a la estrategia ‘De la granja a la mesa’ del Pacto verde europeo en la que se insta hacia la conversión de los sistemas alimentarios más justos, saludables y amigables desde el punto de vista medioambiental.

Como parte de su presentación, T. Tallarico se refirió a la pandemia causada por la COVID-19 y a cómo ésta pone de manifiesto la necesidad de sistemas alimentarios más robustos y resilientes, y la necesidad de ofrecer más soporte a las personas involucradas en este sector que son los que sufren más los desequilibrios económicos y bajos salarios.

La iniciativa busca construir un plan alimentario urbano que consiga alcanzar una transición holística integrada y segura hacia sistemas alimentarios saludables, sostenibles, seguros, inclusivos, equitativos y rentables.

Los cimientos de FUSILLI están constituidos por la generación de 12 Living Labs alineados con las prioridades de FOOD2030. Así, cada ciudad desarrollará un living lab o espacio de colaboración donde se implementarán diferentes acciones innovadoras a lo largo de todas las fases que comprenden la cadena de suministro de alimentos, desde la producción y procesado, distribución y logística, consumo, pérdidas y desperdicio alimentario, así como en el ámbito de la gobernanza. Gracias a la creación de una Comunidad de Conocimiento y el soporte de las estrategias urbanas en materia de alimentación, se podrán identificar las mejores prácticas y, por tanto, apoyar a los Living labs participantes, iniciativas relacionadas y políticas en el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles.

Cada ciudad participante en el Proyecto FUSILLI tiene un punto de partida distinto y, por tanto, distintas necesidades, hecho que se convierte en una oportunidad para cubrir los diferentes casos que se dan a lo largo de toda Europa. Por ejemplo: Roma tiene el mismo tamaño que Londres, pero solo un tercio de su población. “Así, tenemos mucha agricultura en los alrededores, pero ahora es necesario hacer llegar esos alimentos saludables al área metropolitana”, indica Claudio Bordi de Risorce per Roma.

En Tampere, Finlandia, “hay ya muchas actividades en el entorno de la alimentación sostenible en marcha, como la agricultura urbana y los cultivos verticales, pero queremos ampliar las acciones y crear Living labs en colegios y restaurantes dedicados a la comida de temporada” indica Karoliina Tuukkanen, representando a la ciudad de Tampere.

En Differdange, Luxemburgo “hay una alta dependencia de la importación de comida, lo que ha supuesto un problema en sí mismo durante las disrupciones generadas por la pandemia, hecho que será tratado como una oportunidad de mejora a lo largo del proyecto FUSILLI”, de acuerdo con las palabras de Martin Kracheel de la ciudad de Differdange.