El CITA impulsa cuatro proyectos estratégicos en la convocatoria 2024 de Generación de Conocimiento, dos de ellos centrados en retos clave para la industria cárnica

El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) pone en marcha este mes de septiembre cuatro nuevos proyectos en el marco de la convocatoria 2024 Proyectos de Generación de Conocimiento, perteneciente al Programa Estatal para la Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2024-2027. Con una financiación total de 696.250 euros, estas iniciativas —de tres a cuatro años de duración— abordan desafíos prioritarios en sostenibilidad, bienestar animal, calidad cárnica, economía agroalimentaria y gestión ambiental.

Entre ellos, destacan especialmente dos proyectos liderados por el Departamento de Ciencia Animal que abordan de forma directa problemáticas actuales de la industria cárnica, como el impacto del estrés térmico en la calidad del cordero o el uso de subproductos agroalimentarios en la alimentación del vacuno de carne.

El investigador Guillermo Ripoll dirige el proyecto ‘Betaína para mitigar los efectos del estrés térmico en la producción y la calidad de la carne de cordero ligero. Desarrollo de herramientas no invasivas para detectar carne defectuosa debida al estrés térmico (HEAT2MEAT)’, con la participación de Sandra Lobón como segunda investigadora principal. Este estudio se centra en los efectos del estrés térmico (ET) sobre el cordero tipo ternasco de Aragón, una de las producciones más representativas de las zonas semiáridas españolas. El objetivo es doble: evaluar el uso de la betaína —un subproducto derivado de la industria azucarera de la remolacha— como aditivo nutricional para mitigar los efectos del ET, y desarrollar herramientas no invasivas para detectar defectos en la carne asociados a estas condiciones.

La iniciativa busca así mejorar el bienestar animal, reducir mermas en calidad cárnica y promover una producción más sostenible y resiliente, mediante el aprovechamiento de subproductos agroindustriales.

Por su parte, Isabel Casasús lidera el proyecto ‘Inclusión de orujo de oliva en la dieta de terneros de cebo: efecto sobre sus rendimientos técnicos, actividad, metabolismo, eficiencia, emisiones, y de la calidad de la canal de carne (BEEFCAKE)’, en colaboración con la Universitat de Lleida y el INRAe francés. La investigación parte de un análisis de subproductos locales para evaluar su viabilidad en dietas de cebo de rumiantes, y se centrará en el impacto de ingredientes como el orujo de oliva o la torta de colza sobre los rendimientos productivos, las emisiones de metano, el bienestar animal y la calidad de la canal.

“Se valorará la importancia relativa de los diferentes componentes de la eficiencia alimentaria y sus indicadores o biomarcadores”, explica el equipo, que destaca el potencial de esta estrategia para mejorar la eficiencia en el uso de recursos y avanzar hacia sistemas de producción cárnica más circulares y competitivos.

Además de estos dos proyectos con foco cárnico, el CITA desarrollará otras dos iniciativas:

• FORTES, coordinado por Tiziana de Magistris desde la Unidad Transversal de Economía Agroalimentaria, plantea el desarrollo de un sistema digital gamificado (SBRS) para fomentar comportamientos alimentarios más sostenibles y reducir el desperdicio de alimentos, especialmente entre los consumidores aragoneses.
• P4WATER, liderado por Farida Dechmi (Departamento de Sistemas Agrícolas, Forestales y Medio Ambiente), se centra en la dinámica del fósforo en sistemas intensivos de regadío, su impacto sobre la calidad del agua y el desarrollo de modelos y guías de gestión para reducir la contaminación difusa y mejorar la sostenibilidad agraria.

Estos cuatro proyectos refuerzan el papel del CITA como referente nacional en investigación aplicada al sector agroalimentario, abordando tanto retos estructurales como oportunidades de innovación que impactan de forma directa en la cadena de valor cárnica, agrícola y medioambiental.