El Cava Meeting 2025 apuesta por el cava como embajador de territorio y excelencia
La segunda edición de Cava Meeting, el congreso internacional organizado por la DO Cava, reunió el 11 y 12 de noviembre en el espacio Font de la Canya (Barcelona) a un centenar de expertos, elaboradores y prescriptores del vino de todo el mundo. Durante dos jornadas, el evento reivindicó el compromiso del cava con el territorio, su responsabilidad socioeconómica y su proyección internacional como espumoso de calidad.
El sentido de un territorio y de un método
Entre las viñas del Penedès, y a pocos metros del yacimiento arqueológico considerado la cuna de la vitivinicultura catalana, los asistentes realizaron una completa inmersión en los Cavas de Guarda Superior, la gama más alta de la denominación. Estos cavas deben cumplir con una crianza en botella de al menos 18 meses para los reservas, de un mínimo de 30 meses para los grandes reservas y de al menos 36 meses para los de paraje calificado. Además, proceden de viñas especializadas, con rendimientos reducidos y, desde este 2025, ecológicas.
Con el objetivo de que el mundo conozca al cava –y, sobre todo, que lo diferencie de sus grandes competidores, el champagne y el prosecco–, el programa combinó ponencias científicas, catas temáticas y mesas redondas sobre el futuro del sector.
En la inauguración, el presidente del Consejo Regulador, Javier Pagés, destacó que el cava es un “vino histórico, con 150 vendimias a sus espaldas, fiel a sus raíces y al método tradicional, vinculado al territorio, a las tradiciones y uvas locales y a un método exclusivo de muy pocas regiones del mundo”.
A lo que añadió: “Tenemos una base increíble, una joya con identidad propia y mediterránea que debemos trabajar juntos”. Y es que como pocas veces se le ha escuchado, Pagés apostó sin dudas por la unidad: “Seremos mucho más si vamos unidos y trabajamos sin cesar. El cava no debe tener miedo”.
En este sentido, el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat de Catalunya, Òscar Ordeig i Molist, destacó durante su intervención el papel del cava en la identidad catalana: “No se puede entender la historia ni la economía de nuestra región sin el cava. Cataluña no es nada sin el cava ni el cava sin Cataluña”.
Dos días de catas, ponencias y reflexión
Durante las dos jornadas se cataron más de 200 referencias procedentes de 65 bodegas, se sirvieron unas 5.000 copas y se visitaron 26 cavas, con sesiones que contaron con 28 ponentes internacionales.
Las jornadas comenzaron con una ponencia multidisciplinar sobre el método tradicional de elaboración, en la que ciencia, enología y percepción sensorial se dieron la mano. El investigador Charles Zuker, profesor de la Universidad de Columbia, exploró las conexiones entre el sentido del gusto y el cerebro, destacando el papel de la carbonización como activadora de sabores: “El estudio de la carbonización y del CO2 será clave en el futuro del vino”, señaló.
Le siguió el neurobiólogo Gabriel Lepousez, del Instituto Pasteur, quien explicó cómo el CO2 actúa como una molécula multisensorial, “estimulando todos los sentidos y dando textura y emoción, creando un efecto refrescante y energizante que llega a nuestro cerebro”. También habló de la influencia del envejecimiento sobre lías en la complejidad aromática del cava, liberando compuestos umami: “El sabor del cava se crea a través de proteínas transformadoras, un proceso muy vinculado a la autólisis de la levadura”, afirmó.
El enólogo y profesor Pere Pons Mercadé abordó los procesos que se producen durante la crianza y su impacto organoléptico, mientras que Cristina Mercuri, fundadora de Mercuri Wine Club (Italia), analizó la evolución de los espumosos italianos, especialmente los elaborados en la zona de Franciacorta, y sus puntos de encuentro con el cava.
Territorio, diversidad y proyección global
Las primeras catas del encuentro, conducidas por la prestigiosa Sarah Jane Evans y Roberto Durán, primer Master of Wine de España, exploraron la diversidad de terroirs que definen a la DO Cava. A través de una selección representativa de vinos de viñedo y largas crianzas, los expertos mostraron cómo cada zona expresa su identidad a través de estilos propios y variedades autóctonas.
Posteriormente, una mesa redonda moderada por María Naranjo, directora de Industria Agroalimentaria en el ICEX, abordó el futuro del cava en los mercados internacionales. Participaron Xavier Ybargüengoitia (exdirector general de Estates & Wines, The Moët-Hennessy Wine Division), Jordi Paronella (José Andrés Group), Laura Williamson MS (Unlock Your Palate Inc.) y Harriet Kininmonth (The Wine Society).
La sesión puso de relieve la necesidad de reforzar la narrativa del cava, comunicar su origen y conectar con el consumidor mediante valores como la sostenibilidad y la autenticidad. “Debemos crear un código que traslade al consumidor al viñedo”, apuntó la estadounidense Laura Williamson.
La británica Harriet Kininmonth, por su parte, defendió “educar y comunicar el cava desde su versatilidad y método tradicional” ya que cree que la idea de “prestigio” no ha calado en algunos mercados, como el suyo, que sigue viendo el cava como “un producto de supermercado”.
Xavier Ybargüengoitia coincidió en la necesidad de un cambio de percepción: “Durante muchos años el cava ha sido considerado como un champán barato, y cambiar esta idea no será nada fácil”, advirtió. En su opinión, “el futuro pasa más por crear una marca sólida que por construir reputación en torno a una denominación de origen”.
En esta línea, Jordi Paronella destacó que “falta confianza en la forma de comunicar”, teniendo en cuenta la alta calidad de los productos y su versatilidad gastronómica.
Durante el debate, María Naranjo reclamó un mayor esfuerzo exportador por parte de las bodegas, especialmente las de menor tamaño. “No están interesadas en el mercado internacional”, afirmó la responsable del ICEX, que lamentó haber tenido que cancelar actividades de promoción en mercados importantes como Japón o China por falta de participación empresarial.
A pesar de que el 70% del cava se exporta, quiso defender a los pequeños productores señalando que “algunos se ven desbordados por el día a día”. Ante ello, puso el ejemplo de la DO Rías Baixas, en la que distintas empresas comparten departamentos internacionales para apoyarse entre sí.
Para la representante del ICEX, el cava —junto con el Jerez— es uno de los “vinos icónicos” de España y debe proyectar más confianza para salir al exterior: “Pese a la existencia de estas joyas, a las bodegas les falta confianza para salir fuera”. Y concluyó la mesa redonda con la clave con la que todos estuvieron de acuerdo: “Debemos simplificar mensajes para que el consumidor nos relacione con momentos de disfrute y dejemos de ser el espumoso barato”.
Armonías entre cava y gastronomía
Una de las experiencias más singulares del encuentro fue la cata ‘Cava & Jerez: la magia biológica y caliza’, que unió por primera vez los dos grandes vinos españoles elaborados por métodos de crianza biológica. Bajo la dirección de Ferran Centelles, Robert Tetas y Albert Tomás, los participantes descubrieron cómo las distintas partes del jamón ibérico pueden armonizar con diversos perfiles de cava y vinos de Jerez.
Los cavas con más de cien meses de crianza protagonizaron una de las catas estrella del evento.
El compromiso económico y social del sector
El debate sobre el papel del cava como motor económico del territorio también tuvo protagonismo en una mesa redonda moderada por Pedro Ballesteros MW. Bajo el título ‘¿La DO Cava es solo un negocio o también un compromiso?’, la mesa intentó responder esta ardua cuestión dándole voz a Jordi Amell (Castell d’Or), Sergio Fuster (Raventós Codorníu), Luciano García-Carrión (García Carrión), Josep Palau (Grupo Freixenet), Pere Ventura (Pere Ventura Family Wine Estates), Marta Vidal (Vallformosa), Marta Casas (Parés Baltà), Pere Guilera (Cava Guilera), Josep Maria Pujol-Busquets (Alta Alella), Mireia Tetas (Bodegas Pinord), Jaume Vial (Cavas Mestres) y el propio Javier Pagés.
Ballesteros defendió que el cava es “el producto vitivinícola más relevante de la historia de España”, ya que ningún otro vino ha alcanzado las mismas cuotas de mercado, pero su futuro depende de cómo el sector combine rentabilidad, sostenibilidad y cooperación. A sus expectaciones, Jordi Amell fue claro: “El cava tiene la calidad de un champán y el precio de un prosecco”, por lo que la apuesta por la calidad es clave para el futuro. El optimismo también marcó la intervención de Sergio Fuster, quien se apoyó en la idea de que “la burbuja está de moda y se busca una calidad accesible”. Además, explicó que las tendències macroeconómicas ayudarán al sector puesto que el consumo se ralentiza en muchos productos, pero los que mantienen una buena relación calidad-precio se salvarán: "Los próximos 3 o 4 años serán una oportunidad única".
Los grandes productores, y su forma de entender el negocio, tuvieron voz de la mano de Luciano García-Carrión Corujo, quien apuesta claramente por “producir más, con más innovación y expansión internacional”. En esta línea, desde Freixenet se hizo hincapié en que la compañía compra uva y vino para cubrir el 95% de sus necesidades: “Es nuestra muestra de compromiso real con el territorio y con los viticultores”. Aquí, Pere Guilera lamentó precisamente la falta de voz de los viticultores en el congreso, quienes considera la base de todo.
El debate contó también con la participación de Joan Gené, director general del Institut Català de la Vinya i el Vi (INCAVI), quien señaló dos de los grandes retos del sector: garantizar la irrigación de los viñedos sin depender del clima y asegurar el relevo generacional en la viticultura, de modo que “los productores puedan ganarse la vida con dignidad”.
En esa misma línea, Pere Ventura denunció lo injusto que es lo que le sucede al cava, por lo que quiso reivindicar la calidad del producto y la necesidad de mantener su arraigo local. Y Marta Vidal volvió a insistir en la necesidad de trabajar unidos para “contar más y mejor lo que hacemos”.
Marta Casas abogó por “premiumizar” el cava, elevando su percepción y valor añadido, a lo que se mostró a favor Josep Maria Pujol-Busquets, que señaló el valor de buscar la diferenciación y la riqueza derivada de la variabilidad climática y territorial. Por su parte, Mireia Tetas, reclamó “mayor promoción para crecer conjuntamente”.
Durante el debate se destacó el papel de las cooperativas en la sostenibilidad de las zonas rurales y la importancia de preservar el carácter familiar de muchas bodegas. También se reivindicó la presencia femenina en la enología y la gestión del cava, reflejo de un sector cada vez más plural y dinámico.
Pagés subrayó el momento decisivo que vive el cava y la necesidad de llegar al consumidor “con emoción y experiencias”, insistiendo en que “la comunicación es clave” para el futuro del sector.
Cavas del más allá: el valor del tiempo
La última cata de la jornada, dirigida por Essi Avellan MW y el periodista Ramon Francàs, estuvo dedicada a los cavas con más de cien meses de crianza. Bajo el título ‘Cavas del más allá’, se presentaron referencias que mostraron el potencial de envejecimiento del espumoso elaborado por el método tradicional. “Son cavas de otra dimensión, que demuestran la grandeza del tiempo y la paciencia”, señaló Francàs.
Premios Cava Meeting 2025: reconocimiento al esfuerzo y la trayectoria
La noche de los premios sirvió para reconocer a las personas y entidades que han contribuido a elevar el prestigio del cava en el mundo. La ceremonia contó con la presencia de Ana Rodríguez Castaño, secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria del MAPA, y con el presidente de la DO Cava, Javier Pagés, junto a los miembros del comité asesor.
Los galardonados fueron:
- Premio Joven Promesa: Marta Torné, de Caves Torné & Bel, por representar la nueva generación de elaboradores con pasión y conocimiento.
- Premio Restauración: José Andrés Group, por su labor de difusión del cava y del vino español en su red de restaurantes internacionales.
- Premio Sumiller de Cava: Josep Roca, por su compromiso en la divulgación y defensa del cava como vino de alta gastronomía.
- Premio a la Bodega Histórica: Celler Mestres, fundado en 1861 y pionero en la creación del brut nature.
- Premio a la Trayectoria: Josep Buján, alma enológica de Freixenet y referente para generaciones de enólogos, “la persona que más botellas de espumoso ha elaborado en el mundo siguiendo el método tradicional”.
El acto culminó con una cena de clausura a cargo del Celler de Can Roca, en la que se armonizaron platos inspirados en cocinas de todo el mundo con cavas de largas crianzas. Una experiencia gastronómica que subrayó la versatilidad y dimensión internacional del cava.
Javier Pagés, presidente de la DO Cava, con los premiados en 2025.
