“El viñedo viejo cuenta con una diversidad genética con la que no cuentan las nuevas viñas seleccionadas por los viveros, lo que da mayor equilibrio y resiliencia a las vides y mejor complejidad aromática al vino”
Entrevista a Jesús Jiménez, director técnico de Bodegas Numanthia
Ubicada en Castilla y León, pero con presencia en múltiples zonas, Bodegas Numanthia es un referente de los grandes vinos españoles. Capaces de preservar un patrimonio histórico de 150 hectáreas de viñedo centenario, las riendas técnicas corren a cargo del enólogo manchego Jesús Jiménez. Con el desafío de encontrar el equilibrio entre la nobleza de los viñedos centenarios, lo humilde del suelo arenoso y lo extremo del clima toresano, Jiménez trabaja con el objetivo de crear vinos elegantes y únicos.
Procede del mayor viñedo del mundo, Castilla-La Mancha, así que su relación con el vino es desde nacimiento. ¿Cómo fue crecer en el entorno de la bodega familiar de su abuelo?
Los recuerdos son bonitos si pienso en mi abuelo, con quien tuve una estrecha relación. Cuando era pequeño (6 o 7 años), mis padres y hermanas mayores estaban trabajando en la vendimia por lo que yo me quedaba en bodega con mi abuelo al que solía ayudar (eso creo) a hacer trasiegos, vaciar la prensa vertical del día anterior y limpiar. Pero lo que no se me olvida es el recuerdo de beber un poco de mosto cada día u oler y catar los mostos en fermentación de los distintos depósitos de hormigón. Por las tardes, cuando mi padre llegaba con la uva vendimiada, había que descargarla a mano, molturarla y llenar la prensa. Me quedaba hasta tarde con mi padre en la bodega. Eran días largos.
Estudió ingeniería técnica agrícola y se especializó en viticultura y enología… ¿Siempre quiso dedicarse a elaborar vino desde dentro de la bodega o prefería quedarse en el campo?
Desde un principio he estado más vinculado a la viticultura que a la enología. La bodega se cerro cuando tenía 14 años y mi adolescencia la pasé ayudando a mi padre en el viñedo. No era un placer por aquellos años, más bien era una obligación ayudar a mi padre durante los fines de semana y vacaciones. Para cuando tuve que ir a la universidad, esa obligación se había convertido en deseo y por ello me enfoqué principalmente en viticultura, aunque con un ojo puesto en la enología, como no podía ser de otra manera.
Ha formado parte de proyectos en Ciudad Real, en la DO Rueda, en Mallorca, en la DO Toro… ¿Qué destacaría de cada una de las zonas en las que ha trabajado?
La Mancha tiene una alta capacidad para elaborar vinos más que interesantes, pero por ser tan grande y dominada por una uva neutra se la menosprecia. La Mancha cada día muestra nuevos proyectos que ponen en valor esta gran región con numerosas subzonas increíbles. A destacar la calidad de los viticultores, pues es excepcional. Falta algo de orgullo y confianza, pero poco a poco se avanza en la buena dirección.
Rueda ha crecido mucho, quizás demasiado deprisa, pero, aun así, es la mayor y mejor fuente de blancos para el día a día. Pero además, y gracias a los buenos viñedos viejos –algunos centenarios–, pueden producir blancos de carácter mundial. Alcazarén, Matapozuelos o Puras son ejemplos de pueblos donde puedes encontrar viñedos increíbles para crear grandes vinos.
Las condiciones de Mallorca, con sus suelos más arcillosos y variedades tradicionales como la Callet o Giró ros están haciendo vinos con muy buena tensión y fluidez, muy fáciles de entender y disfrutar. Mallorca vive un momento muy vibrante y con un número de productores creciente que lo demuestran.
En la región de Toro existe un patrimonio único. Hay joyas vitícolas del Tempranillo, localmente llamado Tinto de Toro, que realmente son impresionantes. Los viñedos prefiloxericos, alta concentración de viñedos sin injertar, clima fresco y seco y un suelo arenoso y profundo hacen de esta región un espacio lleno de personalidad.
Si nos centramos ya en Bodegas Numanthia, donde es director técnico desde 2018, ¿qué le atrajo del proyecto para aceptar este reto?
Recuerdo leer un lunes de 2007 la nueva lista de los nuevos 100 puntos Parker en la web de mundovino. Uno de ellos era Termanthia 2004. Poco después pude catarlo en una recopilación de los mejores vinos españoles al final del año. En ese momento se fija en mi memoria Bodega Numanthia como un referente entre los grandes vinos españoles y cuando eres manchego y te surge la posibilidad de elaborar los vinos que producen sus increíbles viñedos, no hay duda por asumir el reto.
Efectivamente… desde sobrevivir a la plaga de la filoxera hasta ser los primeros vinos españoles en llegar a las Américas, las viñas de Numanthia cuentan una historia imponente. ¿Qué hace diferente y especiales a sus vinos?
Bodega Numanthia cuenta con un patrimonio vitícola incuestionable repartido por todas las comarcas de la región. Esta complejidad de viñedo históricamente mantenido y naturalmente seleccionado por sus viticultores, el actual respeto por una viticultura sostenible y enriquecedora, así como poder elaborar vinos que transmitan verdad resume porqué Numanthia es diferente y especial.
En este sentido, Numanthia cuenta con viñas viejas, algunas de las cuales tienen hasta 200 años, consideradas entre las más antiguas de España. ¿Cómo las trabajan y qué beneficios tienen a nivel de viticultura y enología?
El viñedo viejo cuenta con una diversidad genética con la que no cuentan las nuevas viñas seleccionadas por los viveros. Esta diversidad, proyectada por los viticultores históricos y su sabiduría con la selección masal, hace que estos viejos viñedos, unos cuantos plantados en el siglo XIX y la mayoría a principios del XX, muestren equilibrio, resiliencia, aptitud para resistir mejor las inclemencias ambientales y, por supuesto, una mejor complejidad aromática.
Por nuestro lado, y no solo por preservar dichas cualidades, trabajamos desde hace 10 años en ecológico; hemos implementado cubiertas vegetales en los viñedos menos viejos; en los viñedos históricos hemos enriquecido el ecosistema plantando frutales locales, muros de piedra secas, nidos para distintas aves y murciélagos que en conjunto intentar intentan mejorar el equilibrio natural. En definitiva, no solo es heredar un gran viñedo sino esforzarnos por ofrecer un mejor entorno a los que en unos años tomarán el relevo sobre nosotros.
A nivel enológico es, si se me permite, ‘más simple’ pues un viñedo viejo ya produce uvas más ricas y complejas. Nos hemos enfocado estos últimos años en aumentar el número de fermentaciones en depósitos cada vez más pequeños y así poder aislar el carácter individual de los viñedos y entornos singulares. Por otro lado, hemos dedicado esfuerzos en adaptar la crianza tanto en barrica como en botella para que permita respetar mejor dicha expresión.
Su gran apuesta es la Tempranillo Tinta de Toro, conocida como "la más tinta de las uvas tintas”. ¿Qué características le parecen más interesantes de esta uva?
La Tinta de Toro no deja de ser una uva Tempranillo adaptada a esta comarca, mostrando sus viñas viejas un racimo más pequeño y de piel más gruesa, pocas uvas por racimo y algo mayores. Esto mejora la cantidad de taninos y antocianos, la resistencia a enfermedades y una producción algo menor que otros clones comerciales de Tempranillo, por lo que permite un mejor equilibrio a estas condiciones de suelo y clima y, por tanto, un mejor equilibrio en sus vinos.
El estilo Numanthia viene de una selección de uvas de más de 100 parcelas de viñedos de pie franco, entre 50 y 100 años de edad, y sin irrigación: los bajos rendimientos producen uvas con una gran concentración de fruta y una buena estructura.
Si hablamos de su papel en la bodega, ¿cuál diría que es su objetivo como enólogo?
Mi principal objetivo es, sin defraudar al consumidor amante de nuestros vinos desde hace años, ser capaz de atraer a un consumidor que busca vinos personales, estructurados y transparentes, sofisticados pero fáciles de entender y como no, que reflejen la identidad de nuestra comarca.
Y a nivel de filosofía, ¿cómo definiría la de la bodega?
Numanthia es una bodega llena de vida e ilusión. Es un equipo que trabaja junto y desea acercarse a cada mercado, nacional o mundial, y que aprecie la bondad de nuestra tierra, nuestra herencia, nuestro compromiso. El objetivo de Numanthia es apostar por la ilusión y una constante evolución, por el respeto a nuestro entorno, por la confianza en nuestras posibilidades, por el futuro.
Tras un 2024 donde la bodega ha registrado un récord histórico de ventas en España y un crecimiento exterior que les permite estar en 50 países, ¿cuál es el siguiente objetivo?
Como director técnico de Bodega Numanthia estoy enfocado en seguir, junto con mi equipo, en profundizar nuestro conocimiento cualitativo en varias parcelas con altas cualidades. Por otro lado, estamos trabajando con un viñedo sobreinjertado de variedades locales recuperadas junto con el ITACyL, y seguiremos con las microvinificaciones ya que creo que algunas variedades olvidadas hoy tienen mucho que decir.
Estamos inmersos también en un proyecto denominado ‘Selección policlonal para mejorar la biodiversidad intravarietal y la resistencia de la viticultura ibérica’ que rescata ecotipos de nuestros viñedos más viejos con el objetivo de recuperar aquellos que mejor se adapten a las nuevas condiciones ambientales y de equilibrio sensorial. En definitiva, estamos trabajando en seguir evolucionando.
