"La previsión de la actual campaña 2024/25 apunta a un repunte tanto de la producción de aceituna de mesa como de aceite de oliva"
Entrevista a Jaime Lillo, director ejecutivo del Consejo Oleícola Internacional (COI)

El Consejo Oleícola Internacional (COI) es una entidad muy conocida e importante para el sector oleícola ya no solo español, sino a nivel mundial. Su labor se extiende más allá de entender el mercado y sus fluctuaciones, ya que también han publicado un nuevo catálogo de variedades de olivo, desarrollan herramientas para medir el balance de carbono en este tipo de cultivo y ofrecen formación especializada. Jaime Lillo, su director ejecutivo, nos ofrece una mirada del sector actualizada y realista del mismo.

¿En qué proyectos están trabajando actualmente?
Más allá de los trabajos habituales del COI en la revisión y armonización de las normas de calidad, sus métodos de análisis y el reconocimiento de laboratorios, me gustaría destacar los trabajos que estamos realizando para el desarrollo de una herramienta digital dentro del proyecto Balance de Carbono, cuyo objetivo es proporcionar un marco global que permita a los productores medir el balance de carbono de sus olivares. Este es el primer paso para comunicar la contribución del olivar a la reducción de emisiones y preparar al sector para su incorporación en el mercado voluntario de emisiones de derechos de CO2.
Otra iniciativa destacada es el Premio Mario Solinas, que distingue a los mejores aceites de oliva virgen extra de ambos hemisferios, fomentando la calidad y la excelencia del producto a escala internacional y el conocimiento por los consumidores de sus propiedades únicas y de la riqueza de sus sabores.
También, dedicamos un gran esfuerzo a la formación especializada. Ofrecemos becas a los estudiantes de nuestros países miembros para el curso de experto en cata de aceite de oliva virgen, organizado por la Universidad de Jaén, para el máster en olivicultura y elaiotecnia de la Universidad de Córdoba, y para estudios de doctorado relacionados con el sector.
¿Cuál es ahora mismo su prioridad como organización?
¿Qué previsiones hay respecto al volumen y precio de aceite de oliva de esta campaña?
En cuanto al precio, en estos momentos se encuentran en torno a 400 €/100 kg para el aceite de oliva virgen extra en Jaén.
Hemos visto las pasadas campañas que su precio final se ha encarecido. ¿Ha sucedido lo mismo para los otros países productores?
En cuanto a la recolección, a la par que subían los precios del aceite, descendía la cantidad de aceituna recogida (por sequía u otras razones). ¿Este año se repetirá la misma situación?
¿Qué prácticas se están adoptando para asegurar la sostenibilidad del olivar?
El reto principal para asegurar la sostenibilidad del olivar es comprender la dualidad olivar-cambio climático. El cambio climático es el principal desafío que debe afrontar el olivar, y ante este reto podemos adoptar estrategias de adaptación y de mitigación.
Entre las primeras, se enmarca la búsqueda de nuevas variedades mejor adaptadas a los nuevos escenarios climáticos (sequías, altas temperaturas, etc.) a través de la mejora genética. Po lo tanto, la línea de trabajo en los recursos genéticos es vital. En esta línea, la Red Internacional de Bancos de germoplasma de olivo que estamos consolidando en el marco del TIRFAA nos va a permitir el intercambio de dicho material genético de manera mucho más eficiente entre la comunidad científica, optimizando los procesos de investigación y conservación del patrimonio genético del olivo y garantizando su biodiversidad.
Entre el segundo grupo de actuaciones, las encaminadas a reducir nuestro impacto, fomentamos las que buscan el uso eficiente de los recursos, fundamentalmente el agua, la decarbonización de los procesos tanto agronómicos como industriales y, por supuesto, el fomento del aprovechamiento de todos los coproductos para conseguir la circularidad en nuestra cadena de valor.
Todo esto, sin olvidar el papel que el olivar puede jugar ante el cambio climático, ya que nos encontramos ante un bosque domesticado por el hombre de 11 millones de hectáreas que actúa como un sumidero de CO2, retirándolo de la atmósfera y almacenándolo de manera estable y permanente en la estructura vegetativa del árbol y en el suelo, contribuyendo de esta manera a frenar el calentamiento global de la atmósfera.
Para ello, el COI está elaborando una metodología propia basada en la ciencia que permitirá evaluar el balance de carbono del olivar y la consecuente generación de créditos voluntarios de carbono, con el objeto de que este servicio que presta el olivar a la sociedad pueda ser remunerado al agricultor, y de esta manera también contribuir a la sostenibilidad económica de la actividad.
¿España podría perder su liderazgo en el sector debido a los aranceles u otras prácticas?
La producción de aceite es muy antigua, datan sus orígenes en Mesopotamia. Hoy en día, se está abriendo a automatizar procesos y la toma de ciertas decisiones (la IA ayuda en eso). ¿En general, cómo está llevando este proceso de modernización?
El sector oleícola está dando pasos firmes hacia la modernidad. Hoy se están incorporando tecnologías como la automatización, el uso de sensores y drones e incluso herramientas de inteligencia artificial, que permiten optimizar recursos, prevenir enfermedades y tomar decisiones basadas en datos.
Esta transición no es homogénea: depende de factores como la disponibilidad económica, la formación técnica y el tipo de explotación. Aun así, el sector está mostrando una actitud muy positiva hacia la innovación, siempre con el objetivo de mejorar la sostenibilidad, la calidad y la rentabilidad del olivar.
¿Por qué cuesta encontrar personal cualificado para las almazaras?
¿Qué se está investigando actualmente sobre los beneficios del AOVE para la salud?
El COI publica semanalmente los estudios científicos seleccionados por el OHIS que demuestran los beneficios del aceite de oliva virgen extra en la prevención de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes, el cáncer o la demencia.