La producción sostenible de vino ante la oportunidad del Pacto Verde
Trinidad Márquez, responsable Técnica y de Medio Ambiente de la FEV para Redsostal
15/07/2020La Federación Española del Vino (FEV) es la principal organización privada de bodegas y la única con carácter nacional creada para representar y defender los intereses de las bodegas españolas y potenciar el comercio del vino y los productos elaborados a partir de la uva.
Europa está inmersa en un profundo cambio estratégico donde las nuevas políticas deberán ir dirigidas a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) y donde el 25% del presupuesto de la Unión Europea (UE) a largo plazo se dedicará a la acción por el clima.
Con este fin, la Comisión Europea lanzó a principios de año el llamado Pacto Verde que pretende convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050 y traza el camino para una transición justa y socialmente equitativa.
La hoja de ruta para su desarrollo incluye una serie de acciones destinadas a impulsar una Europa sin contaminación, un uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular, revertir la pérdida de biodiversidad y detener el cambio climático.
En este nuevo contexto, el sector del vino deberá ser capaz de adaptar sus procesos y sus estrategias empresariales para dar cumplimiento a las distintos cambios normativos y objetivos que se derivarán de este nuevo escenario político.
Entre las distintas acciones que se están desarrollando una de las que más impacto tendrá en el sector del vino es la recientemente publicada ‘Estrategia de la granja a la mesa’ (F2F - From Farm to Fork Strategy), que marcará las bases de una nueva política agroalimentaria y que persigue garantizar un sistema alimentario más saludable y sostenible, incluyendo por primera vez a la cadena completa.
Esta estrategia establecerá nuevos retos para nuestro sector poniendo el foco en una agricultura respetuosa con el medioambiente y marcando objetivos ambiciosos para el 2030 que persiguen reducir en un 50% los pesticidas y en un 20% los fertilizantes. Asimismo, pretende fomentar modelos de producción integrada y ecológica, plateando incluso que Europa alcance en 2030 un 25% de superficie de producción ecológica. Todos estos objetivos se establecen, además, en un momento en el que los Estados Miembro llevan varios años negociando la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), por lo que habrá que buscar líneas de encuentro para que las medidas que se integren en la nueva reforma estén alineadas con estos nuevos objetivos.
Desde la FEV, estas nuevas políticas se perciben como una buena oportunidad para ir hacia un modelo de producción más sostenible, si bien será necesario realizar una evaluación de impacto que permita aterrizar dichos objetivos a la realidad del sector y que las medidas que se establezcan sean viables para los agricultores y bodegas. Asimismo, la I+D+i y la digitalización serán pilares fundamentales en los que el sector deberá apoyarse para hacer frente a estos nuevos retos. En este sentido, el Programa Marco Europeo de I+D+i H2020 destinará 1 billón de euros en su último año para proyectos específicamente vinculados a los objetivos del Pacto Verdel, y el próximo Programa Horizonte Europa contará con un presupuesto de 10 billones € para el área alimentación y recursos naturales para el periodo 2021-2027.
Sin duda, estos programas serán una oportunidad única de financiación para que nuestro sector pueda abordar parte de estos objetivos, junto a otras herramientas que la Comisión pondrá a disposición de los sectores agrarios como los 'eco-esquemas'.
La Estrategia F2F también establecerá posibles medidas de incentivación y pretende recompensar aquellos modelos de negocio capaces de secuestrar carbono. En esta línea, el sector también tendrá una oportunidad para poner en valor el efecto sumidero del viñedo, si bien, aún es necesario fomentar investigaciones que permitan garantizar un sistema de cálculo adecuado.
En todo este contexto y con el nuevo objetivo europeo de alcanzar la neutralidad climática en 2050, la reducción de las emisiones vinculadas al proceso productivo de las bodegas y la eficiencia energética van a ser dos líneas de actuación clave en el futuro y así se recogen en el Plan Estratégico de la FEV para los próximos años. Si bien la estrategia F2F va más allá y contempla otros aspectos fundamentales de la sostenibilidad medioambiental como son la reducción de los residuos y el fomento de envases más sostenibles (en línea con la publicación de un plan de acción específico sobre economía circular).
Todos estos compromisos, junto a una adecuada gestión del agua, son precisamente los pilares fundamentales en los que se basa el certificado Wineries for Climate Protection, con el que ya cuentan 27 bodegas líderes de nuestro país. En el sector del vino no partimos de cero en esta cuestión y es importante que las bodegas aprovechen este tipo de herramientas que se ponen a su disposición para articular su cambio de modelo productivo y demostrar su compromiso real con la sostenibilidad medioambiental.
En el horizonte tenemos retos como la conservación de la biodiversidad o el desarrollo de los pilares sociales y económicos de la sostenibilidad. En este ámbito, a pesar de que el sector del vino contribuye ya notablemente a varios objetivos estratégicos de desarrollo rural como son la fijación poblacional, la conservación paisajística o la generación de empleo y riqueza en el territorio, no sólo a través de su actividad industrial, sino también a través del enoturismo, debemos ser capaces de identificar los indicadores adecuados que nos permitan poner en valor estos aspectos intrínsecos de nuestro sector a la vez que identificar nuevos puntos de mejora.