Entrevista a Alejandro López, enólogo y director técnico de Bodegas Beronia
Alejandro López asumió en 2024 la gerencia técnica de Bodegas Beronia, una bodega emblemática de Rioja Alta con más de medio siglo de historia. Su talento ya había sido reconocido anteriormente, cuando en 2018 fue incluido por la revista Decanter entre los diez enólogos revelación de España. Desde su llegada, López impulsa aún más el compromiso de Beronia con la innovación, la sostenibilidad y la excelencia. De hecho, esta bodega fue pionera mundial al obtener la certificación LEED V4 BD+C:NC y LEED Gold, que avala su liderazgo en construcción y diseño sostenible.
Para empezar, ¿qué retos implica dirigir una bodega tan emblemática como Beronia y qué aspectos valora especialmente de su rol como gerente técnico?
Dirigir una bodega con la identidad y prestigio de Beronia es, sin duda, una responsabilidad, pero también un privilegio. El principal reto es encontrar el equilibrio entre la tradición, que nos ha dado identidad, y la innovación, que nos permite seguir creciendo. Estamos en una zona privilegiada en el corazón de Rioja Alta, y trabajar como equipo en las decisiones diarias para impactar en la calidad de nuestros vinos y en la expresión de nuestra tierra es muy gratificante.
¿Qué cree que hace única a Rioja en comparación con otras denominaciones españolas o internacionales?
Rioja es única por su diversidad geográfica y por su clima y suelos privilegiados para el desarrollo de la vid. Esto ha creado un profundo legado histórico con unas tradiciones muy arraigadas, pero también con una mentalidad abierta a la evolución. Nuestros vinos parten de diferentes filosofías donde se interpreta el viñedo y el paisaje de una forma tradicional, personal o como estilo dependiendo de cada proyecto, dando origen a vinos cercanos con el equilibrio y la frescura necesarios para comunicar placer. Esta es la clave.
¿Y cuáles diría que son las principales señas de identidad del terruño riojano y cómo se reflejan estas en los vinos de Bodegas Beronia?
El clima, los suelos y la tradición vitícola de Rioja favorece la maduración lenta y equilibrada de nuestras uvas, lo que se refleja en vinos muy pulidos y con un componente de acidez fundamental. En Beronia, ese carácter se traduce en vinos con estructura, frescura natural y capacidad de guarda. Buscamos siempre que nuestros vinos expresen el origen, con una fruta bien definida, elaborando vinos elegantes, equilibrados y con identidad propia, fieles al espíritu de Rioja y al estilo inconfundible de Beronia.
Si nos centramos en sus prácticas, ¿cómo seleccionan las parcelas o zonas específicas del viñedo destinadas a sus vinos más exclusivos?
No responde a una fórmula fija, sino a una combinación de experiencia, observación y respeto por el viñedo. Es un proceso meticuloso que parte del conocimiento profundo del viñedo y su comportamiento a lo largo de los años. Nos enfocamos en parcelas viejas, muchas de ellas con más de 50 años, ubicadas en zonas privilegiadas de Rioja Alta donde confluyen suelos pobres, buena altitud y un clima que favorece la maduración lenta. Aquellas parcelas que muestran mayor complejidad y equilibrio natural son las que destinamos a nuestras elaboraciones más emblemáticas, como nuestros vinos de finca III a.C. y Vareia, o nuestros grandes reservas de Beronia.
A nivel general, ¿qué importancia le dan a la sostenibilidad en su modelo de viticultura? ¿Están aplicando técnicas concretas en este sentido?
En Beronia hemos adoptado prácticas respetuosas con el entorno desde el viñedo hasta la bodega. Trabajamos bajo criterios de viticultura sostenible y certificaciones medioambientales. Apostamos por el laboreo mínimo y la cubiertas vegetales espontáneas, el uso circular y racional del agua (reaprovechando el agua de lluvia o minimizando la evaporación), el control biológico de plagas y una gestión eficiente de la energía en bodega. Se puede visitar nuestro viñedo y disfrutar de la riqueza que aportan las especies de aves, mamíferos, reptiles o insectos asentadas en nuestro entorno, donde facilitamos su acomodación de una forma natural.
Alejandro López representa la nueva generación que marca tendencia en el sector: en 2018 fue reconocido por Decanter como uno de los 10 enólogos revelación de España.
¿Qué variedades de uva considera que aportan mejores resultados en sus vinos y por qué?
En el caso de los blancos, la Viura destaca, sin duda, por su capacidad para expresar tanto la frescura y sutileza de un vino joven como la complejidad de un blanco envejecido. Es una variedad con gran potencial, en la que creemos firmemente y por la que seguimos apostando.
En cuanto a los tintos, el Tempranillo, variedad autóctona de Rioja Alta y perfectamente adaptada a nuestro entorno, constituye la columna vertebral de nuestros vinos de guarda. Siguiendo la tradición riojana, lo acompañamos de otras variedades que enriquecen su expresión: la Garnacha, procedente de Rioja Oriental, aporta un interesante fondo aromático a nuestras crianzas; el Graciano contribuye con estructura, acidez y complejidad, especialmente en los reservas, y el Mazuelo, con su frescura y delicadeza, es clave en la elaboración de nuestros grandes reservas.
Sobre la vinificación, ¿qué técnicas específicas aplican para potenciar las características varietales propias de Rioja?
Nuestro objetivo es que tanto la fruta como el origen se expresen con claridad en cada uno de nuestros vinos.
En 2019, construimos una nueva bodega diseñada bajo criterios de sostenibilidad ambiental y eficiencia energética. El proyecto incorpora tecnología de última generación aplicada a todo el proceso enológico. La arquitectura y disposición de las instalaciones nos permite una vinificación parcelaria precisa, adaptada a las características específicas de cada viñedo.
Como ejemplos, la recepción de la uva se realiza mediante un sistema de selección óptica por visión artificial, que garantiza que solo los granos en óptimas condiciones pasen al proceso de vinificación. Cada depósito cuenta con sensores integrados que realizan análisis en tiempo real cuyos datos son gestionados de forma digital para asegurar una trazabilidad completa y una toma de decisiones más eficiente.
¿De qué manera influye en su vino el uso de barricas de distintos tipos (americano, francés, mixto…)? ¿Qué criterios emplean para elegir unas u otras?
En Bodegas Beronia entendemos el uso del roble como una herramienta complementaria para estabilizar y estructurar los vinos. Seleccionamos barricas que respeten el perfil organoléptico del vino, permitiendo una evolución lenta y equilibrada en el tiempo, sin enmascarar su identidad varietal ni su origen. Nuestro enfoque combina tradición y precisión: empleamos barricas de roble americano, francés y mixto, seleccionadas en función del estilo de vino que va a representar a cada marca.
El roble americano aporta notas con matices más dulces, muy atractivos. Lo utilizamos principalmente en vinos en los que buscamos mayor redondez, suavidad y una expresión más amable desde su juventud, por ejemplo, para Viñas Viejas o Beronia Edición Limitada.
El roble francés, en cambio, aporta notas más elegantes y complejas, con una mayor estructura tánica. Lo empleamos en vinos destinados a una mayor guarda, donde buscamos refinar la textura y prolongar la longevidad en botella. Encaja perfectamente en el estilo de nuestro Beronia Gran Reserva.
Una de las señas de identidad de Beronia es el uso de barricas mixtas, con duelas de roble americano y fondos de roble francés. Esta técnica, que adoptamos hace décadas, nos permite combinar lo mejor de ambos mundos: la dulzura y amplitud del americano con la complejidad y profundidad del francés. Estas barricas están presentes de forma destacada por ejemplo en nuestro Beronia Reserva, aportando equilibrio y personalidad propia.
Además, trabajamos con diferentes tonelerías para diversificar matices y enriquecer la paleta aromática de nuestros vinos y usamos envases de madera de diferentes tamaños. Desde las clásicas barricas de 225 litros, a los bocoyes de 500 litros, fudres de 3.500 litros para nuestros vinos más vinculados al terruño o tinas de madera para vinificación y reposo de vinos.
¿Cuáles son las claves enológicas para conseguir vinos de larga crianza equilibrados y con buena capacidad de envejecimiento en botella, como los grandes reservas de Bodegas Beronia?
La calidad de nuestros vinos comienza con una rigurosa selección de la uva, buscando siempre el equilibrio natural entre acidez, fruta y estructura. A ello se suma una crianza precisa y respetuosa, pensada para integrarse sin imponerse.
Este proceso es posible gracias a un equipo de profesionales con amplia experiencia en la casa, respaldados por una inversión en tecnología y medios que nos permiten tomar decisiones fundamentadas y precisas.
No buscamos que la madera domine, sino que acompañe. Tras el paso por barrica, los vinos reposan en botella bajo condiciones controladas de temperatura y humedad. Esta fase de evolución reductiva es esencial: permite afinar la estructura, suavizar los taninos y desarrollar una mayor complejidad aromática. Para nosotros, se trata de una etapa clave en la expresión final del vino, asegurando una evolución positiva durante muchos años.
Si tuviera que recomendar un vino de Beronia a alguien que todavía no conoce la bodega, ¿cuál elegiría y por qué?
Elegiría, sin duda, nuestro Beronia Reserva. Este vino representa la esencia de nuestra filosofía: un equilibrio perfecto entre fruta, estructura y elegancia, fruto de una cuidadosa selección de uvas y una crianza en barrica y botella que respetan la tradición realzando su origen. Es un excelente punto de partida para descubrir lo que hacemos en Beronia.
Para terminar, ¿cómo cree que está evolucionando el perfil gustativo y estilístico de los vinos de Rioja? ¿Y cómo se adapta Bodegas Beronia a estas tendencias?
Tradicionalmente, los vinos de Rioja se caracterizan por su finura, elegancia y suavidad, cualidades que definen el legado de esta región. El consumidor actual busca vinos frescos, honestos y con menor intervención, por lo que gran parte del camino ya lo hemos recorrido.
En Beronia, trabajamos con respeto absoluto a esta tradición, pero también con la voluntad de aportar un estilo propio que diferencie nuestros vinos. Nuestra bodega “mira” literalmente al viñedo, buscando la identidad varietal, afinando el uso de la madera para que no oculte el origen. La innovación y la sostenibilidad forman parte de nuestro presente y futuro, sin perder la esencia que nos define.








