El olivar de regadío representa el 33,5% de la superficie total del cultivo de olivar
Andalucía se apoya en la digitalización para la gestión del riesgo en el uso de aguas regeneradas en olivar
La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía acogió a mediados de mayo la presentación de resultados de HAGRO, un proyecto de innovación con financiación andaluza y europea que ha permitido la creación de una herramienta digital que simplifica y agiliza la redacción de los planes de gestión del riesgo en el uso de las aguas regeneradas para el riego agrícola del olivar, reduciendo los tiempos y los costes necesarios para ello y garantizando el cumplimiento de la exigente normativa por parte de todos los actores implicados.
Además, la particularidad de esta herramienta es que abarca toda la cadena de valor, desde el operador de la planta depuradora hasta los usuarios finales, los regantes, e incluirá asimismo todas las infraestructuras intermedias de gestión del agua de riego, como balsas de regulación y redes de distribución. Se trata por tanto de un asistente pensado para ayudar a todos los actores implicados en la redacción de los riesgos del uso de aguas regeneradas en el cultivo del olivar.
En un momento crucial para el uso agrícola de las aguas regeneradas
En concreto, en el conjunto de las cuencas andaluzas, el volumen de aguas regeneradas se prevé aumente de 63,68 a 174,21 hm3/año hasta 2027. Dentro de las cuencas litorales, es en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas donde se prevé el mayor desarrollo, pues las aguas regeneradas están llamadas a quintuplicar su volumen de aquí a 2027.
Además, vendrá a complementar el Plan PARRA con el que desde el Ejecutivo andaluz queremos llevar agua desde los terciarios hasta las comunidades de regantes en los próximos años. Un plan que no es futuro, sino que ya está en marcha
Por su parte, el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, destacó que el proyecto HAGRO “responde a una necesidad estratégica para el regadío andaluz, como es asegurar la disponibilidad de agua en un escenario de creciente incertidumbre y escasez”, y subrayó que esta herramienta digital “no se queda en el plano técnico, sino que integra conocimiento científico, experiencia técnica y participación de los regantes para garantizar el uso seguro de las aguas regeneradas, conforme a la exigente normativa europea”. Asimismo, valoró que esta solución “dará continuidad al camino iniciado con proyectos previos como Reutivar y Reutivar 2.0, consolidando la apuesta del regadío por un mix hídrico sostenible”.
En su intervención, Cepeda también lanzó un mensaje a la administración andaluza: “Hay que aprovechar al máximo las aguas regeneradas, sobre todo en las cuencas litorales, donde los vertidos acaban en el mar y podrían ser aprovechados como recurso. Y en las cuencas interiores, como la del Guadalquivir, su asignación debe hacerse con mucha cautela para no tensionar aún más una cuenca ya deficitaria, en la que estos vertidos ayudan a cumplir los caudales ecológicos”. Por último, reclamó que “el modelo murciano, donde el 95% de las aguas regeneradas son reutilizadas sin coste para el regante, debe servir de inspiración si queremos que Andalucía aproveche realmente este recurso con todas sus posibilidades”.
Valor para el olivar
Las aguas regeneradas representan una oportunidad especialmente relevante para el sector del olivar, que necesita dar con recursos no convencionales que garanticen la disponibilidad de agua para su riego. El olivar de regadío representa el 33,5% de la superficie total de este cultivo y es un motor económico y vertebrador del tejido social en la región. Aporta el 24% del valor total de la producción agrícola andaluza y de él dependen más de 250.000 familias de olivareros en Andalucía. Sin embargo, al ser el cultivo más extendido, es necesario una garantía hídrica que, según los datos de la CHG, supone el 21% de la demanda total de agua del regadío en nuestra Comunidad. Es, por tanto, uno de los más amenazados por las perspectivas del cambio climático, con ciclos más amplios de sequía y temperaturas más elevadas. Se estima en un 15% el crecimiento del déficit potencial de humedad del suelo, que irá acompañado de un ligero aumento de la demanda hídrica.
De ahí el interés de este sector por mejorar la garantía de agua a través de la diversificación del mix hídrico, y en particular a través del aprovechamiento de aguas regeneradas. Los proyectos Reutivar y Reutivar 2.0, de cuyos resultados arranca Hagro, acumularon evidencia científica suficiente para acreditar que las aguas regeneradas pueden utilizarse con seguridad en el riego del olivar, e incluso podrían aportar ventajas nutricionales. HAGRO ha dado continuidad a ambos proyectos, poniendo al servicio de todos los actores implicados una herramienta digital de gestión de riesgos, que otorga plenas garantías sobre el uso seguro de las aguas regeneradas y sobre el cumplimiento de los requisitos legales marcados por el nuevo Reglamento (UE) 2020/741 sobre la calidad de las aguas.


























