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"La automatización en el sector oleícola presenta particularidades muy marcadas"

Entrevista a Rafael J. Vilches Oyonarte, CEO de Indea Technologies

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La automatización de la almazara es un paso positivo para el sector olivarero, aunque algunas veces pueda contemplarse con recelo. El por qué es simple: los operarios pueden ocupar su tiempo en tareas relacionadas con la calidad y que aporten valor añadido, como ya ocurre en otros sectores. En esta entrevista, Rafael J. Vilches nos explica cómo ha sido el recibimiento de su nuevo sistema IFS/System además de la línia de investigación en I+D que está llevando a cabo su empresa, Indea Technologies. También nos da su punto vista sobre las carencias que tiene el sector en este tema tan complejo.

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¿Cómo enfocáis el proceso de automatización de la almazara respecto a los demás sectores con los que trabajáis?

La automatización en el sector oleícola presenta particularidades muy marcadas que lo diferencian de otros entornos industriales. A nivel técnico, el principal reto es la estacionalidad extrema del proceso productivo. La campaña de la aceituna se concentra en un periodo muy corto, generalmente de unos tres meses, durante los cuales la planta debe operar al máximo rendimiento, sin margen para fallos ni largas curvas de aprendizaje.

Esto nos obliga a diseñar soluciones altamente robustas, de rápida implantación y extremadamente intuitivas para el usuario final. Muchas veces, el personal de planta no cuenta con una formación técnica avanzada, por lo que la interfaz de usuario debe ser sencilla, visual y enfocada a la operatividad directa. Además, nuestros sistemas están diseñados para que el mantenimiento y la resolución de incidencias se puedan hacer de forma remota, con herramientas de telemantenimiento y diagnóstico que reducen tiempos de respuesta y evitan desplazamientos innecesarios.

Desde el punto de vista organizativo y comercial, trabajamos con una estructura interna ágil y bien coordinada, que nos permite responder en tiempo récord durante la campaña, que es cuando el cliente más nos necesita. Sabemos que una parada de unas pocas horas puede tener un gran impacto económico, por eso nuestras soluciones están pensadas para ofrecer la máxima disponibilidad y soporte técnico en tiempo real.

Finalmente, un factor clave es el conocimiento profundo del proceso de producción del aceite. No solo automatizamos, sino que entendemos el negocio de la almazara: cómo se recepciona la aceituna, cómo se gestiona la calidad del aceite, cómo se optimizan los recursos en momentos de alta presión. Esa experiencia sectorial nos permite aportar un valor añadido que va mucho más allá de la tecnología.

El 2024 presentasteis vuestro nuevo sistema IFS/System. ¿Cómo lo ha acogido el mercado?

La acogida del sistema IFS/System ha superado nuestras expectativas, tanto por el interés del sector como por la rápida adopción en campo. Este sistema representa una solución innovadora y precisa para uno de los grandes retos tecnológicos del proceso de extracción de aceite: la medición en continuo del rendimiento graso y la humedad del alpeorujo.

Desde el punto de vista técnico, el sistema se basa en la medición del espectro de impedancia compleja del alpeorujo. Esta tecnología, que hemos desarrollado específicamente para el entorno oleícola, nos permite realizar un análisis continuo y en tiempo real, con resultados altamente precisos y sin necesidad de muestreo manual ni manipulaciones destructivas. Esta precisión no solo mejora el control del proceso, sino que también permite a la almazara optimizar la extracción y mejorar la rentabilidad del proceso.

Comercialmente, el mercado ha respondido de forma excelente. Más de 30 instalaciones han sido ya contratadas en su primer año de lanzamiento, lo cual demuestra la confianza del sector en la tecnología. Uno de los factores clave de su éxito ha sido su relación calidad-precio: IFS/System ofrece prestaciones de alto nivel a un coste accesible, lo que lo hace competitivo incluso frente a soluciones tradicionales de mayor precio y menor adaptabilidad.

Además, en diversas licitaciones privadas, nuestra solución ha sido seleccionada frente a otras opciones del mercado, gracias a su fiabilidad, su integración sencilla en sistemas existentes y nuestro soporte técnico especializado en el sector oleícola. En resumen, IFS/System no solo es una tecnología innovadora, sino una herramienta real para mejorar el rendimiento y la eficiencia en las almazaras.

¿En qué punto se encuentra el sector almazarero respecto a la automatización de su producto?

El sector almazarero, si bien ha avanzado en los últimos años, todavía presenta un nivel relativamente bajo de automatización en comparación con otros sectores industriales. Hay un gran margen de mejora, especialmente en la digitalización de procesos, el análisis en tiempo real y la trazabilidad del producto.

Desde el punto de vista técnico, las principales barreras que frenan esta evolución son varias. En primer lugar, el coste inicial de los equipos de automatización sigue siendo percibido como una inversión elevada, sobre todo para almazaras medianas o pequeñas. A esto se suma una falta generalizada de formación técnica en las plantas, lo que genera una cierta resistencia al cambio y a la adopción de nuevas tecnologías.

También ha habido experiencias previas con productos de baja fiabilidad o mal adaptados al entorno oleícola, ofrecidos por empresas sin conocimiento específico del sector. Esto ha dejado cierta desconfianza en parte del mercado, que teme repetir inversiones fallidas.

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A nivel institucional, la escasez de subvenciones o incentivos dirigidos específicamente a la automatización también limita el acceso a tecnologías avanzadas, especialmente en un sector tan estacional como este. Y no podemos dejar de mencionar el temor que tienen algunos operarios a que la automatización suponga una amenaza para sus puestos de trabajo, cuando en realidad debería verse como una oportunidad para mejorar condiciones laborales, aumentar la eficiencia y permitirles centrarse en tareas de mayor valor añadido.

Desde una perspectiva comercial, nuestra labor no solo consiste en desarrollar tecnología avanzada, sino también en educar al cliente, generar confianza y acompañarlo paso a paso en el proceso de transformación digital. Cuando logramos esto, el cambio se produce de forma natural, con resultados muy positivos tanto en la operativa como en la rentabilidad de la almazara.

¿Cuál es la principal carencia o error que comete dicho sector en este aspecto?

Uno de los errores más frecuentes en el sector oleícola es la creencia de que la automatización, por sí sola, resolverá todos los problemas operativos. La tecnología es una herramienta potentísima, pero su efectividad depende de cómo se implementa, de la calidad del proveedor y, sobre todo, de cómo se integra con el conocimiento del proceso y la gestión humana.

Técnicamente, otro error común es elegir proveedores únicamente en base al precio más bajo, sin valorar aspectos críticos como la fiabilidad del sistema, el soporte técnico o la experiencia del proveedor en el sector. Esto suele terminar en soluciones poco adaptadas, de corta vida útil o que generan más problemas de los que resuelven.

Además, muchas veces no se evalúan adecuadamente los beneficios indirectos e inducidos por la automatización, como la reducción de paradas, mejora de la calidad del producto, ahorro energético o trazabilidad de procesos. Al centrarse solo en el ROI inmediato, se pierde de vista el valor estratégico que la digitalización puede aportar a medio y largo plazo.

Y finalmente, aunque se invierte en automatización, es habitual que no se aproveche adecuadamente la información que los sistemas generan. En muchos casos, los datos se quedan en la pantalla del operario o en una base de datos sin análisis. Esto limita el potencial de mejora continua, ya que no se transforman los datos en conocimiento accionable.

Desde nuestro enfoque, más allá de ofrecer tecnología, nos esforzamos en acompañar al cliente en el cambio cultural, ayudándolo a interpretar la información, tomar mejores decisiones y sacar el máximo partido a sus sistemas. La automatización es un medio, no un fin; y cuando se comprende esto, los resultados se multiplican.

¿Cuál es su punto fuerte respecto a la competencia?

Nuestro principal valor diferencial radica en una combinación de experiencia, conocimiento sectorial profundo y una tecnología altamente modular que se adapta a las necesidades reales del cliente.

Desde el punto de vista técnico, destacamos por la modularidad de nuestro sistema, que permite escalar las soluciones en función del tamaño de la almazara, su presupuesto o el grado de automatización deseado. Esto nos da una gran ventaja frente a sistemas cerrados o poco flexibles, ya que podemos implementar desde pequeños módulos de mejora hasta sistemas completamente integrados y digitalizados.

A esto se suma una experiencia de más de 30 años en fabricación y automatización en el sector oleicola, lo que nos permite ofrecer soluciones maduras, probadas y fiables. No improvisamos. Nuestro conocimiento no solo es tecnológico, sino también profundamente operativo: entendemos el proceso del aceite desde la recepción de la aceituna hasta el envasado, y sabemos cómo optimizarlo con herramientas reales y eficaces.

Otro punto clave es la estructura interna optimizada de nuestra empresa. Hemos diseñado nuestros procesos para ser rápidos, eficientes y con una atención muy personalizada. Esto se traduce en respuestas ágiles, soporte técnico eficaz y una cercanía constante con el cliente, especialmente durante la campaña, cuando más se necesita.

En resumen, mientras otros ofrecen tecnología, nosotros ofrecemos soluciones completas y adaptadas, respaldadas por experiencia, conocimiento y una visión clara de las necesidades de cada almazara. Esa es, sin duda, nuestra mayor fortaleza competitiva.

¿Qué líneas de investigación en I+D están siguiendo en este momento?

Actualmente estamos trabajando en varias líneas de I+D punteras, todas enfocadas en incrementar la eficiencia, la calidad y la sostenibilidad del proceso oleícola, combinando sensores inteligentes, inteligencia artificial y automatización avanzada.

En primer lugar, estamos desarrollando sensores on-line para la caracterización y clasificación del aceite, que permitirán medir parámetros clave de calidad en tiempo real, sin necesidad de intervención manual. Esta tecnología ayudará a tomar decisiones más rápidas y precisas, optimizando la trazabilidad y asegurando un producto final de mayor valor añadido.

Por otro lado, estamos profundizando en la integración de algoritmos de inteligencia artificial dentro de bucles de control en cascada, lo que permitirá a nuestros sistemas aprender del proceso y ajustarse dinámicamente a condiciones cambiantes, sin necesidad de intervención humana constante. Esto supone un paso decisivo hacia el control autónomo y predictivo en la almazara.

También trabajamos en un programa de mantenimiento preventivo inteligente que monitoriza continuamente el estado de la maquinaria, anticipando fallos y optimizando la planificación de intervenciones. Esta línea es clave para garantizar la disponibilidad total durante la campaña, minimizando paradas y costes de mantenimiento.

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Otro proyecto estratégico es la optimización avanzada del decanter, mediante una integración simbiótica con analizadores de pérdidas de grasa. Con esta tecnología, el sistema ajusta automáticamente los parámetros del decanter para maximizar la eficiencia de extracción y reducir mermas, algo que tiene un impacto directo en la rentabilidad.

Además, seguimos trabajando en la mejora continua de nuestro sistema IFS, con nuevas versiones que incorporan mejoras en precisión, conectividad y análisis de datos en tiempo real.

Y por último, hemos lanzado un programa de análisis energético avanzado mediante IA, con el objetivo de detectar patrones de consumo, identificar ineficiencias y reducir el gasto energético del proceso, alineándonos con los objetivos de sostenibilidad que cada vez tienen más peso en el sector.

Estas líneas de investigación no solo fortalecen nuestra oferta tecnológica, sino que también nos posicionan como un socio estratégico para las almazaras que quieren liderar el futuro del sector.

¿Han incorporado la IA a sus soluciones?

Sí, y lo hemos hecho de forma estratégica y totalmente orientada a la mejora del rendimiento de los procesos clave en la almazara. Durante la pasada campaña hemos llevado a cabo pruebas avanzadas de integración de motores de inteligencia artificial dentro del núcleo de nuestro sistema Alma/SYSTEM, lo que marca un paso significativo hacia la automatización inteligente del sector.

Desde el punto de vista técnico, hemos enfocado la IA en dos áreas fundamentales: por un lado, el análisis y establecimiento de consignas óptimas en lazos de control complejos, como los que regulan el funcionamiento del decanter, donde múltiples variables interactúan en tiempo real. Gracias a los algoritmos de aprendizaje automático, el sistema es capaz de ajustar los parámetros operativos de forma dinámica, maximizando el rendimiento graso y reduciendo pérdidas.

Por otro lado, hemos aplicado IA al análisis inteligente de los consumos energéticos de la planta, detectando patrones de uso, anomalías y oportunidades de ahorro energético. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también contribuye directamente a la sostenibilidad del proceso y a la reducción de costes.

Comercialmente, esta integración de IA aporta un valor diferenciador muy potente, ya que convierte nuestro sistema Alma/SYSTEM en una herramienta proactiva, capaz de anticiparse a los cambios del proceso y optimizar en tiempo real, algo que hasta ahora solo era posible con una supervisión humana constante.

En definitiva, no hablamos de IA como una moda, sino como un recurso funcional, probado en condiciones reales, y que ya está ayudando a las almazaras a ser más inteligentes, eficientes y competitivas.

¿Cuál es su visión estratégica del futuro del sector oleícola en relación con la automatización y la inteligencia artificial?

Creemos firmemente que el futuro del sector oleícola pasa por una transformación profunda, donde la automatización avanzada y la inteligencia artificial serán los pilares fundamentales para garantizar la sostenibilidad, la rentabilidad y la competitividad de las almazaras.

Estamos entrando en una nueva era donde ya no basta con producir aceite de calidad; ahora es imprescindible hacerlo de forma más eficiente, más sostenible y con mayor trazabilidad. La automatización nos permite controlar cada etapa del proceso con una precisión impensable hace apenas unos años. Y la inteligencia artificial añade una nueva dimensión: la capacidad del sistema de aprender, adaptarse y tomar decisiones en tiempo real, incluso en escenarios de alta variabilidad como los que presenta la campaña oleícola.

Nuestra visión es clara: acompañar a las almazaras en esta evolución tecnológica sin perder de vista la tradición y el conocimiento ancestral que caracterizan al sector. No queremos sustituir el saber del maestro de almazara, sino potenciarlo con herramientas que le permitan tomar mejores decisiones, reducir costes, evitar errores y mejorar la calidad final del aceite.

Estamos convencidos de que las almazaras que integren estas tecnologías no solo sobrevivirán, sino que liderarán el mercado, accediendo a nuevos nichos de valor, como la exportación premium, la producción ecológica trazable o la certificación energética del proceso.

Nuestro compromiso como empresa es claro: seguir innovando, desarrollando soluciones accesibles, específicas para el sector y pensadas para el usuario. Porque el futuro del aceite de oliva no es solo verde… también es digital e inteligente.

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