"Nos llegan muestras en las que este estrés hídrico y térmico ya está haciendo estragos"
Análisis organoléptico y de perfil graso de la aceituna 2025/26
Juan Tello, director de Laboratorios Tello
14/11/2025Las consecuencias más directas de lo anterior son, por una parte, pérdida de rendimiento y, por otra, una incorrecta maduración y desarrollo de los procesos que permiten una óptima calidad del AOV que pronto obtendremos.
En estas condiciones actuales, los AOVEs que estamos catando son excelentes. Aunque, puestos a ser rigurosos, la falta de calibre en muchas aceitunas —nos movemos entre 2 y 3 gramos por aceituna y relación pulpa/hueso baja— a veces se traduce en amargos medios/altos y ligeras astringencias.
En picual estamos con un rendimiento bruto medio en el entorno del 14–15 %, con una humedad del 56 %, lo que ratifica la correcta selección del fruto y nos lleva a un 11 % aprox. de rendimiento industrial en bodega. No está mal, pero recuerdo que cuando estamos en un año bueno solíamos acabar este mes con casi un 15 % en bodega.
Algo similar podemos decir de otras variedades, siempre diferenciando entre riego y secano. Las arbequinas de riego presentan un mejor calibre, pero bajo rendimiento, apenas llegan al 9 % en bodega —incluso menos a estas alturas—, lo que está originando que la recolección, por ejemplo, en el Alentejo portugués no esté aún a pleno rendimiento. Además, con estos calores, sufre mucho.
¿Y en qué puede influir todo lo dicho en el desarrollo de esta nueva campaña?
Si la ausencia de lluvia continúa:
- Se acentuarán los problemas de falta de calibre en las aceitunas, la falta de rendimiento, maduraciones aceleradas más que reales y calidades flojas de nuestros AOV. ¡Casi nada!
- Los agricultores se quejarán de los bajos rendimientos. Las almazaras, de que tienen que molturar mucha aceituna para lograr sacar aceite.
- Las calidades no serán las esperadas, con el consiguiente desánimo de quienes, a pesar de los esfuerzos por recoger el fruto del árbol y tratarlo con esmero, no se ven recompensados con la calidad final que se obtiene. Los precios y/o bonificaciones no son las esperadas.
- Y, finalmente, un mercado haciendo ‘encajes de bolillos’ para gestionar todos estos avatares.
Y, finalmente, si a todo esto añadimos la casi angustiosa expectación que la próxima aparición de la norma que regule los límites de Mosh y Moah está generando… ¡¡¡para qué queremos más!!!
La preocupación es máxima, sobre todo por las múltiples fuentes de contaminación que pueden existir, lo que hace complejo su control. A ello se suma la complejidad técnica de su análisis y la escasa productividad de los equipos que estamos obligados a utilizar.


























