Unas diez almazaras procesan cerca del 46% del total de aceitunas molturadas, lo que revela un grado creciente de concentración productiva
Los lagares portugueses: una imposición del campo a la agroindustria
Transformación agrícola: tradición frente a modernidad
La modernización ha elevado el rendimiento medio a 2,1 toneladas por hectárea, una cifra que triplica la registrada a principios de siglo y que coloca a Portugal entre los países más eficientes del mundo. Este salto productivo está vinculado a la expansión del regadío, que ya cubre el 58% de la superficie olivarera, especialmente gracias a infraestructuras como el embalse de Alqueva, el mayor lago artificial de Europa Occidental.
Expansión territorial y concentración geográfica
El crecimiento de la superficie olivarera en Portugal ha sido notable: de unas 290.000 hectáreas en 2010 se ha pasado a casi 381.000 en 2024. Esta expansión ha seguido un patrón geográfico desigual, concentrándose en Alentejo (53,5% del total), seguido de Tras-os-Montes (21,4%), Beira Interior (12,4%) y Ribatejo e Oeste (5,9%).
Mientras que en Tras-os-Montes y Beira Interior predomina el olivar tradicional, Alentejo ha liderado la reconversión hacia sistemas intensivos y modernos. Allí se concentra el mayor número de grandes plantaciones y almazaras industriales, lo que ha permitido alcanzar rendimientos elevados y costes más competitivos. Esta evolución geográfica refleja, a su vez, un modelo dual de desarrollo: el norte más ligado a la tradición y el sur orientado a la producción intensiva y tecnificada.
Modernización tecnológica en el campo y en la industria
La modernización portuguesa no se limita al campo, sino que alcanza también a la fase industrial. En las almazaras, la introducción de maquinaria avanzada, sistemas automatizados y procesos digitales ha transformado la producción. Hoy, el 91 % del aceite producido en Portugal es virgen o virgen extra, lo que refleja una clara orientación hacia la calidad.
El número de almazaras, sin embargo, ha disminuido: de 506 en 2013 a 462 en 2023, una caída del 8,7%. Esta reducción responde al cierre de pequeñas instalaciones familiares y al auge de grandes plantas industriales, que concentran buena parte de la molturación nacional. De hecho, unas diez almazaras procesan cerca del 46% del total de aceitunas molturadas, lo que revela un grado creciente de concentración productiva.
La dualidad del sector: grandes almazaras frente a explotaciones tradicionales
- Grandes almazaras industriales: poseen capital, tecnología y capacidad exportadora. Se benefician de economías de escala, acceden a mercados internacionales y concentran inversiones en innovación y marketing.
- Pequeñas y medianas almazaras tradicionales: representan el tejido cultural y social de las zonas rurales, pero enfrentan dificultades para competir. Sus limitaciones financieras, la escasa modernización y la dificultad de acceder a mercados globales las colocan en riesgo de desaparición.
Impacto social y cultural
Portugal en el contexto global
Europa sigue siendo el centro productor, pero países no mediterráneos como Estados Unidos, Australia, Brasil y Argentina están ganando peso. En este contexto, Portugal se beneficia de la transferencia tecnológica y de la creciente demanda global, especialmente en mercados emergentes.
Retos estructurales
- Clima: el déficit hídrico y la recurrencia de sequías amenazan la estabilidad de la producción, lo que obliga a invertir en gestión eficiente del agua y diversificación de cultivos.
- Concentración productiva: el dominio de grandes almazaras genera eficiencia, pero pone en riesgo la viabilidad de pequeñas explotaciones y la diversidad agroecológica.
- Volatilidad de costes y precios: el aumento en los insumos agrícolas y energéticos, unido a la volatilidad del mercado internacional, condiciona la rentabilidad de los productores.
- Homogeneización del producto: la estandarización puede debilitar la identidad del aceite portugués y reducir su capacidad para competir en segmentos de alto valor.
- Despoblación rural: la desaparición de pequeñas almazaras amenaza la cohesión social y territorial.
Oportunidades de futuro
- Modernización inclusiva: políticas que faciliten el acceso a tecnología y financiación a pequeñas y medianas almazaras, reduciendo la brecha competitiva.
- Cooperación sectorial: fortalecimiento de cooperativas y asociaciones que permitan a los pequeños productores acceder a economías de escala y a mercados internacionales.
- Diferenciación: promoción de aceites de oliva con denominación de origen, producción ecológica y perfiles sensoriales únicos, que conecten con consumidores exigentes.
- Economía circular: aprovechamiento de subproductos (orujo y alpeorujo) para biocombustibles, fertilizantes o cosmética, diversificando ingresos y reduciendo impacto ambiental.
- Sostenibilidad social y territorial: integrar la olivicultura como motor de cohesión rural, preservación del paisaje y lucha contra la despoblación.
Conclusión
El crecimiento de la producción de aceitunas en Portugal constituye un caso paradigmático de transformación agrícola acelerada. El país ha sabido aprovechar la modernización, el riego y la tecnología para situarse en la élite mundial, consolidando una industria competitiva y orientada a la calidad.
El futuro del sector dependerá de la capacidad de integrar a todos los actores, fortalecer la cooperación, diferenciar el producto y consolidar políticas públicas inclusivas. Solo así Portugal podrá reafirmarse no solo como potencia olivícola, sino como referente mundial en sostenibilidad, innovación y preservación cultural en el ámbito agroalimentario.
El futuro del sector dependerá de la capacidad de integrar a todos los actores, fortalecer la cooperación, diferenciar el producto y consolidar políticas públicas inclusivas. Solo así Portugal podrá reafirmarse no solo como potencia olivícola, sino como referente mundial en sostenibilidad, innovación y preservación cultural en el ámbito agroalimentario.


























