La guía Michelin crea una clasificación mundial de vinos con su propio sistema de ‘racimos’
La Guía Michelin ha anunciado el lanzamiento de una nueva clasificación dedicada a los vinos, que reconocerá por primera vez a los mejores productores con uno, dos o tres ‘racimos’, en un modelo equivalente a las estrellas otorgadas a restaurantes y las llaves para hoteles. El proyecto, que comenzará en las regiones francesas de Burdeos y Borgoña y se extenderá progresivamente a otros territorios, aspira a convertirse en un referente internacional en materia enológica.
La iniciativa fue presentada por el director internacional de la Fuía, Gwendal Poullennec, durante un acto celebrado en L’Tour d’Argent. Según explicó, la incorporación del vino a las selecciones oficiales responde a la voluntad de ofrecer una visión completa de la excelencia gastronómica. “Formar parte de la selección de la Guía Michelin ya será un logro en sí mismo”, señaló.
Foto de Louis Hansel en Unsplash.
El nuevo sistema contempla tres niveles de distinción. Un racimo distinguirá a los productores que elaboran vinos “con carácter y estilo”, especialmente en sus mejores añadas. Dos racimos reconocerán a aquellos que sobresalen por la calidad y personalidad de sus vinos. Los codiciados tres racimos se reservarán para bodegas excepcionales, cuyos vinos “son de clase mundial y merecen ser buscados y degustados”, afirmó Poullennec. La consistencia y el compromiso del productor, independientemente de la añada, serán determinantes para acceder al nivel superior.
La metodología de evaluación se basará en cinco criterios: calidad agronómica, maestría técnica, identidad del productor, equilibrio del vino y regularidad en el tiempo. Los inspectores, empleados en exclusiva por el Grupo Michelin, iniciarán sus visitas a primera hora de la mañana con recorridos por los viñedos, permitiendo evaluar el trabajo desde el origen. Según Poullennec, la calidad del suelo, la salud de las vides, el cuidado de la poda y la elección varietal serán factores decisivos.
El proceso de transformación de la uva también será analizado con detalle, valorando la precisión en las técnicas de vinificación y la capacidad del productor para obtener vinos puros y equilibrados. A ello se sumará el análisis de la armonía gustativa —dulzor, taninos, alcohol— y la consistencia en el desempeño a lo largo de los años.
Michelin concibe este proyecto como un sistema internacional, aplicable en todos los destinos donde el vino forma parte destacada de la oferta gastronómica. Para ello, aprovechará también los extensos archivos de la ‘Guide par coeur des vins’, creada por el crítico Robert Parker y adquirida por el grupo en 2016, que reúne miles de reseñas acumuladas en casi cinco décadas.
Con la clasificación de vinos, Michelin amplía el alcance de una Guía que, en 2025, celebra 125 años de historia y que aspira a seguir marcando pautas en la valoración de la excelencia a nivel mundial.













