Entrevista a Blanca Benito Padilla, sumiller, comunicadora del vino y empresaria
Blanca Benito es el claro ejemplo de que, en el sector del vino, los perfiles profesionales son muy dispares y, por supuesto, tremendamente interesantes. Con unos inicios enfocados al marketing digital, Benito cambió de rumbo en 2015 y, tras estudiar sumillería, se fue a vivir a Francia para empaparse de un mundo que le fascinó. Desde entonces, se ha convertido en una de las comunicadoras referentes y su labor llega, cada día, a los más de 23.000 seguidores que ha reunido en redes.
¿Cómo inició su andadura en el mundo del vino?
Yo empecé a descubrir el mundo del vino con 20-25 años, comenzando a asistir a catas y visitando bodegas, y el tema me apasionaba cada vez más y más. Hace 10 años, durante un parón laboral en mi carrera de Marketing, decidí estudiar Sumillaría y sacarme el Diploma. Luego me fui a Francia a vivir y seguí estudiando allí, visitando más bodegas y viticultores. El mundo del vino me había cautivado, sabía que quería dedicarme a ello y a ayudar a su gente.
En su recorrido ha pasado por prestigiosas bodegas, distribuidores y profesionales del vino. ¿Qué ha aprendido de cada una de ellas?
Hay algo en común y es que a todos les mueve la pasión y la vocación. No es un sector fácil, así que si te dedicas a ello, te tiene que mover la pasión, y ese ha sido mi principal aprendizaje, hacerlo todo desde el amor por este mundo. Luego, he aprendido mucho sobre sus problemáticas, escucharlos a cada uno de ellos ha sido una experiencia importantísima para entender las dificultades a la hora de vender, para encontrar nuevos clientes y la cantidad de tareas y datos a enviar a cada una de las administraciones (Hacienda, Agricultura, Consejo Regulador...)
En este sentido, ¿cuál ha sido el mayor desafío en su carrera hasta ahora?
El mayor desafío sin duda es crear VINAI, un sistema que facilite al máximo todas las tareas y que resulte lo más fácil posible para la bodega. No es nada fácil porque las distintas regulaciones y la falta de comunicación entre los diferentes actores de la administración lo hacen muy difícil…
Esta solución, basada en la nube, fusiona la tecnología IA con la tradición vitivinícola. ¿Cómo es posible?
VINAI es una plataforma SAAS para bodegas que gestiona desde la trazabilidad de campo hasta la venta. Somos los únicos en incorporan un Marketplace y un Módulo de IA para que las bodegas puedan predecir sus ventas y rentabilizar al máximo su producción. Como comentaba antes, es un gran desafío porque nosotros, además, incluimos a todos los actores: bodegas, Consejos Reguladores, distribuidores y administración pública.
La falta de un lenguaje que capte la atención del gran público, especialmente el joven, para animarle a conocer en más profundidad el sector del vino es una problemática extendida en el sector. ¿Cómo trabaja Blanca Benito para romper esa barrera?
Utilizo el humor, que para mí es parte de mi personalidad y también pienso que es muy necesario para la vida. Creo que con pasión y humor cualquier aprendizaje es mucho más fácil y cercano. También trabajo por hacer ver que el vino es “cultura líquida”, es más que una bebida alcohólica, es parte de la tierra, de la gente, de nuestro patrimonio. Y para transmitir todo esto, las redes sociales pienso que son el mejor medio para llegar. Me gustaría que se pudiera llegar también con contenido televisivo, pero es más difícil. Al final, el alcohol tiene contenidos limitados.
El uso de tecnicismos y elitismos es, posiblemente, un freno importante. ¿Es posible comunicar el vino de otra forma?
No pienso que sea el mayor freno, lo aconsejable es usar esos tecnicismos y explicarlos. Al final, si un vino resulta tánico hay que decirlo y no hay otra palabra para expresarlo. Eso sí, tampoco pasarte y parecer que te has tragado un libro de caballerías del siglo XVI. Al final, en el punto medio está la virtud.
Si hablamos de su faceta como sumiller, y como amante del vino, ¿qué zonas de España le parecen más interesantes?
Uff, es como si me preguntas a quién quiero más si a papá o a mamá. Me es complicado. Me encanta las nuevas producciones de La Rioja, las Garnachas de Navarra, los blancos de Terra Alta, los Pietro Picudo y Albarín de León... Y, por supuesto, soy una gran amante de El Bierzo y de la Ribera Sacra, así como de las pequeñas producciones de Ribera del Duero.
¿Hay alguna región o variedad emergente que le llame la atención?
Cebreros me parece de las regiones obligatorias a descubrir, hacen unas Garnachas frutales, minerales y ligeras increíbles. Sierra de Salamanca, con la uva Rufete, me resulta muy recomendable, la he descubierto hace relativamente poco y creo que a nivel de producción hay que apostar más por esa uva.
Y a nivel internacional, ¿qué países le cautivan?
Ay, ¡aquí me has pillado! Viví 8 años en Francia y parte de mi formación como sumiller la hice allí y me encanta. No puedo evitarlo, Francia me parece el país de vino. No porque el vino sea mejor, ¡ojo!, sino porque la gente tiene mucha cultura del vino. Luego, hay una elegancia en todo lo que hacen y saben venderlo tan bien… Siento fascinación por la Borgoña.
¿Cuáles cree que son las tendencias de consumo hacia las que nos encaminamos?
Pues la clave es la graduación, la gente cada vez quiere consumir menos alcohol: vinos de menor graduación o sin alcohol serán la tendencia. Aunque creo que el consumo de vino con alcohol no va morir, por suerte, y se irá hacia los vinos Premium, blancos, espumosos y tintos ligeros sin mucha barrica.
¿Y qué opina sobre el auge de los vinos biodinámicos y ecológicos? ¿Es una tendencia comercial o realmente marcan la diferencia?
Pues mira, con el tema ecológico pienso que debería ser como una obligación, pero para toda la agricultura también (y para muchas de las industrias: huevos, carnes…). No se deberían usar productos nocivos para la salud o para el medioambiente. Ahora, también es verdad que contar con el sello regulador es muy costoso y más difícil de lo que parece y que muchas bodegas, aun haciendo esto, no se lo pueden permitir. Sobre lo biodinámico, no creo que haya mucha diferencia, creo que viene más de las creencias del que elabora. Me gusta escuchar sus métodos e incluso verlos, pero no creo que el resultado sea mejor o peor, ni tampoco muy diferente.
El consumo de vino en lata y formatos alternativos ha crecido en ciertos mercados. ¿Cree que esto representa una revolución capaz de establecerse en España?
No creo mucho en el vino en lata. Los he probado y pienso que el vino tiene un ritual para disfrutarlo y la copa de cristal forma parte de ese ritual. En esto me puedes llamar antigua: si voy a la playa, prefiero esa botella de rosado y espumoso en el chiringuito bien fría con sus copitas. Quizá para los más jóvenes puede ser una opción si vas a festivales, pero yo ya soy mayor para eso (jajaja).
Si tomo vino, quiero hacerlo bien.
Para terminar, ¿podría recomendarnos un vino tinto, uno blanco, uno rosado y uno espumoso?
¡Qué difícil recomendar sólo uno! Hay tantos que recomendar, sobre todo de pequeños productores que no son muy conocidos…
De vino tinto, me decanto por Malahierba Rufete de Sierra de Salamanca y Metáfora Mencía de Bodegas Feo, criado en ánforas de barro como el Garnacha Ánfora de Clemente García.
De vino blanco, tengo un Pedro Ximenez seco hecho en Toledo increíble, CIPMA I de Bodegas Marisol Rubio.
En vino rosado, Alpairo de Bodegas Mucy es un valor seguro, gusta a todo el mundo.
Y entre los espumosos, el cava Pere Ventura Tresor Brut Nature es de mis preferidos.













