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Los principales actores del sector de las energías renovables opinan sobre la energía nuclear tras la catástrofe japonesa

Las renovables: ¿la mejor alternativa a la energía nuclear?

Laia Banús28/04/2011

28 de abril de 2011

Todos nosotros asistimos con estupor a lo acontecido en el noreste de Japón el pasado marzo. No sólo un terremoto y un tsunami arrancaban miles de vidas; también provocaron el mayor incidente nuclear ocurrido desde Chernobil, hace ya 25 años. Otro tsunami, en este caso de miedo por un posible desastre nuclear, hizo que la comunidad internacional no tardara en responder: varios países, como Francia, ordenaban la revisión de los sistemas de seguridad de todas las centrales de su país y China suspendía la aprobación de nuevas plantas nucleares. El Gobierno alemán dio un paso más y anunció su intención de comenzar a trabajar cuanto antes para renunciar a la energía nuclear, con un paralelo despliegue de las energías renovables. Visto lo visto nos podemos preguntar ¿serán las renovables las grandes beneficiadas del miedo ante un desastre nuclear? ¿Es el caso alemán el ejemplo a seguir? Las principales patronales españolas de productores de energías renovables y una fundación que fomenta su producción y uso nos responden.
Foto: Jess & Peter
Foto: Jess & Peter.
  1. ¿Cree que el accidente nuclear de Fukushima significará un retroceso de la energía nuclear a nivel mundial?
  2. ¿Es una oportunidad de oro para las renovables?
  3. Poco antes de la tragedia japonesa, el Gobierno español se planteaba alargar la edad útil de las centrales nucleares. ¿Cree que tras la crisis en Fukushima se lo va a replantear?
  4. Y para finalizar, España depende en demasía de energías no renovables y, además, de importación. ¿Cómo se puede ‘romper’ esta dependencia?

Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas de la Asociación Empresarial Eólica - AEE

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“Aun sin el incidente de Fukushima, la nuclear tendría un rol limitado en el creciente mercado energético mundial”
  1. La energía nuclear tenía antes del accidente una participación poco relevante en el suministro energético mundial. En 2008, según la AIE, suministró el 2,3% de la energía final (comercial) demandada por la humanidad. En términos de generación eléctrica, su aportación fue más elevada, del 15,3%, pero con más del 90% del total generado en los países de la OCDE y Rusia. Con todos los reactores planificados en China, India y otros países emergentes, su aportación al suministro energético mundial en 2020 no alcanzaría el 3% de la demanda de energía final porque es una tecnología que tiene que competir con otras de generación eléctrica que son más baratas de construir, más rápidas y con menos riesgos. Por lo que, aun sin que hubiese ocurrido el desgraciado incidente de Fukushima, tendría un rol limitado en el creciente mercado energético mundial.
  2. Los diferentes acontecimientos que se están dando en el mundo (las revueltas en los países productores de petróleo, el encarecimiento de los combustibles fósiles y el debate sobre la seguridad de las nucleares provocado por Fukushima) hace más pertinente y oportuno que nunca el debate sobre el modelo energético que queremos de cara al futuro. Todos los países que no tienen abundantes recursos fósiles perciben que urge tomar medidas para encontrar alternativas energéticas que sean rápidas de instalar, autóctonas, y con bajos riesgos medioambientales. Y, en el panorama actual, la eólica destaca como una de las tecnologías no sólo más sostenibles, sino también con menor riesgo, más baratas, rápidas de instalar y que aprovecha un recurso que está disponible en prácticamente todos los países del mundo.
  3. Fukushima es un recordatorio de los riesgos que conlleva la tecnología nuclear. Ahora los países de la UE empiezan un proceso de análisis sobre si se habían evaluado bien sus riesgos en Europa. España, como es natural, participa en esa evaluación. Habrá que esperar a ver a qué conclusiones llegan los expertos y qué decisiones toman los políticos en base a esas conclusiones.
  4. Para romper esta dependencia, España debe seguir considerando la eólica como una apuesta estratégica, adoptando normas que promuevan su desarrollo y el de la industria española —que lleva 15 años consolidándose—, para permitir que el sector eólico español prolongue una historia de éxito por la que es conocida en todo el mundo.

Pascual Polo, secretario general de la Asociación Solar de la Industria Térmica - ASIT

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“El sol y el viento son la única fuente energética autóctona y limpia que tenemos en cantidades ilimitadas: aprovechémoslo”
  1. El debate debería girar en torno a las garantías de seguridad de las centrales existentes. Tal vez signifique un punto de inflexión y haga que los gobiernos replanteen sus estrategias energéticas hacia un aprovechamiento racional y más eficiente de las energías convencionales fósiles y un incremento real de la aportación de las Energías Renovables al mix energético.
  2. El desarrollo y la apuesta por las energías renovables se convierte en una necesidad imposible de eludir para conseguir un desarrollo sostenible en un mundo con creciente demanda de energía, porque ya hoy por hoy son un aporte importante dentro del plan energético, sin el impacto que supone para el medio ambiente la producción de energía a partir de los combustibles fósiles, que además cuentan con el problema de su escasez y riesgos incalculables. Además, la producción a partir de energías renovables genera más puestos de trabajo que a través de las fuentes convencionales y la evolución de los precios es previsible ya que los costes no dependen de factores políticos internacionales ni del agotamiento de recursos.
  3. España cuenta con un total de 10 instalaciones nucleares ubicadas dentro de su territorio peninsular, de las cuales sólo ocho grupos están operativos. Se debería proceder a la sustitución gradual de la energía nuclear por energías seguras, limpias y menos costosas.
  4. Con voluntad política y con objetivos estratégicos energéticos a medio y largo plazo. Las energías renovables son las que más emisiones de CO2 han evitado y su desarrollo es la forma más eficaz de alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de España, además de reducir la dependencia de importaciones de petróleo y gas. Así mismo, el sol y el viento son la única fuente energética autóctona y limpia que tenemos en cantidades ilimitadas: aprovechémoslo.

José María González Vélez, presidente de la Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA

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“No se trata de un debate ‘renovables contra nuclear’, se trata de cumplir los objetivos del 20% de renovables que tenemos y que son vinculantes”
  1. Lo que está claro es que el lobby nuclear estaba trabajando a nivel mundial para que se produjese un renacer de esta energía a nivel internacional, dado el estancamiento en que ha estado durante los últimos años, y el desastre de Fukushima va a ser un gran impedimento. No sólo porque se ha reavivado en el imaginario colectivo el miedo por esta tecnología, un miedo que ha sido avivado por la opacidad de la información, sino también porque la gente se ha dado cuenta de que el coste de esta tecnología no se refleja en la factura. Japón ha sido golpeado por un desastre natural sin precedentes y los esfuerzos de muchísimos ingenieros, que deberían haberse volcado en restablecer el suministro eléctrico para poder atender a los damnificados, se han visto absorbidos por el accidente de Fukushima. ¿Quién asume el coste de los japoneses desplazados de la zona de exclusión de la central? ¿Quién va a ocuparse de la limpieza del mar que ya está contaminado? ¿Quién es capaz de cuantificar esa absorción de recursos humanos que ha supuesto el desastre de Fukushima en unos días críticos para la sociedad japonesa? Las elecciones que se han producido en Alemania han mostrado el rechazo de los ciudadanos a esta tecnología y la paralización, aún no se sabe bien si temporal, de los planes de desarrollo nuclear en China, la paralización durante un año de las nuevas nucleares en Italia, la paralización de siete centrales en Alemania... Está claro que los efectos serán muy importantes sobre la industria nuclear.
  2. El camino de las renovables es irreversible porque es la única fuente de energía que nos da seguridad de suministro en el horizonte de vida del planeta y sin causar daño alguno. Su recorrido no depende de circunstancias posibles aunque no deseables, como el desastre de Fukushima o el riesgo geopolítico de los países que tienen petróleo. En España, si se cerraran las nucleares a quien beneficiaría sería a las centrales de gas, que serían las que llenarían en el corto y medio plazo ese vacío. Desde hace muchos años venimos defendiendo que no se trata de un debate ‘renovables contra nuclear’, se trata de cumplir los objetivos del 20% de renovables que tenemos y que son vinculantes, y que el Gobierno se ocupe de decidir con qué tecnologías queremos cubrir el 80% restante. En cambio, sí confirma otra cosa: el coste de las renovables es muy visible, uno echa las cuentas y sabe lo que le suponen al consumidor. Pero el coste de otras tecnologías no está incluido en la factura y al final se paga a través de los impuestos, pero se termina pagando. En abril de 2010, el derrame del Golfo de México, a comienzos de 2011, las revueltas en países suministradores y la catástrofe de Japón, todo ello sin contar con los costes ambientales y del tratamiento de los residuos... En un corto espacio de tiempo hemos visto ejemplos de muchos de estas externalidades. Al final son los ciudadanos los que se hacen cargo de los costes que las tecnologías tradicionales no incluyen en la factura y eso no pasa con las renovables.
  3. Lo que está claro es que el debate nuclear, que era totalmente innecesario en España por nuestro exceso de potencia instalada —principalmente centrales de gas—, ha muerto antes de empezar. En Alemania, el alargamiento de vida de las centrales iba ligado a un impuesto especial para financiar el desarrollo de las tecnologías renovables. Si el Gobierno, con unas centrales ya amortizadas, permite su prolongación debe pedir unas contrapartidas a cambio. En España eso se ha regalado a las grandes eléctricas, aprobando en la Ley de Economía Sostenible un alargamiento de la vida de las centrales sin pedir nada por ello. Y al ciudadano esto no le supone ningún beneficio porque las nucleares cobran al precio de casación, eso quiere decir que aunque su coste sea bajo (lo cual podríamos discutir) al consumidor le da igual porque lo paga caro. A quien le interesa la prolongación de vida de las centrales nucleares con nuestro actual sistema de formación de precios, es al dueño de la central que tiene unos beneficios extraordinarios todos los años.
  4. Existen muchas vías de actuación que deben llevarse a cabo, pero de manera seria y decidida, con convencimiento político. Lo primero es potenciar el ahorro y la eficiencia energética. El kilovatio/hora más barato y más limpio es el que no consumimos. Existen numerosas medidas que no tienen coste para la sociedad porque se compensan con los ahorros en la factura energética: aislamiento térmico de viviendas y oficinas, cambio del alumbrado, … También hay muchos hábitos que no están extendidos en nuestro país como el teletrabajo o la flexibilidad horaria que incidirían muy positivamente en el ahorro de las importaciones de combustibles al reducir desplazamientos y atascos. Por otro lado, la integración de las energías renovables en la edificación es el verdadero reto para el presente siglo. La Unión Europea nos está marcando el camino con sus directivas, incidiendo en que debemos evolucionar hacia edificios con cero emisiones. Esto supone una revolución no sólo por lo que nos ahorramos en importaciones de combustibles fósiles y emisiones, sino porque la implicación del ciudadano en la generación para consumo propio le hará mentalizarse de que la energía es algo que no debe derrocharse. Fotovoltaica, minieólica, climatización mediante geotermia de baja entalpía, calderas de biomasa, … Las energías renovables nos proporcionan numerosas posibilidades a la hora de disminuir nuestra dependencia energética. Por último, las energías renovables son una magnífica apuesta de futuro pues reducen sus costes con su mayor utilización, a diferencia de las tecnologías tradicionales que aumentan su precio según aumenta su demanda al depender de combustibles (fósiles o nucleares) finitos.

Javier Anta, presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica - ASIF

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“Me temo que en España no nos va a afectar en nada, porque los problemas que tenemos no guardan relación directa con la energía nuclear”
  1. A la vista de las decisiones que se están tomando en Alemania, Italia y otros países en relación a la energía nuclear, yo diría que sí, que hay un retroceso. Otra cosa es qué ocurrirá cuando se solucione la situación en Japón y las cosas vuelvan a la normalidad, habrá que ver qué ocurre; lo que sí está claro es que habrá exigencias de seguridad adicionales para las centrales, y que ello las encarecerá.
  2. A nivel global está claro que lo ocurrido va a facilitar el despliegue de las tecnologías limpias, pero en España me temo que no nos va a afectar en nada a corto y medio plazo, porque los problemas que tenemos no guardan relación directa con la energía nuclear.
  3. El asunto es que la decisión no corresponde al Gobierno actual. Cuando vaya terminando la vida útil de las nucleares, en la próxima década, ya veremos cuál es la coyuntura económica y energética del país, quien lo gobierna y con qué prioridades.
  4. Pues haciendo más renovables, claro. A corto y medio plazo hay un campo de actividad enorme con la incorporación de las tecnologías limpias al parque de edificios.

Sergio de Otto, patrono de Fundación Renovables

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“La oportunidad, viabilidad y necesidad de apostar por las renovables existía antes y después de Fukushima y más aún en España, uno de los líderes mundiales en su desarrollo”
  1. Creemos que, en primer lugar, debe ser una llamada de atención para todos aquellos que minimizaban el riesgo intrínseco de la energía nuclear que no es el único grave inconveniente de esta tecnología. No cabe duda que para buena parte de la opinión pública y para los gobiernos de muchos países va a ser motivo de reflexión sobre el futuro de la tecnología nuclear. Desde la Fundación Renovables consideramos que no hacía falta Fukushima para descartar la energía nuclear como una opción de futuro. La economía ya lo había hecho porque las nuevas centrales no son competitivas —y lo serán menos a partir de ahora por nuevas exigencias— y requieren ayudas públicas para acometer las tremendas inversiones que suponen. Por otra parte, el problema de los residuos, que van a ser un problema para decenas de generaciones futuras, invalida por sí solo esta tecnología. En resumen, Fukushima va a poner en evidencia que el renacer no era tal, sino un espejismo que ahora se diluye.
  2. La oportunidad de las energías renovables es intrínseca a sus características: su carácter autóctono, su escaso impacto ambiental, la posibilidad de llevar la energía a todos los rincones del mundo y la reducción de costes frente al aumento continuo de los costes de los combustibles fósiles. La oportunidad, viabilidad y necesidad de apostar por las renovables existía antes y después de Fukushima y más aún en el caso de España que contaba, hasta ahora, con la ventaja de ser uno de los líderes mundiales en su desarrollo. Lo que se está demostrando es que mientras que un mayor consumo de combustibles fósiles y de energía nuclear provoca un incremento generalizado de precios, una inflación que está en la base de las crisis financieras, riesgos nucleares no previstos y una proliferación nuclear de consecuencias gravísimas e inasumibles por la sociedad, el mayor consumo y mercado de renovables mejora tanto la renta nacional, al reducir la dependencia energética, y la renta disponible de los ciudadanos porque mejora la competitividad.
  3. El Gobierno ha tenido una actuación muy contradictoria en materia de energía. Por una parte tiene un discurso en el que apuesta por las energías renovables, llegó al poder con un programa que incluía el cierre de las centrales nucleares pero ha actuado en sentido contrario. El Gobierno, éste y cualquier otro que llegue en el futuro, tiene que plantear su política energética con visión a largo plazo y respondiendo al interés general y no al de unas pocas grandes empresas. Si lo hace así la apuesta serán las renovables. Tras la crisis de Fukushima van a incrementarse los costes de seguridad y de gestión de las nucleares porque ya no va a ser admisible que su diseño no prevea situaciones imprevistas que se van a tener que considerar a partir de ahora. Esta nueva situación compromete la posibilidad de ampliar su vida útil.
  4. Dependemos del exterior en cerca de un 90% de la energía primaria que consumimos y casi un 80% son hidrocarburos cuya combustión es la principal causa del cambio climático además de ser una losa para nuestra economía por la elevada factura energética que tenemos que pagar. Esa dependencia sostiene el actual modelo energético y ha consolidado un patrón de crecimiento económico que urge cambiar para superar la actual crisis. Esa dependencia se puede romper apostando de verdad —y no poniendo trabas a su desarrollo como se viene haciendo en los últimos tiempos— por las energías autóctonas como son el sol, el agua, el viento y otras tecnologías renovables. Las tenemos aquí, sabemos utilizarlas, constituyen una nueva especialización productiva, crean empleo, no tienen emisiones de Gases de Efecto Invernadero, no generan residuos, no suponen un riesgo para la población, etcétera. ¡Es tan evidente!

Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa - Avebiom

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“Nuestra propuesta es sustituir las centrales nucleares por plantas de cogeneración con biomasa descentralizadas y próximas a los centros de consumo”
  1. Creemos que en el corto y medio plazo la energía nuclear tendrá un parón importante. En el largo plazo, estamos hablando de 20-25 años, es posible que se reanude, pues la historia nos demuestra que las personas olvidamos fácilmente y nos dejamos influenciar fácilmente por los lobbies de las energías contaminantes, que son las que hoy por hoy tienen la sartén por el mango.
  2. Sí. Es una oportunidad de oro para las renovables y para la eficiencia energética. Bajo nuestra opinión, las renovables no se entienden sin mejora en la eficiencia energética. Las viviendas en España no tienen buenas condiciones de aislamiento. Un buen aislamiento supone una reducción del 50% de las necesidades energéticas térmicas de los edificios. Por tanto primero es aislar correctamente. Por otra parte, creemos que la cogeneración con biomasa, en la que la central de biomasa produce electricidad y energía térmica para calefacción, ACS o procesos industriales es la mejor sustituta de la energía nuclear. Nuestra propuesta es la de sustituir las centrales nucleares por plantas de cogeneración con biomasa descentralizadas y próximas a los centros de consumo. De esta manera los costes de logística de la biomasa y los costes de entrega de la energía al consumidor final disminuyen. Es importante resaltar que la biomasa es energía del sol almacenada en los vegetales, por tanto es una energía gestionable que no depende de que haya sol o viento. La biomasa es la que más empleos genera: 135 por cada 10.000 habitantes. No hace falta recordar el problema de desempleo que afecta a nuestro país.
  3. Creemos que el Gobierno español va a replantear la seguridad de las actuales centrales y que los nuevos proyectos se verán paralizados, momentáneamente. Desde Avebiom creemos que la sustitución de la energía nuclear no se puede hacer con centrales de ciclo combinado de gas natural. Hay que recordar que España tiene una dependencia energética del 80% y que el precio del petróleo y el gas natural van al alza. A este motivo hay que añadir la inestabilidad de los países productores de combustibles fósiles, la dependencia energética y la crisis y el desempleo. Por tanto, pedimos a la población que vote las propuestas de los políticos que apoyen el cambio a energías renovables y a la eficiencia energética.
  4. La creación de una tasa de CO2 sobre los combustibles fósiles es la herramienta más potente para ‘romper’ esa dependencia y generar empleo. La tasa del carbono hará que sea más rentable utilizar los combustibles fósiles de manera eficiente. También hará más rentable cambiar a fuentes de energía renovables e incluso, abstenerse de utilizar energías fósiles. La tasa del carbono dirigirá recursos financieros hacia la creación de empleo local, pues consume combustibles locales. Las cuentas son fáciles: se reducen los gastos al reducir las importaciones de energía para pasar a ser exportadores de energía, lo que favorece la creación de empleo. El propósito de la tasa del carbono no es castigar a las personas por su estilo de vida o el equipamiento técnico actual, sino ayudarles a tomar las decisiones correctas en las inversiones de futuro. El objetivo de esta tasa no es incrementar la imposición tributaria, sino orientar el sistema hacia una economía sostenible. Como compensación, otras cargas fiscales como los costes de contratación laboral, pueden ser reducidas en una estrategia denominada ‘cambio verde’. De esta manera generamos empleo sin coste para la Administración Pública. Avebiom y Svebio (Asociación Sueca de la Bioenergía) recomiendan el uso de la tasa del carbono por comparación con el sistema ‘cap-and-trade’ u otros sistemas administrativos como las cuotas y tarifas. Con el sistema de ‘cap-and-trade’ el precio de la emisión no puede ser calculado de antemano, y por lo tanto tampoco la rentabilidad de la inversión alternativa. La tasa del carbono es siempre la misma —aunque pueda ser alta en el futuro, si así se decide—, generando con esto un alto grado de certidumbre para el inversor. Un sistema tarifario es bueno para los inversores y productores de energía, pero no implica a la sociedad en su conjunto de la igual forma que la tasa del carbono. Además, los políticos tendrán que decidir qué tecnologías estimular. Con la tasa del carbono estas decisiones serán del mercado. Este tipo de tasa ya está funcionando en Suecia, Finlandia, Países Bajos, Noruega y Canadá. En éste último tienen un sistema de ‘cambio verde’, el cual implementa un incremento paulatino de la tasa del carbono mientras se reducen otros. Suecia tiene la tasa del carbono más alta con 10 céntimos de euro por kilo de dióxido de carbono emitido. El pasado 13 de abril la Comisión Europea ha presentado una propuesta para revisar la Directiva 2003/96/EC sobre tasas energéticas para la penalización del uso de los combustibles fósiles en la que se propone un mínimo de 20 euros por tonelada emitida de CO2. De prosperar la propuesta, el dinero se destinará a reducir los costes de contratación laboral y por tanto no supondrá una carga impositiva extra.

Juan Laso, presidente de la Asociación Empresarial Fotovoltaica - AEF

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“Resulta, cuando menos, doloroso que haya tenido que ocurrir un suceso como el de Japón para que algunos pongan en valor a las energías renovables”
  1. Aunque este no es nuestro tema, es evidente que el futuro de la energía nuclear a corto y medio plazo, a raíz de este accidente, tendrá seguramente repercusiones y sufrirá, en muchos casos, un replanteamiento de nuevas instalaciones y de los sistemas de seguridad para las ya existentes. En algunos países, principalmente Alemania, se está produciendo ya un debate intenso sobre la energía nuclear y se ha suspendido temporalmente el funcionamiento de las centrales más antiguas. Pero también es cierto que otros países, como Estados Unidos y a través de su propio presidente Obama, han manifestado que mantendrán su opción nuclear. Por lo tanto, no es realista pensar que se pueda prescindir sin más de la energía nuclear, que va a seguir desempeñando un papel importante, aunque, eso sí, con una participación cada vez más creciente y compensada de las energías renovables.
  2. La oportunidad para las energías renovables ya era evidente antes de Fukushima, es más, resulta, cuando menos, doloroso que haya tenido que ocurrir un suceso como el de Japón para que algunos pongan en valor a las energías renovables. La verdadera esencia de esta oportunidad, como dice, radica en que son fuentes de energías seguras y sin riesgos, que evitan el cambio climático, no perjudican al medio ambiente y garantizan una mayor autonomía. Nadie pone ya hoy en duda que el futuro energético pasa, por consiguiente, por las renovables. En concreto, la energía solar fotovoltaica, una de las renovables con mayor margen de desarrollo tecnológico, capacidad de integración en los futuros mercados de la generación distribuida y abaratamiento de sus costes y mejora de los procesos de eficiencia energética, puede desempeñar un papel muy importante en el futuro mix energético de un país como España. Lograremos, así, dejar de ser dependientes del exterior para el abastecimiento energético en unas tasas insostenibles, tanto por costes como por razones de estabilidad y seguridad internacional. Ello nos permitirá, asimismo, ser una fuente de oportunidades para que el vector exportación de nuestra economía energética tenga cada vez más peso.
  3. Como puede comprender, yo ignoro lo que este Gobierno se pueda estar replanteando. Lo que si debo decir es que accidentes como el que refiere obligan a replantearse muy seriamente las medidas de seguridad, y la seguridad misma, que rodean a este tipo de instalaciones, llegando incluso a conocer de forma precisa la respuesta a dar en caso de potencial siniestro una vez que este, a pesar de todas las medidas, se produce.
  4. Pues mire, actuando con medidas inteligentes y consecuentes con los costes y beneficios en el desarrollo de las energías renovables, que son la única alternativa conocida. Pero esto solo es posible, luego esta es la respuesta a su pregunta, desde una posición objetiva, sólida, y por tanto independiente de los intereses de los productores incumbentes.

Empresas o entidades relacionadas

Asociación de La Industria Fotovoltaica - Asif
Asociación de Productores de Energías Renovables
Asociación Empresarial Eólica
Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa
Asociación Solar de la Industria Térmica
Fer - Fundación Energías Renovables
Unión Española Fotovoltaica

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