La eficiencia energética, una oportunidad para mejorar la competitividad del sector turístico, además de un generador de demanda hotelera
Según la Organización Mundial del Turismo, este sector es responsable del 10% del PIB y genera 1 de cada 11 empleos a nivel mundial. Cada año mil millones de turistas internacionales cruzan las fronteras entre países demandando alojamiento, medios de transporte y alimentación, además de múltiples bienes y servicios de ocio, necesidades que en su conjunto suponen una importante demanda de recursos y generan un considerable impacto ambiental.
Así, según la Fundación La Casa que Ahorra, debe mantenerse, por tanto, la atención sobre la sostenibilidad del sector turístico, más aún cuando los impactos que provoca perjudican, generalmente, a una población distinta a la del causante, el turista.
Con el objetivo de aprovechar las oportunidades que ofrece el sector turístico, en armonía con la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la ONU declaró el año 2017 como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, subrayando los siguientes aspectos clave: El crecimiento económico inclusivo y sostenible; la inclusión social, empleo y reducción de la pobreza; el uso eficiente de los recursos, protección ambiental y lucha contra el cambio climático; los valores culturales, diversidad y patrimonio; y la comprensión mutua, paz y seguridad .
El turismo eco-friendly está cobrando cada vez más fuerza entre los turistas. Según se indica en el Informe sobre Turismo Sostenible 2017 elaborado por Booking.com, hasta un 34% de sus clientes demandaron hoteles eco-friendly y un 65% de los viajeros en 2017 tendrían esta intención. Respondiendo a esta demanda se han originado multitud de ecoetiquetas que, con distintos criterios, acreditan la sostenibilidad de los establecimientos turísticos. Sin embargo, atendiendo únicamente al sector hotelero, se estima que la energía supone entre un 3% y un 6% de los costes de explotación de un establecimiento hotelero, por tanto la eficiencia energética está ofreciendo a las empresas del sector claras oportunidades de mejorar la competitividad de los mismos. Cabe considerar que el régimen de climatización de un establecimiento hotelero está sujeto al régimen de ocupación de sus habitaciones; en este sentido, medidas específicas como la mejora del aislamiento de paredes y cubiertas cobran especial importancia al reducir la demanda energética y mejorar la inercia térmica del edificio, además de presentar ventajas adicionales como la reducción del ruido exterior.
El hotelero, conoce su negocio y sabe adaptar su oferta a la tipología de cliente que le visita habitualmente. Éste tiene perfiles muy variados: el que busca un clima agradable, el que quiere descubrir el extenso y variado patrimonio cultural, o simplemente el que viene por la oferta lúdica. Pero todos ellos tienen un punto en común, el hotel, su habitación, es su espacio de descanso tras jornadas muchas veces largas. Es por ello, que el hotel debe ser sinónimo de confort, y el turista debe descansar como en su casa, y para ello, se le deben proporcionar las mejores condiciones térmicas y acústicas. El hotelero que no se adapte a ello, quedará fuera de mercado… pues confort y sostenibilidad serán los generadores de demanda.
Si bien durante el último lustro el sector hotelero ha contado con mecanismos de financiación, como el Programa PAREER o el programa PIMA SOL, actualmente estas líneas no se encuentran operativas. Otros mecanismos financieros, como la Línea BEI Hotel Eficiente, ofrecen condiciones económicas ventajosas para los establecimientos que quieran emprender proyectos de mejoren su eficiencia energética.
En el año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo La Casa que Ahorra anima a las empresas del sector a apostar por la eficiencia energética.