Módulos fotovoltaicos flexibles
Soluciones fotovoltaicas de primera generación para balcones: compromisos y limitaciones
Las primeras soluciones solares para balcones cubrían las necesidades básicas de energía, pero presentaban inconvenientes que complicaban la instalación, el uso y los costes. Los módulos de silicio rígidos tradicionales (de 20 a 40 kg cada uno) ofrecen una producción fiable y una vida útil superior a 25 años, características que consolidaron su dominio en los tejados. Sin embargo, su peso implica costes ocultos: muchos proyectos en Alemania sufren retrasos debido a los controles estructurales obligatorios en barandillas o muros, y las evaluaciones, junto con los refuerzos, aumentan el presupuesto. Su diseño rígido también entra en conflicto con las normas de los distritos históricos, lo que provoca bajas tasas de aprobación en ciudades como Florencia y Viena, haciendo que los hogares pierdan tiempo y dinero en planificación.
Los paneles fotovoltaicos portátiles y plegables solucionaron el problema del peso y resultaron atractivos para los inquilinos por su facilidad de almacenamiento. Sin embargo, su baja densidad de potencia obliga a utilizar de 4 a 6 unidades para un uso básico, saturando los pequeños balcones y elevando los costes; un sistema típico de 800 W requiere una inversión inicial considerable, y algunos pierden rendimiento tras pocos años, necesitando reemplazo.
Estos compromisos dejaron un vacío en el mercado: una solución fotovoltaica para balcones ligera, fácil de instalar, adaptable y rentable. Ese vacío está siendo cubierto ahora por los módulos fotovoltaicos flexibles de nueva generación.
Módulos flexibles de nueva generación: simplicidad por diseño
Los nuevos módulos fotovoltaicos flexibles redefinen la energía solar en balcones al resolver los principales puntos débiles de las soluciones anteriores, priorizando la “simplicidad” en todos los aspectos: instalación, adaptación, uso a largo plazo y economía. Productos como la serie HITOUCH Airy de Hanersun destacan en este sentido.
Su diseño ultraligero elimina la necesidad de costosas evaluaciones estructurales o refuerzos en las barandillas. Por ejemplo, el HITOUCH Airy de Hanersun pesa solo 3 kg/m² (un 70 % menos que los paneles rígidos) y se monta en barandillas estándar con soportes ajustables, sin necesidad de taladrar ni utilizar herrajes pesados. Además, los sistemas flexibles se instalan más rápido que los módulos rígidos, y la mayoría de los instaladores señalan la “ausencia de retrasos estructurales” como una ventaja clave. Esta rapidez también reduce los costes de mano de obra: la instalación típica de un sistema flexible de 800 W es considerablemente más económica que la de un sistema rígido, y la inversión inicial total (equipos + instalación) resulta mucho más asequible.
Más allá del peso, la alta adaptabilidad de los módulos flexibles simplifica su integración en balcones. Con un radio de curvatura inferior a 50 cm, se adaptan fácilmente a barandillas curvas, toldos inclinados o muros irregulares, habituales en los apartamentos europeos donde los paneles rígidos presentan dificultades. En distritos históricos como Mitte (Berlín), los sistemas flexibles logran mayores tasas de aprobación: sus colores neutros se integran con la arquitectura patrimonial sin diseños intrusivos, evitando los riesgos de rechazo y los costes de reenvío asociados a los módulos rígidos.
En el pasado, algunos críticos dudaban de la durabilidad de los módulos flexibles, pero los diseños modernos cumplen con estrictos estándares para evitar los costes de sustitución prematura. Por ejemplo, el HITOUCH Airy cumple con la norma IEC 61215: mantiene una producción estable tras ciclos térmicos extremos (de -40 °C a +85 °C) y altos niveles de humedad, alcanzando una fiabilidad comparable a la de los módulos de silicio rígidos.
Los recubrimientos antifouling reducen la acumulación de contaminación urbana, disminuyendo la necesidad de mantenimiento y garantizando una eficiencia constante. Para los usuarios, esto se traduce en una vida útil de 15 a 20 años, sin los riesgos posteriores asociados a opciones menos duraderas.
Cómo garantizar la fiabilidad a largo plazo de los módulos fotovoltaicos flexibles
Para ser una opción solar para balcones “simple y fiable”, los módulos fotovoltaicos deben cumplir cuatro estándares fundamentales que equilibren la practicidad, la economía y la estabilidad a largo plazo, garantizando un rendimiento constante con el paso del tiempo.
Primero, un peso inferior a 3,5 kg/m² evita inspecciones estructurales y costes de refuerzo. Esto reduce los costes iniciales y previene tensiones prolongadas sobre barandillas o muros, eliminando riesgos que afectan a la fiabilidad.
Segundo, un radio de curvatura inferior a 60 cm asegura la compatibilidad con la mayoría de barandillas y superficies; esta adaptabilidad evita grietas o deformaciones provocadas por estructuras desajustadas, una causa común de fallo en los paneles rígidos.
Tercero, el cumplimiento de las normas IEC 61215 (resistencia a la intemperie) y IEC 61730 (seguridad) es innegociable: estos estándares garantizan que los módulos resistan la lluvia, la radiación UV y las variaciones de temperatura, reduciendo la necesidad de reemplazos prematuros.
Cuarto, una densidad de potencia cercana a 200 W/m² optimiza el uso del espacio en balcones pequeños; menos módulos implican menos conexiones, reduciendo el riesgo de fallos en el cableado que comprometen el uso a largo plazo.
Estos diseños fiables también mejoran el valor económico. Con los altos precios de la electricidad residencial en Europa (0,39 €/kWh en Alemania y 0,36 €/kWh en Italia, según estimaciones de Eurostat 2025), un sistema de 800 W puede cubrir entre el 20 % y el 30 % del consumo doméstico, ahorrando 180–220 € anuales. Su periodo de amortización, más corto que el de los sistemas rígidos, permite alcanzar el flujo de caja positivo antes, y la ausencia de trabajos estructurales o retrasos en las aprobaciones acelera el inicio de los ahorros, convirtiendo la “fiabilidad” en beneficios tangibles.
El siguiente paso en la fotovoltaica integrada en edificios: la tecnología de Perovskite
Aunque los módulos flexibles basados en silicio lideran actualmente la fotovoltaica integrada en edificios, una nueva etapa está comenzando. La tecnología emergente de perovskita está preparada para hacer que la energía solar en balcones sea aún más simple y económica.
Investigadores del ETH de Zúrich demostraron recientemente una célula fotovoltaica flexible de perovskita con una eficiencia del 25,8 % en laboratorio, superando a muchas células comerciales de silicio, y además más delgada y ligera de producir. Esto significa que los futuros módulos de perovskita podrían generar más energía en menos espacio, una ventaja clave para los pequeños balcones europeos.
La perovskita todavía presenta desafíos: sus materiales se degradan más rápido ante la humedad y la radiación UV, y la producción a gran escala con consistencia aún está en desarrollo. Sin embargo, empresas como Oxford PV están probando módulos flexibles tándem de perovskita y silicio, diseñados para aplicaciones en edificios. Una vez comercializados, estos módulos ofrecerán mayor potencia en un formato más compacto, permitiendo que un sistema de 800 W pueda instalarse en balcones donde los módulos de silicio actuales no caben, reduciendo además la complejidad y los costes iniciales de instalación. Esta evolución reforzará el rendimiento de la fotovoltaica integrada en edificios manteniendo la simplicidad esencial de los módulos flexibles.
Balcones: las próximas “centrales eléctricas domésticas” de Europa
El auge solar en balcones en Europa va más allá del aumento de capacidad: aborda barreras reales para el acceso doméstico a la energía solar. Las soluciones de primera generación obligaban a elegir entre fiabilidad, coste o adaptabilidad; los módulos flexibles eliminan esa disyuntiva. Ligeros, fáciles de instalar, adaptables y económicos, convierten la energía solar en balcones de algo “complicado” en una opción “simple”.
Para los inquilinos, los residentes en zonas históricas y quienes viven en apartamentos, módulos como el HITOUCH Airy de Hanersun son más que un producto: son una puerta de entrada a la transición energética, sin barreras de coste, tiempo ni espacio. Según SolarPower Europe, la fotovoltaica en balcones impulsará el crecimiento del autoconsumo distribuido en la región hasta 2030. Esto demuestra que las mejores soluciones renovables suelen ser las más sencillas, y que los balcones —antes simples espacios exteriores— están destinados a convertirse en las próximas 'centrales eléctricas domésticas' de Europa.








































