La campaña 2015/2016 se cierra con un stock de 29 millones de hectolitros
El balance vitivinícola español correspondiente a la campaña 2015/2016 (del 1 de agosto de 2015 al 31 de julio de 2016) permite observar un descenso de -9,6% respecto al ejercicio anterior. El consumo interno se mantiene estable en los 9,8 millones de hectolitros, mientras destaca el aumento de otros usos como la transformación y la elaboración de vinagres.
La Subdirección General de Estadística del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) ha hecho público el balance provisional vitivinícola de la campaña 2015/2016 –del 1 de agosto de 2015 al 31 de julio de 2016–. El balance vitivinícola muestra el total de vino disponible, constituido por el stock a inicio de campaña, la producción de vino nuevo y las importaciones y el destino de dicho vino. Es decir: consumo interno, exportaciones, destilaciones, otros usos industriales y stock a final de campaña.
Según los datos publicados por el MAPAMA, la campaña 2015/2016 se inició con 32,1 millones de hectolitros (Mhl) de existencias, a los que hay que añadir una producción de 37,7 millones de hectolitros, además de unas importaciones de 0,5 Mhl. Así, las disponibilidades de vino y mosto en la campaña 2015/2016 ascendieron a 70,35 millones de hectolitros.
En cuanto a los empleos, 23,1 Mhl correspondieron a exportaciones, mientras que la demanda interior se repartió de la siguiente forma: 9,8 Mhl para consumo y 3,89 Mhl para usos industriales y mermas. Por último, se destilaron 4,5 Mhl, de los cuales 1,60 millones fueron destilaciones de subproductos y 2,9, uso en boca.
Por tanto, según el balance del MAPAMA, la campaña 2015/2016 finalizó con un stock de 29 Mhl de vino (-9,6%).
Comparación entre campañas
Con respecto a la campaña anterior, en la 2015/2016 destaca, en el lado de vino disponible, una menor producción (-4,5%) por la caída del vino sin DOP (-7,6%), ya que la producción de vino con DOP aumentó (+2,4% hasta los 12,3 Mhl). La producción de mosto, por su lado, aumentó un 1,1% hasta los 5,6 Mhl. En cuanto a las importaciones, fueron de 0,54 Mhl, un 19,4% superiores a las de la campaña anterior, aunque siguen siendo reducidas.
En el lado de los empleos del vino disponible, el consumo interno de la campaña 2015/2016 se mantuvo estable en los 9,8 Mhl, mientras que aumentó de forma significativa la fabricación de vinagres (+95,3%), hasta los 1,65 Mhl. Las destilaciones se redujeron en un -2,9% hasta los 4,5 Mhl, de los cuales 1,6 millones corresponden a destilación de subproductos (-1,5%) y 2,9 millones, a destilación para uso en boca (-3,7%).
Por último, se redujeron las exportaciones (-5,7%) hasta los 23,13 Mhl. Como resultado de todas estas variaciones, la campaña 2015/2016 finalizó con un stock de 29,03 Mhl, -9,6% inferior al de la campaña anterior.
Evolución histórica del balance
Con información desde la campaña 1987/1988, el análisis de los datos del balance vitivinícola español muestra que nos encontramos ante una producción variable. Durante los últimos años, parecía estabilizada en el entorno de los 40 millones de hectolitros, aunque la de la campaña 2012/2013 desciende hasta los 35,78 Mhl. Recientemente parece que se vuelve a estabilizar. Las importaciones son generalmente muy reducidas, habiéndose superado el millón y medio de hectolitros en tan solo 3 ocasiones y coincidiendo siempre con niveles bajos de producción.
En cuanto a la evolución del resto de variables del balance en los últimos años, se registra un descenso claro del consumo interior, que con 19,72 Mhl suponía, en la campaña 1987/1988 el 47,5% de la producción total. En la campaña 2015/2016, el consumo fue de 9,8 Mhl, el 18,3% de la producción total, aunque claramente estabilizado en esta cifra desde la campaña 2011/2012.
En el lado contrario, destaca el espectacular crecimiento de las exportaciones de vino, que pasan de suponer el 10,7% de la producción total de la campaña 1987/1988 con 4,45 Mhl, a suponer más de la mitad en 2015/2016, con 23,1 Mhl.
En cuanto a destilaciones, tuvieron un papel relevante como mecanismo de regulación de mercado, pero se acusa su descenso desde 2010/2011, cuando dejaron de existir ayudas europeas a la destilación de uso de boca tras la entrada en vigor de la nueva OCM vitivinícola. Destaca el ascenso de las destilaciones de uso de boca en la campaña 2013/2014 y también, aunque en menor medida, las de subproductos, lo que lleva a unas destilaciones de 6,10 Mhl en esta campaña (aunque en 2014/2015 y 2015/2016 vuelven a desaparecer en torno a los 4,5 Mhl). En la producción de mosto, menos afectada por los cambios en la normativa y las ayudas europeas, se estabiliza desde la campaña 2010/2011 en torno a los 5 Mhl.
En relación al resto de variables, destaca el aumento progresivo de la elaboración de vinagre, que alcanza los 1,65 Mhl en 2015/2016. También al alza parece lo dedicado a lo que el balance denomina ‘transformación’ (elaboración de bebidas aromatizadas), que alcanza también en 2015/2061 1,65 Mhl.
Por último, si tenemos en cuenta las entradas menos las salidas de vino, la serie histórica nos muestra periodos de déficit y de superávit que se van alternando. En definitiva, el análisis de la serie histórica del balance vitivinícola español nos muestra una producción variable con unas importaciones pequeñas, en el lado del vino disponible, mientras que en el lado de los usos, se comprueba una caída progresiva del consumo interior, que se ha estabilizado en los últimos años y buena marcha de las exportaciones que compensan la bajada del consumo interno y la sensible disminución de las destilaciones, como consecuencia de la perdida de ayudas europeas. Destaca también el aumento progresivo de la elaboración de vinagres y otros usos industriales de nuestra producción vitivinícola.