La Asociación Alemana de Viticultores convoca el premio ‘Architekturpreis Wein’
“Introducir aire fresco en la tradición vitivinícola con una arquitectura ambiciosa”. Este es el estímulo que promueve el galardón ‘Architekturpreis Wein’, convocado por cuarta vez por la Asociación Alemana de Viticultores (Deutscher Weinbauverband), el Ministerio de viticultura de Renania Palatinado y la Cámara de arquitectos de Renania Palatinado. Hasta el 15 de junio de 2016, viticultores y otros promotores pueden presentar sus proyectos conjuntamente con arquitectos y planificadores y los galardones serán entregados en noviembre en el marco de la Intervitis Interfructa Hortitechnica 2016. El ejemplo de una premiada de 2013 demuestra que las inversiones en arquitectura pueden merecer la pena para los viticultores.
Muchos consumidores de vino, especialmente los más jóvenes, desean disfrutar de los buenos caldos con todos los sentidos en su propio entorno de procedencia. Por eso, dan una importancia especial a la presentación de la empresa y esperan disfrutan de un ambiente agradable y contemporáneo. Para las granjas vitivinícolas esto supone una oportunidad y un reto al mismo tiempo.
Ya se trate de la conversión de un antiguo establo abovedado en una sala de catas o de la construcción de cuartos de huéspedes al estilo de las casetas agrícolas con materiales de la región, muchos viticultores están haciendo sus propiedades más atractivas para clientes, visitantes y turistas, creando posibilidades de alojamiento, construyendo salas para catas o creando acogedores espacios para la venta. En 2007 se concedió por primera vez el galardón “Architekturpreis Wein” para proyectos de este ámbito.
Que las inversiones en arquitectura y una modificación del modelo empresarial pueden recompensar, lo demuestra el ejemplo de Sabine y Markus Longen, incluidos entre los ganadores de la edición de 2013. El matrimonio explota desde 1999 una propiedad vinícola de 5,5 hectáreas de cultivo en la localidad Longuich, de 1.300 habitantes, situada al noreste de Tréveris, en Renania Palatinado. A finales de los años 90, explotaciones como la de los Longen atravesaban por una situación difícil. No obstante, gracias al pionero cultivo de modernas variedades de uva como Weißburgunder y Chardonnay, así como de las variedades de uva roja Spätburgunder y Merlot, los Longen lograron vender cada vez más vino directamente en sus instalaciones, de forma que se hizo necesaria la reforma de los edificios existentes. En 2002 crearon en primer lugar espacio adicional de almacenamiento, construyeron una sala de catas y una vinoteca con un pequeño menú de acompañamiento.
Algunos años más tarde llegó el salto a la hostelería. En 2009, Sabine y Markus Longen encargaron al arquitecto milanés Matteo Thun la construcción de 20 cuartos de huéspedes que conservaran el estilo de las casas de viña. Las casas, de una sola planta, se construyeron en una pradera en medio de árboles frutales y otras plantas leñosas típicas de la zona. Los huéspedes de las casas de viña pueden experimentar de primera mano la cultura vitivinícola y la naturaleza de la región de Mosel. Actualmente, la gastronomía y el alojamiento son un pilar fundamental del volumen de negocio del establecimiento ‘WeinKulturgut Longen-Schlöder’. La modernización y la ampliación de la granja vitivinícola han tenido su recompensa para estos viticultores. “Fue la decisión acertada”, afirma Sabine Longen.
En la 62ª edición del Congreso Alemán de Viticultura, que se celebra en el marco de la Intervitis Interfructa Hortitechnica, Sabine y Markus Longen hablarán, junto con el arquitecto Thomas Hemmes, sobre la transformación y mejora de su explotación a lo largo de los últimos años.
