La decisión de compra va más allá de la calidad del producto
Precio, color, origen y ética influyen a la hora de comprar carne
Comprar o no un producto depende en muchas ocasiones de la percepción del consumidor sobre ese bien. Con la carne y los derivados cárnicos ocurre lo mismo: están sujetos a la conducta del comprador. Investigadores del IRTA han analizado los principales factores que condicionan este comportamiento para entender cómo se generan las expectativas de consumo y qué variables ha de considerar la industria para satisfacerlas.
La primera de las variables expuestas está sujeta a factores psicológicos, determinados por los conocimientos y actitudes que el consumidor crea a partir de experiencias propias y de la cultura donde se encuentra. Por lo tanto, aspectos éticos como el bienestar de los animales o de la seguridad alimentaria (crisis de las vacas locas, fiebre porcina, salmonella) son factores que pueden promover o desestimar la compra de determinados tipos de carne. Con esta información, la industria puede interceder en la percepción subjetiva de un producto a partir de estrategias de comunicación que permitan crear un estado de opinión favorable al consumo de proteína animal.
La estrategia del precio
El estudio también analiza la importancia del marketing en la elección del producto. Una de las estrategias más destacadas es el precio y lo que el consumidor está dispuesto a pagar por lo que se ofrece. “Así, una ternera de bajo coste se asociará a una calidad pobre, pero puede ser un aliciente de compra en mercados en los que el factor económico sea un valor predominante”, apuntan los investigadores.
Las etiquetas y los certificados también son elementos de información importante que el consumidor tiene en cuenta para escoger un producto. Un sello que garantice el origen local de la carne suele asociarse a un producto más fresco, y en consecuencia, de mejor calidad. Pero el consumidor también puede priorizar su elección cuando los productos llevan certificados halal o de producción ecológica.