Bizkarra fomenta la panadería y la pastelería en el Basque Culinary Center

Cerca de cien nuevos alumnos de primer curso del Basque Culinary Center han tenido la ocasión de acercarse al universo profesional del pan y de la pastelería de la mano de Eduardo Bizkarra, gerente de la marca Bizkarra, a través de una conferencia que ha impartido sobre “otros mundos gastronómicos”.

A modo de apertura de curso, el centro ha organizado para los nuevos alumnos un ciclo de conferencias en la que distintos profesionales han explicado su experiencia, arrojando luz hacia los posibles campos profesionales disponibles. Entre ellos, Eduardo Bizkarra ha sido el encargado de compartir su trayectoria y su visión sobre la panadería y la pastelería, enfocados como una alternativa de futuro.

El Basque Culinary Center es un centro pionero a nivel internacional que cuenta con un consejo asesor de profesionales que se encuentran en la primera línea de la gastronomía mundial. En él se forma actualmente a 265 alumnos en todas las disciplinas relacionadas con el mundo de la cocina. De sus aulas, ubicadas en Donostia, saldrán este curso la primera promoción del Grado en Gastronomía y Artes culinarias.

La exposición de Eduardo ha partido de su propia experiencia, así como de su trayectoria empresarial y de los fustes sobre los que se trabaja en Bizkarra: “Trabajamos con un criterio de producto sano, natural; siempre queriendo innovar a partir de los productos locales de origen; este ha sido nuestro éxito durante todo este tiempo”. Tras su intervención ha habido tiempo para el debate sobre temas muy variados; entre ellos la masa madre ha copado gran parte del interés de los alumnos y del conferenciante: “Para mí, la tradición la mejor fuente de inspiración. Bebemos de la experiencia directa de la familia y de más de 55 años de trayectoria. Desde esta tradición descubrimos hace décadas la masa madre, un mundo apasionante en el que estamos metidos de lleno y que nos está dando pie a desarrollar nuevas especialidades”. Ha destacado Eduardo Bizkarra. Para finalizar, se lanzó una reflexión sobre la necesidad de poner en valor el pan a nivel del saber y el placer gastronómico.