Salud y aceite de oliva, a debate en Cias 2008
3 de diciembre de 2008
Las líneas preferentes de trabajo del congreso celebrado en Jaén y Córdoba del 20 al 22 de noviembre fueron: la relación del aceite de oliva con la salud cardiovascular, el cáncer, el envejecimiento, y los efectos beneficiosos de sus componentes minoritarios. Además, se pretendió profundizar en otros campos como el de las enfermedades metabólicas, analizando, entre otras, su influencia benigna en la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes.
La salud cardiovascular y el aceite de oliva
Una de los simposios con más expectación fue el moderado por el doctor José M. Ordovás Morales sobre la dieta mediterránea y la epidemiología cardiovascular, donde se abordó la interacción entre la predisposición genética a padecer enfermedad cardiovascular y la dieta mediterránea, con la participación del profesor de la Universidad Harokopio de Atenas (Grecia), Nikos Yiannakouris, además de presentarse el Estudio Predimed sobre el efecto de la dieta mediterránea rica en aceite de oliva sobre los factores de riesgo cardiovascular e inflamación, a cargo de Ramón Estruch, del departamento de Medicina Interna de la Universidad de Barcelona, entre otros temas.
Documento de consenso Cias 2008
Tras tres días de conferencias y debates, los asistentes al II Congreso Internacional sobre Aceite de Oliva y Salud, firmaron un documento en que llegaron a las siguientes conclusiones:
1. En los países desarrollados existe una preocupación importante por el envejecimiento de la población, debido al elevado número de personas implicadas y a las patologías asociada, incluyendo la arteriosclerosis, Parkinson, Alzheimer, demencia vascular, deterioro cognitivo, diabetes y cáncer. A ello se une el creciente problema de la obesidad que influye negativamente sobre la salud favoreciendo el desarrollo de dichos procesos.
2.Los estudios epidemiológicos muestran que la adherencia a patrones alimentarios como la dieta mediterránea se asocian a una disminución de diversas patologías relacionadas con las enfermedades cardiovasculares, incluyendo la obesidad, síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión arterial, además de una menor morbimortalidad por enfermedad cardiaca coronaria.
3.Estudios epidemiológicos y clínicos sugieren que el consumo de una dieta mediterránea se asocia a mejoría de los principales factores de riesgo cardiovascular, incluyendo el perfil lipídico, la lipemia postprandial, la presión arterial, el peso corporal, la sensibilidad periférica a la acción de la insulina y el metabolismo de la glucosa y el perfil antitrombótico. Además, dicha dieta modula positivamente la función endotelial, la inflamación y el estrés oxidativo. Algunos de estos efectos se atribuyen a los componentes minoritarios del aceite de oliva virgen, por lo que en la definición de Dieta Mediterránea debería incluirse la presencia de este aceite.
4. Los compuestos minoritarios insaponificables del aceite de oliva puede modular las características de las lipoproteínas ricas en triglicéridos. Los compuestos fenólicos del aceite de oliva ejercen efectos protectores sobre el perfil lipídico y el daño oxidativo a los lípidos. Estudios recientes sustentan la hipótesis de los efectos anti-inflamatorios, anti-trombóticos y vasculoprotectores de estos componentes.
5. En países con poblaciones que mantienen la Dieta Mediterránea tradicional, y donde el aceite de oliva virgen es la principal fuente de grasa, como ocurre en España, Grecia e Italia, los datos epidemiológicos indican que la incidencia de cáncer es menor que en los países del Norte de Europa. Los estudios en líneas celulares humanas y en modelos experimentales han aportado importantes evidencias acerca del efecto potencialmente protector del aceite de oliva virgen sobre el cáncer.
6. Varios estudios observacionales sugieren que la Dieta Mediterránea protege del desarrollo de la Enfermedad de Alzheimer y del deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento.
7. Los estudios más recientes apoyan de modo consistente que la Dieta Mediterránea, basada en el consumo de aceite de oliva virgen, se acompaña de un envejecimiento saludable y aumenta la longevidad.
8. Como el de otros alimentos saludables, el efecto protector del aceite de oliva virgen dentro del contexto de la Dieta Mediterránea sería más importante en las primeras décadas de la vida, lo que aconseja que su consumo se inicie en la infancia y se mantenga a lo largo de la vida. Sin embargo, a pesar de los significativos avances producidos en los últimos años, se requieren más investigaciones para conocer los mecanismos específicos implicados en dichos efectos, así como la contribución de los distintos componentes del aceite de oliva virgen en sus beneficios.