El sector eólico marino flotante, la última gran revolución de las energías renovables
El sector eólico marino flotante se ha convertido en la última gran revolución del sector de las energías renovables, especialmente en el eólico. La energía eólica marina flotante podría aprovechar el 80% de los recursos eólicos marinos globales, situados en aguas con una profundidad superior a 50m.
Según Sarens, especialista en servicios de alquiler de grúas, elevación pesada e ingeniería de transporte, y que se ha unido recientemente al World Forum Offshore Wind (WFO), la primera organización del mundo dedicada exclusivamente a fomentar el crecimiento de la energía eólica marina en todo el mundo, uno de los problemas a los que se enfrenta España en la instalación de energía eólica marina es la profundidad de sus aguas, que dificulta la instalación de parques eólicos marinos, que requiere de costas menos profundas. Gracias a la tecnología flotante, España resolvería este problema y podría desatar todo su potencial energético marino.
Además, el sector eólico marino flotante requiere de menos material para su construcción, un ciclo de instalación y desmantelamiento más corto, y es capaz de generar energía adicional a profundidades superiores a 50-60m. Los analistas pronostican una tasa de crecimiento anual del 50% para el sector eólico marino flotante en los próximos cinco años, por lo que este mercado representa una gran oportunidad para las empresas de tecnología marina en toda la cadena de valor.
La tecnología eólica marina flotante consiste en el despliegue de turbinas eólicas en alta mar montadas sobre una estructura flotante y situadas en aguas donde su profundidad no permite estructuras fijas. Según Sarens, las turbinas se pueden ensamblar y pre-construir en tierra y luego trasladar toda la unidad a la zona en alta mar. Para ello sería necesario utilizar soluciones técnicas de transporte terrestre como los trailers de Sarens, con una capacidad de carga de entre 36 y 48 toneladas por línea de eje. Una vez llegan al mar, Sarens dispone de barcazas modulares capaces de soportar hasta 25 toneladas por metro cuadrado, que llevan la estructura mar adentro.
Una vez que la unidad se ensambla en tierra, se puede estabilizar en el mar, a través de herramientas semi-sumergibles, boyas de anclaje de punto único (SPAR por sus siglas en inglés) entre otras tecnologías. Esto significa que el ensamblaje y construcción se llevan a cabo en un entorno mucho más seguro y controlado en comparación con las estructuras marinas fijas tradicionales.
Las infraestructuras eólicas marinas flotantes ofrecen varias ventajas, entre las que se encuentran:
- Un aprovechamiento más eficiente de la enorme energía eólica disponible mar adentro, con aguas más profundas y vientos más constantes y rápidos.
- Una instalación más fácil en aguas que por su profundidad no permiten estructuras fijas o son demasiado caras o difíciles de instalar.
- Desarrollo y construcción más rápidos con una estructura más ligera y mayor rendimiento energético.
- Menor impacto ambiental en comparación con los diseños fijos al no invadir el fondo marino durante la instalación.
- Generación y crecimiento del empleo local en los sectores costeros afectados por el descenso de la construcción naval, que se beneficiará de la reorientación de su industria hacia la infraestructura eólica flotante.
Durante la última feria sobre energía eólica marina organizada por la asociación europea de energía eólica, Wind Europe, se estimó que de los 450.000 MW que habría que instalar en Europa para el año 2050, 17.000 MW deberían instalarse en España. Para alcanzar esos objetivos sería necesario construir en 30 años unos 85 parques eólicos marinos que generen 200 MW de energía cada uno. El desarrollo de la tecnología flotante puede hacer que este número se multiplique.