Nuevos sensores para detectar oxígeno abren oportunidades en el envasado alimentario
Investigadores de la Universidad Tecnológica de Kaunas (KTU), en Lituania, han desarrollado compuestos orgánicos capaces de detectar concentraciones mínimas de oxígeno de forma rápida, visual y sin necesidad de metales pesados. Esta innovación tiene aplicaciones directas en la industria alimentaria, especialmente en el ámbito del envasado inteligente y la monitorización de la cadena de suministro.
Los sensores permiten verificar de manera inmediata si un envase ha perdido el sellado, ya que su luminiscencia varía según la presencia de oxígeno: cuando éste desaparece, la intensidad lumínica aumenta y el color cambia de azul a verde, siendo este cambio visible a simple vista. Esto los convierte en una herramienta eficaz para el control de calidad sin requerir equipos adicionales.
Alternativa segura y sin metales pesados
A diferencia de otros sensores que utilizan metales como el platino o el iridio, los desarrollados por KTU están basados en derivados orgánicos de tiantreno, lo que elimina riesgos asociados a la toxicidad y al impacto ambiental. Esta característica es especialmente relevante para su uso en envases alimentarios activos e inteligentes, donde la seguridad del consumidor es prioritaria.
El funcionamiento se basa en la fosforescencia a temperatura ambiente, una propiedad poco común en compuestos orgánicos, que permite una detección prolongada y muy sensible del oxígeno residual en el interior de los envases.
Dr. Matas Gužauskas, investigador de la Universidad Tecnológica de Kaunas (KTU).
Ventajas competitivas para la industria
Gracias a su alta sensibilidad —una de las más elevadas registradas en sensores sin metales—, estos compuestos son especialmente útiles en aplicaciones donde es esencial garantizar la atmósfera modificada o la ausencia de oxígeno, como en productos perecederos o de alta gama.
Además, su sencilla síntesis y posibilidad de producción a escala podrían facilitar su incorporación en soluciones industriales, tanto en envases unitarios como en sistemas de control de almacenamiento o transporte.
Esta tecnología también abre la puerta a nuevas soluciones de etiquetado o tintas inteligentes capaces de indicar visualmente si un producto ha sufrido una alteración de sus condiciones de conservación, aportando valor añadido tanto al fabricante como al distribuidor y al punto de venta.
El desarrollo se enmarca en el proyecto del Centro de Excelencia en Ciencias Tecnológicas y Físicas (TiFEC) y posiciona a los sensores orgánicos como una herramienta prometedora para mejorar la seguridad, trazabilidad y diferenciación en el sector alimentario.






























