Empresas de alimentación sufren para importar desde Extremo Oriente por la crisis en el mar Rojo
El CEO de la mayorista española de especias Muñoz y Pujante, Manuel Muñoz de Arcos, ha detallado a EFE el citado sobrecoste de un contenedor de 40 pies que en 2023 rondaba los 2.400 dólares y que ahora está por los 5.500. Además, si el trayecto se hacía antes en 28 días desde China al puerto de Valencia, actualmente va de 45 días a dos meses.
Gracias a la 'Operación Guardián de la Prosperidad', llevada a cabo desde el 18 de diciembre por Estados Unidos en coalición con una decena de países para detener los ataques de los rebeldes hutíes a los barcos que atraviesan el mar Rojo, los transportes han mejorado levemente los precios, pero no lo suficiente para que no suponga un problema comercial todavía, según ha advertido a EFE el presidente de la patronal murciana CROEM, José María Albarracín, propietario también de una empresa pimentonera que lleva su apellido.
“Desgraciadamente este problema al final impactará en el consumidor”, ha remarcado, aunque ha confiado en que Occidente reaccione para proteger el tránsito de mercancías hasta el canal de Suez con una Europa que, a su juicio, debería inmiscuirse más para proteger a los barcos europeos o a los que vienen a la Unión con banderas de otros países. “No entiendo cómo el gobierno español no se ha sumado a prestar esa ayuda”, se ha lamentado.
La circunstancia que se está viviendo actualmente en Oriente Medio, Albarracín la ha comparado con la vivida en pandemia, con fletes de mercancía que multiplican su valor y contenedores en tránsito que los compradores desconocen cuándo llegarán o lo que ocurrirá por el camino, si bien ha reconocido que aquello fue mucho peor porque todo estaba parado.
Foto de Pratiksha Mohanty en Unsplash.
Desvíos alternativos
El desvío alternativo que algunas navieras han elegido para sortear el mar Rojo a través del cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica) ha hecho a los que importan por ahí que el retraso sea aún mucho mayor, así como los costes, por lo que consideró que a largo plazo sea necesario cambiar esta eventualidad de cara al futuro con la autosuficiencia comercial mediante una mayor producción en nuestro país y en nuestro continente de productos alimenticios.
El presidente de la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de la Región (CROEM) señala que además del sector alimenticio, se ven afectados especialmente el automovilístico y el sanitario.
Respecto a este último sector comercial, consideró inaudito que en la pandemia se haya animado desde las administraciones a las empresas con ayudas para producir productos de seguridad sanitaria como las mascarillas para evitar su importación en un caso de crisis como la vivida en 2020-21 pero que a día de hoy se sigan importando la mayoría de China.
Por su parte, el empresario Manuel Muñoz de Arcos advirtió que sus contenedores estuvieron parados un tiempo en el último tránsito y que luego fueron reagrupados varios barcos para hacer la travesía más segura en un periplo incierto en el que, a veces, se teme por el devenir de lo adquirido.
Una de las alternativas que esta empresa murciana está trabajando para no depender exclusivamente del mercado de Extremo Oriente es la de pimentón peruano, aunque no es la solución porque la época de este producto en el país andino se produce entre los meses de junio y de julio, mientras que el pimentón procedente de China llega desde enero a marzo.
En el caso del pimentón español y, en concreto, el murciano, en los últimos años ha crecido su elaboración como pimentón ecológico, lo que está siendo muy valorado en determinado mercado centro europeo que aprecia un producto alimenticio de muy alta gama y seguridad, y que tiene en cuenta además cuestiones como el denominado Km 0, es decir, que se produce dentro de nuestras fronteras sin el consumo de combustible que acarrea la importación a miles de kilómetros de distancia.
Muñoz y Pujante, en su setenta aniversario, pasó de vender exclusivamente pimentón a trabajar para la industria alimentaria en general y especializarse, entre otras facetas comerciales, en el denominado foodservice. En este sector, se ha situado en segundo lugar entre un centenar de compañías nacionales que lidian estos días con resignación con una crisis del mar Rojo.
