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"Un 'Iberian Almond Board' permitiría a España y Portugal competir mejor con las producciones norteamericanas y australianas"

Entrevista a Ignasi Batlle, mejorador de almendro del IRTA

Alejandro de Vega28/09/2022

La mejora de variedades es uno de los pilares fundamentales en la evolución del cultivo de almendro en España. Centros como el IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias) en Cataluña llevan décadas trabajando en su desarrollo varietal que, en la actualidad, tiene como principales retos la resistencia a enfermedades y su respuesta frente al cambio climático, además de la adaptación del vigor y la arquitectura del árbol a los nuevos modelos productivos de alta densidad.

Dr. Ignasi Batlle, investigador del Programa de Fruticultura del IRTA

Dr. Ignasi Batlle, investigador del Programa de Fruticultura del IRTA.

¿En qué aspectos relacionados con la mejora de variedades de almendro se trabaja actualmente desde el IRTA? ¿Cuáles son los principales objetivos que se han fijado a medio plazo?

El programa de mejora genética varietal del IRTA se inició en 1975. Actualmente, trabajamos fundamentalmente sobre 5 objetivos:

  • Floración tardía y extratardía.
  • Autocompatibilidad.
  • Calidad de almendra.
  • Resistencia a enfermedades.
  • Adaptación al cambio climático.

Cada objetivo presenta un grado de consecución diferente en función del tiempo en que hemos estado trabajando y la actividad dedicada. Aspectos como floración, autocompatibilidad y calidad de almendra está actualmente muy desarrollados. La calidad de la almendra es un aspecto básico tanto desde el punto de vista de producto sin procesar como procesado. La resistencia a enfermedades y la adaptación al cambio climático están aún en fases iniciales. Otro objetivo que debemos considerar con la intensificación de las plantaciones es la adaptación del vigor y de la arquitectura del almendro a los nuevos modelos productivos (recolección en contínuo, etc.). Respecto a la almendra, la reducción de alérgenos y el aumento de compuestos nutracéuticos es otra necesidad que aún no hemos abordado. Por otra parte, tambien hemos realizado mejora de patrones de Prunus con alguna obtención reciente pero a una escala mucho menor.

Un estudio internacional en el que ha participado afirma que se estaría produciendo una pérdida de variabilidad genética debido al uso repetido de un número reducido de genotipos fundadores. ¿Qué supone esta conclusión para el trabajo de los mejoradores y qué se puede hacer para revertir esta situación?

Sí, este trabajo liderado por el IRTA y en el que participamos mejoradores de los siete principales programas de mejora genética del almendro a nivel mundial (UC Davis EE UU, Adelaide University, ARO Israel, INRAe Francia y los 3 españoles: CITA, CEBAS-CSIC e IRTA) concluye que durante los últimos 50 años se ha producido una reducción de la diversidad genética disponible en plantaciones comerciales a través de la mejora realizada con los riesgos que ello implica (vulnerabilidad frente a enfermedades, plagas y el cambio climático). Así, el estudio de la genealogía de 220 genotipos de almendro reveló dos líneas de mejora principales basadas solamente en tres variedades (‘Cristomorto’ y ‘Tuono’ italianas y ‘Nonpareil’ americana). Se identificaron dos importantes limitaciones: el reducido germoplasma utilizado en mejora y el elevado grado de consanguinidad entre las variedades modernas. Reducir la pérdida de variabilidad genética es un reto en los programas de mejora debido al repetido uso de un escaso número de genotipos o variedades fundadoras. Es necesario tomar medidas en el diseño de cruzamientos para evitar la consanguinidad y favorecer la ganancia genética. Para ello, debemos diversificar las fuentes de autocompatibilidad, actualmente dominadas por ‘Tuono’, y ampliar los recursos genéticos a utilizar. Sin embargo, importar variedades y especies de países lejanos, con el fin de cruzarlas con las nuestras y aumentar así la variabilidad genética, es actualmente muy difícil por las restricciones existentes.

Por otra parte, ello indica el éxito de la mejora genética varietal realizada en España ya que la mayoría de las plantaciones actualmente se realizan con obtenciones de los tres programas existentes. Respecto a los patrones empleados sucede lo mismo. Ambos hechos no tienen precedentes en la fruticultura española.

David Pozo (izq), director del Área Agroalimentaria de Interempresas Media e Ignasi Batlle...

David Pozo (izq), director del Área Agroalimentaria de Interempresas Media e Ignasi Batlle, durante la celebración de una mesa redonda en DemoAlmendro 2022.

En la primera edición de DemoAlmendro celebrada el pasado mes de junio en Logrosán (Cáceres), usted comentó que sería oportuno impulsar un modelo de financiación de los programas nacionales de mejora a través de una interprofesional, imitando lo que ya se hace en Estados Unidos… ¿Es posible alcanzar este modelo en España?

Sí, debería ser un modelo de financiacion de la I+D+i posible y es muy necesario establecerlo en España. Así, podríamos competir en igualdad de condiciones con los productores de paises como Estados Unidos o Australia, donde a través de sus respectivas “Almond Boards” el sector productor está unido, acuerda y define objetivos comunes y decide la financiación de la actividad I+D+i en función del interés. Así los almendricultores aportan una cantidad por su producción con este destino. Esto es básico para asegurar la renovación y el desarrollo sostenible del cultivo. Los avances en genética, y en este caso las futuras variedades y patrones, se obtienen a partir de programas de mejora, desarrollo y transferencia al sector con objetivos a largo plazo. Su financiación y participación en la definición de objetivos es necesaria que se asegure y realice a través de organizaciones interprofesionales. De hecho, el IRTA desarrolla una línea de mejora de almendro financiada por una empresa local, que define los objetivos y verifica el avance del programa. A nivel sectorial debería constituirse el “Iberian Almond Board”, ya que Portugal tiene un gran potencial y debemos unir fuerzas para poder competir mejor con las producciones norteamericanas y australianas.

¿Sería necesario fomentar aún más la colaboración entre los distintos centros de investigación para favorecer una mayor adaptación de las variedades a las diferentes zonas agroclimáticas de España? ¿Sería factible crear una red nacional de experimentación en torno al almendro?

Sí, en algunos aspectos colaboramos pero indudablemente se puede y debe fomentar la mayor colaboración entre los diferentes centros de investigación españoles dedicados a la mejora del almendro (CITA, CEBAS-CSIC e IRTA). Por otra parte, mi parecer es que una red de experimentación de nuevos materiales (patrones y variedades) debería ser nacional y abierta a otras novedades mundiales que puedan adaptarse a nuestras condiciones agroclimáticas y de producción. El modelo experimental debería ser semejante al “Variety Trials” americano en el cual los mejoradores aportan sus nuevas obtenciones y éstas son evaluadas por extensionistas que informan de su comportamiento en cada ubicación mediante jornadas de campo y publicaciones. Por otra parte, en estas localidades deberían evaluarse las obtenciones bajo los distintos modelos productivos (tradicional, intensivo y alta desidad). El sector productor ibérico, bien organizado, debería ser capaz de promover y financiar dicha red experimental junto con los principales centros de investigación y experimentación españoles (IFAPA, CICYTEX, IRIAF, ITAP, ITACyL, INTIA, IRTA, CITA, CSIC, etc.).

La red de experimentación de nuevas variedades y patrones es básica para avanzar en sosteniblidad y competitividad, facilitando al agricultor planificar y tomar decisiones basadas en información generada en zonas próximas a la futura plantación. Sin embargo, su mantenimiento y especialmente el adecuado control de datos de cosecha y agronómicos es costoso y, al tratarse de una experimentación de varios años, debería disponer de tipos de financiación diferentes de los usuales en otras actividades científicas.

"Es básico adaptar la producción de almendra a nivel mundial a dotaciones de agua limitadas debido a su escasez y a las necesidades para otros usos en un escenario de cambio climático y reduccion de disponibilidad muy evidentes"

En cuanto a la sanidad vegetal del cultivo, además de la mejora y adaptación de las variedades, ¿qué papel cree que pueden jugar los bioestimulantes y los productos de control biológico?

Respecto a la sanidad vegetal del cultivo del almendro y las restricciones actuales y futuras al uso de productos fitosanitarios por la Agenda EU 2030 (“Green Deal”), distinguiría entre control biológico ya muy desarrollado y contrastado y la utilización de bioestimulantes aún incipiente pero con resultados prometedores.

La elección varietal juega un papel clave en la lucha y el manejo de enfermedades. Por otra parte, me parece muy importante incidir en la necesaria mejora del suelo y de la vida de microorganismos en el mismo y su fertilidad como componente básico en la producción y sostenibilidad de las plantaciones frutales y en su vida útil.

"Indudablemente...

"Indudablemente, existe un hueco comercial en producción ecológica y es cada vez mayor con las restricciones europeas actuales y futuras en el uso de fitosanitarios".

¿El auge del manejo en ecológico puede impulsar de alguna forma la obtención de nuevas variedades más resistentes a determinadas enfermedades del almendro?

Indudablemente, existe un hueco comercial en producción ecológica y es cada vez mayor con las restricciones europeas actuales y futuras en el uso de fitosanitarios. Por otra parte, considero que en alguna de nuestras zonas productivas es una gran oportunidad productiva. El objetivo europeo de producir un 25% en ecológico para el año 2030 favorece este manejo del cultivo. La producción en ecológico de almendra de cáscara dura, en algunas zonas de baja humedad ambiental de paises mediterráneos, tiene ventajas frente a la casi imposible producción en estas condiciones de almendra de cáscara blanda en paises como Estados Unidos o Australia, donde el problema del agusanado de almendras y consiguiente aparición de aflatoxinas producidas por hongos (Aspergirus) es muy limitante. Las nuevas variedades deberán incorporar resistencias a plagas y enfermedades provenientes del almendro cultivado o de especies próximas del género Prunus. Otro gran reto de la producción ecológica consiste en encontrar fuentes alternativas de nitrógeno y otros nutrientes.

¿Qué retos tiene por delante este cultivo en cuanto al aprovechamiento de los recursos hídricos y qué margen existe para mejorar el comportamiento de las variedades en este aspecto?

Es básico adaptar la producción de almendra a nivel mundial a dotaciones de agua limitadas debido a su escasez y a las necesidades para otros usos en un escenario de cambio climático y reduccion de disponibilidad muy evidentes. En muchas zonas de regadío españolas, dotaciones de agua anuales superiores a 2.500 m3/ha, adicionales a la pluviometría, serán cada vez menos comunes o solamente se concederán en años pluviosos. Por otra parte, entiendo que, existe margen de mejora en la tolerancia de variedades frente a la sequía. Se han observado diferencias de comportamiento varietal frente a la sequía. Este reto debe abordarse considerando al almendro como la combinación de dos individuos (patrón y variedad) que interactúan y producen conjuntamente. Por ello, debe abordarse desde la mejora genética del portainjerto, de la variedad y de su conjunto.

En su opinión, ¿qué potencial alberga el almendro en sistema intensivo o superintensivo como alternativa de cultivo en zonas tradicionalmente cerealistas en España y cuáles son las principales barreras que tiene que superar?

El almendro en superintensivo alberga un gran potencial, al menos en zonas dentro del rango edafoclimático potencial para almendro, y su superficie plantada crece anualmente; actualmente se estima que hay plantadas en la Península Ibérica aproximadamente 6.000 hectáreas. Su actual implantación permite decir que es un modelo perfectamente adaptado a la producción de almendra para algunas combinaciones patrón-variedad y recolección con cabalgantes. El sistema superintensivo permite asegurar la máxima mecanización de las principales operaciones de cultivo (plantación, poda, recolección, mejorar aplicación de fitosanitarios y reducir cantidades por hectárea, etc.) y con ello incrementar el margen de beneficio del productor.

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Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària - IRTA

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