Stadler entrega al Grupo Schroll una planta de clasificación flexible, preparada para el futuro
A lo largo de su amplia historia, Schroll se ha ganado la reputación de ser una empresa que presta servicios profesionales y eficaces y para ello trabaja codo con codo con clientes y proveedores. Con más de 100 años de experiencia y con un amplísimo bagaje de conocimientos técnicos, Schroll desarrolla soluciones personalizadas para que sus clientes puedan tratar residuos de forma eficiente y sostenible. Sus proyectos abordan de principio a fin la cadena de reciclaje: desde la recogida a la clasificación y tratamiento de una amplia variedad de productos: papel, cartón, plástico, residuos no peligrosos, madera, pilas y bombillas, además de la recogida y recuperación de biorresiduos.
Los proyectos de Schroll abordan de principio a fin la cadena de reciclaje.
La filosofía de la empresa es satisfacer las necesidades concretas del cliente con soluciones que priorizan el reciclaje como la mejor forma de tratar residuos para ahorrar recursos naturales y proteger el medio ambiente.
Colaboración duradera basada en asesoramiento profesional y equipos de calidad
Para lograr su objetivo, para Schroll resulta fundamental contar con instalaciones bien diseñadas y bien equipadas: “En 1999, cuando se construyó nuestro primer centro de clasificación, queríamos una empresa que ofreciera un producto de calidad en poco tiempo. Tras buscar mucho, dimos con Stadler ”, indica Pascal Schroll, uno de los dueños del Grupo Schroll. “Enseguida valoramos el asesoramiento y el soporte de Willi Stadler y Clément Stehlin, su director de Ventas. En el centro de pruebas de Stadler se hicieron numerosas pruebas para dar con soluciones innovadoras para nuestras necesidades. Apreciamos enormemente toda la atención que pusieron en lo que les decíamos, atendieron todas nuestras peticiones y tuvieron en cuenta en todo momento las especificaciones y requisitos de nuestro material”.
Ese fue el inicio de una colaboración duradera, tras el cual Stadler ha creado para Schroll otras 5 plantas de clasificación y ha renovado una sexta.
“La experiencia que experimentamos en estos primeros contactos fue tan positiva que nos animó a volver a trabajar con ellos en el desarrollo del resto de nuestras plantas”, añade Vincent Schroll, uno de los dueños del Grupo Schroll. “Lo que valoramos especialmente es la fiabilidad de la maquinaria, el respeto absoluto de los plazos y el trabajo de los equipos de Stadler ”. El sector de gestión de residuos y reciclaje está en constante evolución y la capacidad de innovación de Stadler para desarrollar productos nuevos adaptados a estas necesidades cambiantes han cimentado la colaboración entre ambas empresas. “La evolución técnica de los equipos satisface las necesidades cada vez mayores de nuestros centros de clasificación”, afirma tajante Vincent Schroll.
Una planta, preparada para el futuro, diseñada para ampliarse, diversificarse y automatizarse en el futuro
El último proyecto que Stadler ha completado para Schroll es el nuevo centro de reciclaje de La Maix, en los Vosgos (Francia), cerca de la ciudad de Épinal. Este centro se ha dimensionado para poder procesar 80.000 toneladas de residuos al año.
A petición del cliente, la planta se ha diseñado para poder ampliarse en un futuro: ser capaz de clasificar más fracciones y permitir la incorporar e instalar robots en la misma.
Stadler atendió este deseo incluyendo dos líneas de clasificación separadas: una para el tratamiento de distintos tipos de materiales, y otra para el tratamiento de materiales huecos. Según Clément Stehlin, director de Ventas de Stadler: “Esta configuración otorga mayor flexibilidad al permitir, por ejemplo, trabajar a dos turnos en una de las líneas mientras se tiene solo un turno trabajando en la otra línea”.
El último proyecto que Stadler ha completado para Schroll es el nuevo centro de reciclaje de La Maix, en los Vosgos (Francia), cerca de la ciudad de Épinal.
La planta de tratamiento de diversos tipos de materiales tiene capacidad de 15 toneladas/ hora del producto de entrada. Este flujo se introduce posteriormente en 3 separadores basilísticos, un Stadler PPK y otros dos separadores balísticos Stadler STT2000-8-1 para llevar a cabo una clasificación de forma mecánica. Posteriormente, se realiza la separación óptica con 4 sensores de infrarrojo cercano (NIR), y se finaliza el proceso con una clasificación manual. Las fracciones resultantes de esta línea son envases y fracciones pequeñas de cartón (PCNC, por sus siglas en inglés), cartón, plástico, periódicos y revistas (JRM), así como materiales huecos que, posteriormente, se pasan a la segunda línea de clasificación de la planta.
La línea de materiales huecos, alcanza un rendimiento de 4 Tn/h, y clasifica las fracciones tanto de forma mecánica como óptica, que también acaba con una clasificación manual. Usa un separador balístico Stadler STT2000-8-1, un imán, un separador para metales no férricos y 5 dispositivos NIR para lograr un producto final separado por fracciones de PET, PEHD, Bricks, aluminio, plástico, papel mixto y fracciones residuales, tanto claros como de color. Clément Stehlin añade: “La maquinaria de Stadler de esta línea es perfecta para su propósito y está dimensionada para soportar un rendimiento más alto en el futuro”.
Una planta diseñada para asegurar la comodidad y la seguridad de trabajadores y visitantes
Para Schroll, el bienestar de la plantilla era una cuestión muy importante. Por ello, el diseño de Stadler ofrece unas instalaciones agradables y una buena ergonomía para los trabajadores. La instalación también cuenta con pasarelas de calidad muy planificadas para poder realizar las labores de mantenimiento de forma fácil y segura.
Schroll tiene previsto recibir en la planta un gran número de visitantes, incluidos grupos de estudiantes. Por ello, Stadler diseñó e instaló una plataforma de observación desde la que se puede ver perfectamente toda la planta con total seguridad.
Satisfacción total
Este complejo proyecto se terminó dentro de los plazos previstos a pesar de contar para ello con tan solo 14 semanas, incluida la semana de puesta en marcha de cada una de las dos líneas. Así, la planta empezó a operar en octubre de 2019.
Este centro se ha dimensionado para poder procesar 80.000 toneladas de residuos al año.
Durante todo el proceso, desde la confirmación del proyecto a la instalación y puesta en marcha, el trabajo de Stadler ha satisfecho totalmente al cliente: “Valoramos muchísimo que Stadler cumpla lo que dice, nos asesore y responda a cualquier imprevisto durante la configuración de los equipos”, concluye Pascal Schroll.