La carne de cerdo fresca y magra contribuye a mejorar la función cognitiva
Un estudio publicado en Australia en la revista Nutrients ha tenido como objetivo observar los efectos cognitivos que tiene una dieta mediterránea complementada con 2-3 raciones de carne de cerdo magra y fresca (MedPork) a la semana frente a una dieta de control baja en grasa (LF).
Y es que, un deterioro cognitivo grave causa lo que se conoce como demencia. De hecho, se ha predicho que a medida que la población envejece, va a aumentar la prevalencia de trastornos relacionados con la edad como este.
En este sentido, treinta y cinco participantes de entre 45-80 años, y con riesgo de enfermedad cardiovascular, han seguido cada intervención durante 8 semanas. Durante la intervención de la dieta MedPork, los participantes han seguido la dieta mediterránea, en la que se les ha recomendado consumir de 2 a 3 porciones semanales de carne de cerdo magra fresca. Y, además, han aumentado significativamente el consumo de legumbres, frutos secos y semillas, marisco y aceite de oliva virgen extra.
Los resultados que se han observado con esta dieta han sido, entre otros, un mayor rendimiento en el dominio cognitivo de la velocidad de procesamiento y puntuaciones más altas para el funcionamiento del rol emocional. Lo que indica que una dieta mediterránea que incluya carne de cerdo magra fresca conduce a resultados cognitivos positivos.
Cabe destacar en este sentido que la dieta mediterránea es rica en nutrientes bioactivos, que incluyen ácidos grasos mono y poliinsaturados, polifenoles, flavanoles, carotenoides, vitaminas esenciales y fibra. Así, los estudios observacionales han demostrado que las poblaciones que siguen una dieta mediterránea tradicional experimentan menos deterioro cognitivo y un menor riesgo de demencia.