Los Laboratorios del Parque Científico Aula Dei destinan esfuerzos a aumentar la competitividad del sector agroalimentario
20 de septiembre de 2010
El Parque Científico Tecnológico Aula Dei, creado en el año 2006, se pone al servicio de las empresas del sector agroalimentario, que en el caso de Aragón, su zona de influencia, son mayoritariamente pymes. Se trata de una infraestructura, con socios fundadores como el gobierno de Aragón y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que trata de acercar la I+D+i a estas compañías a fin de mejorar su competitividad. “Algunos de estos servicios se ofrecían en otras comunidades autónomas bien por parte de empresas públicas o privadas, y sin embargo otros servicios de los que se ofrecen son totalmente novedosos en el sector. En ambos casos se trata de servicios muy competitivos. Nosotros además del servicio les aportamos la posibilidad de asesoramiento científico”, apunta Sara Remón, responsable de I+D+i del Parque Científico Tecnológico Aula Dei (PCTAD).
En la actualidad, este parque científico dispone de una red de laboratorios, dotados de los medios técnicos más completos y con los máximos índices de fiabilidad para garantizar la seguridad y calidad alimentaria de los productos. Los laboratorios que componen esta red, que se puso en marcha a lo largo de este año 2010, son el Servicio Científico de Cereales y Oleaginosas, el Servicio de Control Integral Alimentos de Origen Vegetal, el Servicio de Biología Molecular, y el Laboratorio de Análisis y Detección Residuos, que se pondrá en marcha próximamente. Este último, se plantea de modo transversal a varios sectores: cerealistas, hortofrutícola y ganadero. Uno de los servicios que se ofrece es la determinación de residuos de tratamientos fitosanitarios en aguas y alimentos de origen vegetal. Este servicio es complementario con los ofertados por el laboratorio de análisis de calidad de fruta, así como por el laboratorio del cereal.
El año 2009 supuso un punto de inflexión particularmente importante ya que el PCTAD fue calificado por parte del Ministerio de Ciencia e Innovación como uno de los ocho parques excelentes en España, y por ello elegibles para recibir una ayuda adicional con cargo al Plan E. La asignación de dos millones de euros supuso un claro apoyo y refuerzo al modelo y gestión del parque permitiendo introducir nuevos proyectos y acelerar otros ya planificados, en especial la red de laboratorios dotada con un presupuesto total de 1,30 millones de euros.