Investigadores almerienses incorporan ácidos Omega 3 y 6 de plantas terrestres al aceite de oliva
13 de noviembre de 2009
Un grupo de investigadores de la Universidad de Almería (UAL), del área de Tecnología de los Alimentos, desarrolla un proyecto con el que enriquece aceite de oliva con Omega-3 y Omega-6, por sus propiedades preventivas ante múltiples patologías derivadas de procesos inflamatorios, cáncer o depresión, entre otros. Dichos ácidos, esenciales para el organismo a pesar de que no se producen en cantidades suficientes, se deben incorporar a través de una alimentación correcta. Los Omegas 3 y 6 son ácidos de cadena larga, formados por 20 o 22 átomos de carbono, y se obtienen principalmente del aceite de pescado y ciertos microorganismos. Según el investigador responsable del proyecto, Luis Guil Guerrero, el pescado supone una fuente de obtención de estos ácidos “no renovable”. En consecuencia, Guerrero sugirió como alternativa el uso de los precursores de dichos ácidos, como complementos alimenticios. La elección del aceite de oliva, rico en ácido oleico (Omega-9), como excipiente de los precursores Omega-3 y Omega-6 equilibra y complementa los distintos tipos de ácidos grasos y desempeña funciones nutricionales y fisiológicas vitales para la salud. “En un aceite es tan importante o más la ubicación de los ácidos grasos esenciales dentro de las moléculas que la cantidad existente de los mismos”, indicó Guil,
Además, estos ácidos esenciales se hallan libres de contaminación, ya que en la grasa procedente del pescado se detectan ciertas concentraciones de metales pesados. El proyecto, considerado de 'Excelencia' por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa en la convocatoria de 2006, está incentivado con 127.000 euros. Actualmente, este estudio se halla en su última fase donde se emplea el aceite de oliva, como 'vehículo natural' de los triglicéridos estructurados desarrollados en la UAL.