El 95% de la oferta de productos orgánicos chilenos se vende en los mercados internacionales
La industria chilena se orienta hacia los desafíos de la alimentación venidera
Una potencia alimentaria que se transforma hacia lo orgánico
Con un crecimiento del 30 % en el período 2015-2016, la superficie de terreno con certificación orgánica en Chile alcanza hoy más de 131.000 hectáreas, representando cerca del 1,5% del conjunto del sector agroalimentario.
Comprometido con una política de transformación económica sostenible, el país se ha dotado de un marco legal y un sistema de incentivos para motivar la certificación de toda la cadena agroindustrial. En este sentido, uno de los avances más importantes ha sido la reciente firma de un acuerdo con la Unión Europea sobre el comercio de productos orgánicos: desde la producción hasta el etiquetado, este acuerdo permite reconocer la reciprocidad de normas, reglas y controles de ambas entidades. Así, los productos bío sometidos a las normas chilenas podrán comercializarse fácilmente en el mercado europeo y viceversa.
Para los consumidores, este acuerdo representa una garantía de que los productos orgánicos chilenos han sido sometidos a un riguroso control de calidad.
Para Chile, se trata de una muestra de la confianza creciente por parte de las instituciones europeas, fundamental para el desarrollo de la industria, que está completamente orientada a la exportación. En efecto, el 95% de la oferta de productos orgánicos chilenos se vende en los mercados internacionales, generando 266 millones de dólares de volumen de negocio.
ProChile, la agencia gubernamental para la promoción de exportaciones, participó en la última edición de Conxemar.
Innovación para el desarrollo de productos funcionales
El uso de tecnologías de vanguardia para la elaboración y producción de alimentos hacen de Chile un proveedor confiable de alimentos saludables y seguros que cumplen con los más altos estándares internacionales. Las plantas industriales cuentan con certificaciones ISO (9000 y 14000) por cuidado y respeto del medio ambiente, certificaciones e inocuidad alimenticia, análisis de riesgos y control de puntos críticos (HACCP). Asimismo, existe un control permanente de calidad de las materias primas para garantizar trazabilidad y buenas prácticas de manufacturas (BMP).
Según el informe Global Functional Food Ingredients Market de Transparency Market Research, el mercado de los ingredientes funcionales en 2016 alcanzó los 20,35 billones de dólares y se espera que para 2024 alcance los 32,4 billones. Para tomar un lugar importante en este segmento, la industria chilena trabaja en el desarrollo de ingredientes con elevada pureza, y de alta seguridad toxicológica y biodisponibilidad, los que se puedan utilizar en diferentes matrices con efectos saludables. El país ha puesto en marcha una serie de proyectos enfocados en el desarrollo de ingredientes funcionales y aditivos naturales como la liofilización de productos naturales; el desarrollo de envases y embalajes para alimentos responsables con el medio ambiente y acordes con las tendencias ‘ready-to-eat’; y el desarrollo tecnológico para la agricultura.
Superalimentos saludables y ultranutritivos
Los paradigmas de la alimentación han sufrido una increíble transformación en los últimos años, orientándose hacia el consumo de productos más naturales, libres de residuos, grasas, azúcares, ricos en minerales, proteínas, vitaminas, etc., con mínimo proceso, para preservar los componentes deseables, hechos a base de vegetales.
Desde el desierto del norte hasta los glaciares eternos del extremo sur, Chile tiene las condiciones para la producción de productos agrícolas de la más alta calidad, que se destacan por sus altos valores nutricionales, contenidos de antioxidantes, fibras y proteínas.
La ubicación geográfica del país le brinda barreras naturales para convertirla en una isla fitosanitaria, reduciendo así la incidencia de plagas y enfermedades, y en consecuencia el uso de pesticidas. Asimismo, le permite ofrecer producción escalonada y de contraestación del hemisferio norte, convirtiéndolo en un líder mundial en la producción y la exportación de productos como la quínoa, las algas, los arándanos, los frutos secos, los aguacates, el aceite de oliva, el maqui, la chía, el kale, cada vez más recomendados por sus cualidades nutritivas.
43 empresas chilenas acompañadas por ProChile asistieron a Anuga 2017.