Innovación continua en el sector de la puericultura
El sector de la puericultura atraviesa una etapa de cambio, marcada por las nuevas generaciones de padres y madres que no solo buscan productos funcionales, sino soluciones que respondan a un estilo de vida marcado por la inmediatez, la conciencia y la conexión emocional. En este escenario, la innovación se convierte en el eje que une tecnología, sostenibilidad y diseño para dar respuesta a unas familias cada vez más exigentes y diversas. La tecnología es ya una herramienta cotidiana, cuyo papel no es sustituir el cuidado, sino hacerlo más cómodo, eficiente y consciente. Dispositivos inteligentes, sistemas automatizados o accesorios adaptables al ritmo familiar son ejemplos claros de cómo la innovación tecnológica está redefiniendo la experiencia de la crianza y aportando un valor añadido real: tiempo, tranquilidad y confianza. En paralelo, la sostenibilidad se ha consolidado como un criterio imprescindible. Las familias actuales priorizan materiales responsables, procesos de fabricación respetuosos y productos duraderos que acompañen el crecimiento de sus hijos sin comprometer el entorno. Y el diseño, por su parte, se reafirma como un elemento diferenciador, con familias que buscan productos que evolucionen con el pequeño, que se adapten a los espacios reales del hogar y que aporten armonía visual sin renunciar a la funcionalidad. “La verdadera innovación en puericultura no reside en lanzar más productos, sino en entender mejor las emociones y los desafíos de la crianza. Innovar es observar, acompañar y ofrecer soluciones reales que simplifiquen lo cotidiano y aporten calma y bienestar”, destaca Toni Martí, director comercial de Babycloud.
Cómo se impulsa la innovación en el sector de la puericultura
En el sector de la puericultura, la innovación no se entiende como un acto puntual, sino como un proceso constante que combina observación, conocimiento técnico y escucha activa de las familias. Las empresas trabajan desde distintas perspectivas (tecnológica, funcional, sostenible o emocional), pero todas comparten un mismo propósito: ofrecer soluciones que mejoren la experiencia de crianza y garanticen la máxima seguridad. La investigación y el desarrollo propios, la colaboración con centros tecnológicos y la adopción de metodologías ágiles permiten transformar las necesidades reales de los padres en productos más seguros, prácticos y responsables. Esta mirada transversal, que une ingeniería, diseño y sostenibilidad, refleja un compromiso común con la mejora continua y con un futuro en el que la innovación no solo marque la diferencia en el mercado, sino también en la vida de las familias.
Sobre cómo trabajan el ámbito de la innovación las empresas del sector, Ibon Maza, dircom de Babyauto Group, comenta que “contamos con un departamento propio de I+D enfocado a todos los aspectos de seguridad y evolución de la normativa ECE en nuestros productos. También colaboramos con empresas externas en el desarrollo tecnológico de los productos, o bien mejoras en nuestra cadena de suministro, la gestión de datos o los procesos establecidos en nuestro sistema ISO de gestión de la calidad”. Asimismo, Philippe Darmigny, general manager Spain and Portugal de Cybex, comparte que “trabajamos con la mente puesta en el futuro de las familias, y hemos registrado más de 12.000 patentes, un logro que refleja la dimensión de nuestro avanzado departamento de I+D, que integra las últimas tecnologías en productos de puericultura para facilitar el día a día de madres y padres. Actualmente contamos con más de 600 ingenieros distribuidos en 8 centros de investigación dedicados a idear y concebir los productos que marcarán las tendencias del mercado en los próximos años”. Mientras que Arturo Díaz, director de proyecto de Ecus Kids, apunta que “entendemos la innovación como una herramienta para resolver problemas reales que afectan al descanso y la salud de los más pequeños. Uno de los hitos más relevantes ha sido el desarrollo de un sistema de prevención de plagiocefalia y asfixia en bebés, que hemos aplicado a nuestros colchones. Este sistema nace fruto de la colaboración con AITEX, uno de los centros tecnológicos con el que trabajamos en el desarrollo de productos innovadores para cubrir las necesidades que más preocupan a las madres y padres”.
Por su parte, Albert Garcia, director de diseño de Jané, señala que “en nuestra empresa, la innovación de producto se concibe como un proceso continuo centrado en las personas. Ponemos al bebé y las familias en el centro del diseño y desarrollamos programas paralelos de innovación y desarrollo para ofrecer soluciones reales a sus necesidades. Durante las fases de diseño y validación, empleamos software de simulación, máquinas de impresión 3D y prototipos reales para ensayar en nuestro crash test o máquinas de simulación de paseo, lo que nos permite analizar y optimizar cada componente antes de su fabricación”. Y Marta Ludwin, director of Product Development and Quality de Kinderkraft, apunta que “nuestro principal enfoque en materia de innovación consiste en desarrollar productos para niños que combinen una excelente calidad con un precio asequible, es decir, una verdadera relación calidad-precio. Nos comprometemos a garantizar que nuestros productos sigan siendo accesibles para las familias, al tiempo que cumplen con los más altos estándares”. Para ello, cuentan con un laboratorio propio donde someten sus productos a pruebas exhaustivas y buscan oportunidades para optimizar diferentes aspectos. “Sin embargo, es importante destacar que nunca comprometemos la calidad, que para nosotros es sinónimo de seguridad”, asegura. David Romera, design and product manager de Micuna Family Brands, comenta sobre cómo integran la innovación, que “cada nuevo producto que lanzamos no es solo una idea innovadora, sino una propuesta cuidadosamente pensada para mejorar la experiencia del día a día de nuestros clientes, ayudarles de forma práctica y funcional en la crianza y cuidado de sus hijos, ofreciendo soluciones adaptadas a sus expectativas y, al mismo tiempo, manteniendo la calidad y la sostenibilidad que caracterizan a nuestra marca”. Además, añade que “formamos parte del proyecto europeo CIR4FUN, en el que colaboramos con 12 socios europeos. Este proyecto influye directamente en nuestra forma de innovar, tanto en producto como en procesos, ya que trabajamos conjuntamente en la creación de guías de ecodiseño que ya estamos aplicando en nuestra empresa”.
Finalmente, Penélope Ferre, directora comercial de Miniland, considera que “no se trata solo de lanzar nuevos productos, sino de hacerlo con propósito y alineados con nuestra misión: acompañar el desarrollo infantil con soluciones reales, seguras y responsables. Nuestra estrategia de innovación combina una mirada a largo plazo, basada en la observación constante de nuevas generaciones de padres y docentes, con metodologías ágiles que nos permiten testear, ajustar y mejorar de forma continua. Trabajamos la innovación desde equipos multidisciplinares que conectan producto, marketing, educación y sostenibilidad. Y escuchamos activamente al mercado, tanto a familias como a profesionales educativos, y transformamos esos insights en desarrollos tangibles”. Y Javier Vivas, international sales & marketing de Saro, comparte que, para ellos, “la innovación se centra en ofrecer soluciones reales para las familias, siempre con la seguridad como prioridad. Buscamos de forma constante nuevos materiales más sostenibles, ecológicos y respetuosos con el entorno, sin renunciar a la calidad ni a la funcionalidad. La clave está en encontrar el equilibrio entre diseño, practicidad y seguridad, adaptándonos a las necesidades de los padres actuales sin perder la esencia que nos ha llevado cumplir 50 años en 2026”.
Principales desafíos a la hora de introducir novedades al mercado
Introducir novedades en el sector de la puericultura supone enfrentarse a un equilibrio delicado entre la creatividad, la viabilidad y la aceptación del mercado. Los profesionales coinciden en que innovar no solo implica desarrollar productos avanzados, sino también garantizar que sean comprensibles, seguros y accesibles para las familias. La adaptación a normativas exigentes, los largos procesos de homologación y la necesidad de educar al consumidor sobre los beneficios reales de las nuevas tecnologías son algunos de los retos más habituales. A ello se suma un contexto competitivo y cambiante, donde el tiempo de lanzamiento, la comunicación efectiva y la capacidad de anticiparse a las tendencias resultan determinantes. En un mercado que valora tanto la tradición como la modernidad, el verdadero desafío está en encontrar el punto justo donde la innovación aporte valor sin perder cercanía, confianza ni coherencia con las necesidades reales de las familias.
La recepción por parte del mercado es uno de los desafíos que destacan los profesionales, a la hora de introducir novedades. “El lanzamiento de nuevos productos implica superar dos grandes retos: la sensibilización y la adaptación. Por un lado, es fundamental ayudar a los padres a comprender cómo la innovación puede facilitar su día a día de forma tangible. Por otro, es necesario adaptarse a las dinámicas específicas de cada mercado y canal de distribución, asegurando que el mensaje, el diseño y la funcionalidad del producto conecten realmente con las necesidades locales”, señala Santiago Muñoz, Spain and Portugal country manager de Momcozy. En este sentido, Romina Juan, Iberia manager de InnoGIO, afirma que “en ocasiones, el mercado no está preparado para adaptarse rápidamente a una nueva tecnología. Y ello supone que las ventajas de ser los primeros en aplicar esta nueva tecnología a las innovaciones se desvanecen, ya que en el tiempo que los clientes comprenden los beneficios de las innovaciones, la competencia ya está preparada para equipararla”. Y también en esta línea, David Romera, design and product manager de Micuna Family Brands, considera que “uno de los mayores desafíos es lograr que la innovación sea útil y accesible. Muchas veces es posible desarrollar ideas muy avanzadas y con múltiples funcionalidades, pero si esto se traduce en un producto final costoso o complicado de usar, el mercado no lo aceptará. Creemos que la verdadera innovación no está en añadir más elementos, sino en aportar el máximo valor, optimizando recursos y procesos para que el producto final sea práctico, seguro y atractivo para el consumidor. Esto implica un equilibrio constante entre creatividad, diseño y viabilidad económica, garantizando que cada nuevo lanzamiento cumpla con las expectativas del mercado sin comprometer la calidad, la funcionalidad ni la sostenibilidad de nuestros productos”.
Otro de los desafíos que representa la introducción de novedades al mercado es que estén alineadas con los estándares de calidad y seguridad, así como con las exigencias de las familias actuales. Así, por ejemplo, Marta Ludwin, director of Product Development and Quality de Kinderkraft, apunta que “nos enfrentamos a dos retos principales: equilibrar la innovación con la seguridad y la calidad, y satisfacer las expectativas de los padres en cuanto a funcionalidad sin quedarnos atrás con respecto a la competencia”. Asimismo, Penélope Ferre, directora comercial de Miniland, asegura que “el mayor reto es equilibrar la velocidad de innovación con la consistencia educativa y la seguridad que demandan nuestras familias y docentes. En un entorno donde las tendencias cambian rápido, nuestro desafío está en anticiparnos sin perder profundidad ni coherencia pedagógica”, y añade que “también lo es integrar la sostenibilidad como requisito y no como añadido”. Y en este sentido, también Javier Vivas, international sales & marketing de Saro, considera que “buscar el equilibrio entre innovación y seguridad es uno de los desafíos, pero a esto debemos sumar que el mundo de la maternidad y la paternidad, pese a que está evolucionando, es un proceso natural que se traspasa de padres a hijos, de abuelos a nietos, y es por eso por lo que también es importante mantener la naturalidad y el juego tradicional”.
La comunicación también supone un reto en el momento de introducir novedades al mercado, y es que no es solo importante lanzar nuevos productos, sino también saber comunicar y explicar los beneficios que aportan estas novedades. Para Torsten Rufer, export manager de BTL Diffusion, el mayor desafío radica en la comunicación: “Es fundamental garantizar que cada nuevo producto sea comprendido claramente por nuestros clientes y que sus características y beneficios se transmitan de forma efectiva. Desde un punto de vista comercial, cumplir con los plazos y coordinar estrechamente con distribuidores y minoristas son también factores clave de éxito. Nos aseguramos de comunicar con antelación y de compartir todas las herramientas necesarias de marketing y ventas para apoyar un lanzamiento exitoso”. Mientras que Josep M. Vallès, CEO de Smart Group, afirma que “la dificultad para Smart Baby está en elegir cuáles de todos esos productos van a ser apreciados por las familias de nuestro país, ya que el catálogo es tan extenso que la elección no es fácil. Y en paralelo hay que disponer de una inversión en marketing muy importante para dar a conocer estos nuevos productos y sus cualidades para conseguir diferenciarnos de los competidores”. Por su parte, Penélope Ferre, directora comercial de Miniland, apunta en esta línea que “lograr una comunicación clara del valor educativo de cada producto en mercados saturados de estímulos requiere una estrategia muy precisa: convertir la innovación en un beneficio comprensible y emocional para quien nos elige”. Finalmente, para Albert Garcia, director de diseño de Jané, “uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos es el factor tiempo: la necesidad de aplicar innovaciones de forma reactiva para responder a los cambios del mercado, así como la complejidad de equilibrar la inversión en innovación con la vida útil esperada de cada producto”.




















