España escala posiciones en reciclado de envases plásticos, pero la industria alerta: el daño podría ser irreversible si no se actúa ya

El reciclaje de plásticos en España ha alcanzado en 2023 un hito sin precedentes. Según los últimos datos calculados conforme a la Decisión 2019/665 de la Comisión Europea, la tasa de reciclado de envases plásticos ha pasado del 41,2 % en 2022 al 46,3% en 2023, un salto de 5 puntos en apenas doce meses. Este avance sitúa a nuestro país a solo 3,7 puntos del objetivo del 50% fijado para 2025 y nos permite escalar del puesto 13º al 10º en el ranking europeo.

Este resultado se ha logrado gracias a la robusta capacidad de reciclaje instalada en España, que es la mayor per cápita de Europa y la segunda en términos absolutos tras Alemania. Sin embargo, los actores del sector advierten que este progreso oculta una realidad preocupante: la demanda de plástico reciclado lleva estancada desde 2022 y, de no aplicarse medidas urgentes, el daño podría ser irreversible, como ya está ocurriendo en otros países europeos.

No reaccionar ante esta situación tendría un coste muy alto:

• Ambiental: más residuos a vertedero o incineración, con su consiguiente impacto en emisiones y pérdida de recursos.
• Económico: pérdida de empleos y tejido industrial. El reciclaje genera 30 a 40 empleos por cada 10.000 toneladas tratadas, frente a 1 o 2 en vertedero.
• Estratégico: pérdida de autonomía en materias primas plásticas, clave para sectores como el agroalimentario, la construcción o la automoción.

Además, comprometería seriamente los objetivos climáticos y de circularidad de la UE: para 2030 será necesario duplicar la capacidad de reciclaje de envases plásticos, pasando de 9,5 a casi 18 millones de toneladas. En las condiciones actuales, esto parece inviable.

España puede liderar la transformación circular del plástico si se adoptan medidas valientes y coordinadas:

Establecer metas obligatorias de contenido reciclado en sectores más allá del envase, como la construcción o la agricultura, con fechas de cumplimiento simultáneas.

Impulsar la compra pública verde, incluyendo contenido reciclado mínimo en los pliegos de contratación pública.

Aplicar incentivos fiscales, como un IVA reducido para productos fabricados con plástico reciclado y bonificaciones en los sistemas de responsabilidad ampliada del productor.

Reforzar el control a las importaciones, exigiendo certificaciones acreditadas y diferenciando por vía arancelaria los productos reciclados de los vírgenes.

Mejorar la recogida y selección de residuos, evitando el vertido y asegurando un flujo constante de materia prima de calidad para las plantas de reciclaje.

Proteger al reciclado mecánico, que es hoy la tecnología con mejor rendimiento ambiental y energético frente al reciclado químico. La normativa debe garantizar un acceso justo a los residuos y no permitir que se desvíen hacia procesos menos eficientes por normas diseñadas a medida.

Óscar Hernádez, Director General de Anarpla.

España tiene la capacidad, la industria y el conocimiento. Solo falta voluntad política.