Nuevo recubrimiento respetuoso con el medio ambiente para proteger instalaciones eléctricas marinas
Investigadores de la Unión Europea han creado, dentro del proyecto Acorn, Advanced Coatings for Offshore Renewable, un recubrimiento innovador y respetuoso con el medio ambiente basado en aluminio con el que proteger las instalaciones eléctricas marinas.
El proyecto Acorn ha supuesto el desarrollo de un nuevo recubrimiento protector que ampliará la vida útil de las estructuras marinas a veinte o más años y, de este modo, podrá prescindirse de una protección catódica suplementaria. Se obtendrá así una nueva protección, alternativa a la pintura, de estructuras marinas de acero dedicadas a la producción de energía renovable, como muelles, boyas y plataformas petrolíferas y gasísticas. El recubrimiento, cuando se popularice, aumentará la competitividad de la industria y fomentará una implantación generalizada de múltiples tecnologías marinas.
En el proyecto se creó una tecnología singular y patentable que podría durar incluso más de lo que se calcula actualmente. Se basa en la pulverización térmica de aluminio (TSA, thermally sprayed aluminium), una sustancia dotada de resistencia demostrada a la corrosión a largo plazo, para ofrecer un recubrimiento base con una duración de incluso más de veinte años. Esta mezcla porosa se impregna con concentraciones minúsculas (menores al 1 %) de sustancias antiincrustaciones respetuosas con el medio ambiente que quedan expuestas gradualmente en la superficie activa del recubrimiento a medida que se corroe el TSA, a una velocidad de diez micrómetros al año.
Los científicos del proyecto optaron por un recubrimiento de aluminio puro al 99,5 % aplicado mediante el método de pulverización por arco bifilar. Las sustancias contra las bioincrustaciones ecológicas se seleccionaron por su rendimiento, disponibilidad en el mercado y autorización reglamentaria para su utilización en aguas de la Unión Europea. El equipo de científicos estudió también la estabilidad en aguas marinas de los portadores inertes de antiincrustaciones, la hidrofobicidad y sus bajas temperaturas de procesamiento para proteger los agentes contra las bioincrustaciones. A continuación se procedió a realizar ensayos de resistencia contra percebes frente a las costas de Suecia.