Riego por goteo subterráneo y eficiencia hídrica: claves para la rentabilidad en el cultivo de almendro

España se consolida como el principal productor europeo de almendra, uno de los mayores a nivel mundial, gracias a un modelo intensivo basado en variedades adaptadas, alta densidad, fertirrigación y tecnologías accesibles, idóneo para entornos con limitaciones hídricas, lo que ha convertido al almendro en un cultivo estratégico en el arco mediterráneo.

Desde 2021, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y AZUD colaboran en el proyecto¹ Ensayo de Riego Localizado Subterráneo en Almendro en las instalaciones del Centro Nacional de Tecnología de Regadíos, donde AZUD integra su Sistema de Riego por Goteo Subterráneo, optimizado para el suministro eficiente de agua en plantaciones de alto rendimiento. En este tiempo, se ha constatado un incremento de productividad, eficiencia en el uso del agua y sostenibilidad global.

En el año 2020 el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) pone en marcha en el Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER), ubicado en el término de San Fernando de Henares (Madrid), una parcela de ensayo donde realizar un estudio comparativo de diferentes sistemas de riego por goteo subterráneo en una plantación de almendro implementando innovadoras tecnologías y novedosos e incipientes modelos productivos de este cultivo como, por ejemplo, distintas densidades de seto, o nuevos diseños de Riego por Goteo Subterráneo (RGS).

Formar parte de este estudio sobre el rendimiento de diferentes técnicas y tecnologías en explotaciones de almendro en Intensivo y Superintensivo, convierte a AZUD en uno de los impulsores de esta revolución en el campo, avalando el potencial del riego localizado en su modalidad subterránea como herramienta capaz de garantizar una distribución uniforme de agua y de nutrientes, de minimizar las pérdidas por evaporación y de maximizar la disponibilidad hídrica en el entorno radicular del cultivo.

A este eje central del estudio se suman otros como: (i) la comparación del comportamiento agronómico de plantaciones intensivas y superintensivas; (ii) la integración de tecnologías de telecontrol y sensorización; y, (iii) la generación de un banco de datos robusto fundamentado en la evidencia que facilite la toma de decisiones de los productores.

La convergencia de estos cuatro pilares: la eficiencia hídrica, la optimización del diseño de plantación, la digitalización del riego y la generación de información ha conferido al estudio un marcado carácter demostrativo focalizado en la transferencia de conocimiento y su aplicación directa por productores y asesores técnicos.

El estudio se estructura en cuatro parcelas diferenciadas que representan los dos modelos productivos de mayor interés para el sector (Figura 1):

• Modelo Intensivo, con un marco de plantación de 6,00 x 4,00 m.
• Modelo Superintensivo, con una densidad notablemente superior: un marco de plantación de 3,50 x 1,25 m.

Con casi 700 almendros de la variedad Penta, un suelo Franco y Franco limoso y una estrategia de cultivo fundamentada en la agricultura de precisión, se definió un diseño agronómico con sistema de Riego por Goteo Subterráneo a 30 cm de profundidad y doble lateral de tubería emisora AZUD PREMIER de pluviometría 2,5 l/m^.h.

Figura 1. Comparativa visual entre los dos modelos de plantación con RGS: en la parte superior, almendro en Modelo Intensivo (6,00 x 4,00 m); en la parte inferior, Modelo Superintensivo (3,50 x 1,25 m).

Las parcelas cuentan con un sistema integrado de telecontrol centralizado en el CENTER que permite, en remoto y desde AZUD, programar y monitorizar la gestión del riego en tiempo real, además de otros parámetros de interés. Con el objetivo de disponer de la distribución del agua en el perfil radicular se cuenta con sondas capacitivas multinivel de 90 cm que permiten analizar la dinámica del agua y sus interacciones, pudiendo así ajustar el riego a la demanda real del cultivo y su entorno.

En la campaña del año 2024, desde el CENTER, se aplicaron prácticas agronómicas y fitosanitarias homogéneas en las parcelas a fin de garantizar la comparabilidad de los resultados. Durante el invierno se efectuó una poda de formación y fructificación adaptada al porte y arquitectura de cada modelo de plantación. A lo largo del ciclo vegetativo se llevaron a cabo otras tres podas en verde orientadas a reducir la competencia entre brotes y favorecer la diferenciación de estructuras productivas.

La nutrición se gestionó mediante fertirrigación controlada, ajustando los niveles de potasio, magnesio y microelementos, según analíticas foliares, para asegurar un desarrollo equilibrado y una correcta formación del fruto. El control de malas hierbas ha combinado un número reducido de desbroces mecánicos con aplicaciones puntuales de productos autorizados, sin impedimentos gracias al Riego por Goteo Subterráneo. En cuanto a la sanidad vegetal, el seguimiento fitosanitario constante ha permitido la detección y tratamiento localizado de focos puntuales, minimizando así intervenciones generalizadas.

En definitiva, se ha llevado a cabo un seguimiento y manejo riguroso y uniforme que refuerza la validez de los resultados, garantizando que las diferencias en productividad y eficiencia hídrica son atribuibles de forma incuestionable al sistema, a la práctica de riego y al marco de plantación implantado.

Las tecnologías digitales han permitido garantizar la precisión en el manejo del riego, ya que permiten la gestión y el control simultáneo e individual de todos los sectores y sensores de la explotación. A través de aplicaciones web de uso sencillo, es viable la programación remota de los eventos de fertirrigación, así como el seguimiento y verificación de los datos registrados. Esto contribuye a optimizar el uso del agua, a reducir costes operativos, a mejorar la eficiencia productiva del cultivo y a tomar decisiones informadas para actuar de manera ágil ante cualquier incidencia. El estudio, además, se ha apoyado en el Modelo de Optimización Económica del riego (MOPECO), desarrollado por el Centro Regional de Estudios del Agua (CREA) de la Universidad de Castilla-La Mancha, reforzando el enfoque de agricultura de precisión.

Las sondas capacitivas han proporcionado información detallada y precisa del contenido de agua en el suelo en los diferentes horizontes, y sus datos se han correlacionado con los volúmenes de agua aportados, el suelo y el cultivo, para ajustar de forma minuciosa tiempos de riego e intervalos de aplicación, asegurando así el control de la humedad en la zona radicular activa, reduciendo el riesgo de estrés hídrico y mejorando la productividad y la calidad del fruto.

La integración de la tecnología y el conocimiento agronómico está permitiendo construir un banco creciente de datos robustos y estructurados sobre múltiples campañas y escenarios, incluyendo: los volúmenes de agua aplicados en cada parcela por fase fenológica, los niveles de humedad del suelo tolerados a diferentes profundidades, datos diarios de temperatura, precipitaciones y los rendimientos obtenidos en cáscara y pepita.

Tras comienzos difíciles por la COVID-19 y la borrasca FILOMENA, y con cuatro campañas de seguimiento, los resultados del cuarto verde presentaron interesantes datos sobre la eficacia del sistema (Figura 2):

• Las parcelas establecidas con el Modelo Intensivo mostraron un consumo medio de agua de 4.965 m³/ha, con una producción media de almendra en cáscara de 4.973 kg/ha y un rendimiento medio de pepita de 1.850 kg/ha. La productividad hídrica para almendra fue de 1,00 kg/m³ y 0,37 kg/m³ para pepita.
• En contraste, el Modelo Superintensivo presentó un consumo medio de 3.153 m³/ha y alcanzó una producción media de 5.645 kg/ha de almendra y 1.920 kg/ha de pepita, lo que implica una productividad hídrica de 1,79 kg/m³ en almendra y 0,61 kg/m³ en pepita. Su productividad hídrica es casi un 80% superior al Modelo Intensivo.

Figura 2. Consumo hídrico, Rendimiento y Productividad en modelos de almendro variedad Penta con RGS en Intensivo vs. Superintensivo.

Estos resultados posicionan al sistema de Riego por Goteo Subterráneo, como una solución altamente eficaz para la producción de almendra con máximo rendimiento en sistemas de alta densidad. Respecto al riego por goteo superficial, se observa que el rendimiento alcanzado no sólo se mantiene competitivo, sino que, claramente, destaca en comparación con plantaciones Superintensivas de Murcia (López et al., 2022), en las que se obtuvieron entre 5.500 y 6.200 kg/ha con consumos de agua entre 4.500 y 5.200 m³/ha, lo que supone productividades hídricas de 1,2 a 1,4 kg/m³, frente a los 1,79 kg/m³ obtenidos en el presente estudio; o en Castilla-La Mancha donde los Modelos Intensivos mostraron consumos superiores a los 5.500 m³/ha, según los datos publicados por Martínez et al. (2023), y con rendimientos más bajos, y productividades que no superaron 0,86 kg/m³.

Los resultados del ensayo confirman con solidez que el Riego por Goteo Subterráneo adaptado al sistema y combinado con tecnologías de monitorización avanzada, constituye una solución altamente eficaz para el sector productor de almendra en alta densidad bajo escenarios de escasez hídrica.

El Modelo Superintensivo incrementó la producción de almendra en un 13,5% y la de pepita en un 3,8%, a la vez que redujo en un 36% el volumen de agua aplicado por hectárea respecto al Modelo Intensivo en las mismas condiciones.

La productividad hídrica alcanzó niveles excepcionales: un 79% más en almendra y un 65% más en pepita, situándose entre los valores más altos publicados a nivel nacional e internacional.

Estos resultados reflejan una mejora sustancial en la eficiencia del riego en almendro, atribuida al Riego por Goteo Subterráneo por su reducción de pérdidas por evaporación y percolación y su distribución uniforme del agua en la zona radicular. Esto, unido a la sensórica de precisión, permite un uso más racional de los insumos, reduciendo la presión ambiental y optimizando el rendimiento por unidad de recurso, con impactos positivos sobre la huella hídrica y la eficiencia energética de la producción. Además, contribuye a una mayor rentabilidad por hectárea al minimizar los costes operativos asociados al manejo del riego y otras labores mecanizadas.

En definitiva, se demuestra que es posible seguir avanzando hacia un almendro más rentable, resiliente y sostenible, afrontando los desafíos del clima mediterráneo y respondiendo con garantías a la creciente demanda del mercado y asegurando la sostenibilidad medioambiental, económica y social en entornos mediterráneo-continentales. Además, se trata de un modelo escalable dentro del sector de los frutos secos y para regiones con condiciones climáticas similares afectadas por el déficit hídrico.

Referencias Bibliográficas:

López, A. et al. (2022). Modelos de plantación y riego localizado en almendro en regadío en Murcia. ITEA, 118(2), 100–107.

Martínez, P. et al. (2023). Evaluación de consumos y productividades en almendro intensivo. Agricultura Técnica, 29(1), 15–24.

El Modelo Superintensivo incrementó la producción de almendra en un 13,5% y la de pepita en un 3,8%, a la vez que redujo en un 36% el volumen de agua aplicado por hectárea