Se intensifica la vigilancia ante la fiebre del Valle del Rift en Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga y Canarias
La fiebre del Valle del Rift es una zoonosis vírica de transmisión vectorial cuyo agente causal, un virus del género Phlebovirus, fue identificado por primera vez en el Valle del Rift, concretamente en Kenia, en 1931. Este virus puede causar enfermedad grave tanto en animales como en el hombre. La principal ruta de transmisión en animales es a través de la picadura de insectos hematófagos infectados (principalmente mosquitos de diversos géneros). Además, se ha demostrado que rumiantes y humanos pueden contraer la infección por contacto directo o indirecto con sangre, cadáveres de animales infectados, consumo de carne fresca no cocinada, consumo de leche no tratada, así como restos placentarios o líquido amniótico de las hembras abortadas.
La enfermedad históricamente ha sido endémica en gran parte del África subsahariana, dándose en las últimas décadas una expansión de la enfermedad hacia otras zonas más al norte adquiriendo naturaleza de enfermedad emergente y aumento del riesgo para la UE y España. Hasta la fecha, España está considerada libre de fiebre del Valle del Rift, pero habida cuenta de la situación epidemiológica de determinados países del norte de África, en los que se ha confirmado la presencia de la enfermedad, y de las importantes consecuencias económicas, de salud pública y sanitarias que podría suponer la entrada de la enfermedad en nuestro país, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) considera que es necesario la implementación de un programa de vigilancia frente a esta enfermedad.
Por un lado, el programa tiene un componente activo cuyo objetivo es el de demostrar la ausencia de circulación del virus de la fiebre del Valle del Rift en la cabaña ganadera con objeto de garantizar el mantenimiento del estatus sanitario de España como zona libre de esta enfermedad. Por otro lado, en particular el componente pasivo tiene por objeto facilitar la detección temprana en caso de circulación del virus lo que permitirá a las autoridades veterinarias dar una respuesta rápida y eficaz, mediante la adopción de las medidas pertinentes, para la prevención de su diseminación, el control y si fuera posible la erradicación de la enfermedad del territorio español.
La vigilancia activa se aplicará en todos los animales de las especies de bovino y ovino situados en la zona de mayor riesgo de entrada y difusión de la enfermedad, que corresponde a las provincias de Cádiz, Málaga, Sevilla, Huelva, además de las Islas Canarias.
En las provincias andaluzas citadas anteriormente, el programa de vigilancia activa se basará en la realización de un muestreo serológico y virológico anual llevado a cabo en la época de menor actividad vectorial (entre noviembre y abril) en explotaciones centinelas de animales de las especies bovinas u ovinas de manera que se descarte cualquier evidencia de circulación vírica.
El muestreo deberá permitir la detección de una prevalencia mínima del 5%, con un nivel de confianza del 95%, lo que supone la toma de muestras en 59 animales centinela, que deberán tener una disposición espacial que garantice la cobertura de todo el territorio objeto de la vigilancia. Para ello, se seleccionarán, al menos, seis explotaciones por provincia, debiéndose preferiblemente zonas con alta carga ganadera y con sospecha o presencia conocida de vectores capaces de transmitir el virus. Con objeto de aumentar la sensibilidad de la vigilancia, en la medida de lo posible, los animales seleccionados deberán ser animales adultos que hayan permanecido en la explotación al menos desde el inicio de la época de actividad vectorial ya que será esta cohorte de la población la que tenga un mayor riesgo de haber estado en contacto con el virus de la fiebre del Valle del Rift. Se podrán utilizar las mismas muestras que en el programa de vigilancia de lengua azul.
Por lo que respecta a Canarias, debido a su proximidad con Mauritania que es considerado un país endémico de la enfermedad, se llevará a cabo un muestreo serológico y virológico de bovinos y/u ovinos, de forma que se garantice detectar una prevalencia mínima de la enfermedad del 5% con un nivel de confianza del 95%. Dicho muestreo se realizará en el mes de diciembre/enero, es decir después de la época de lluvias y desarrollo de mosquitos en Mauritania, que suele ocurrir durante los meses de septiembre y octubre del año anterior.
Los animales seleccionados deberán ser prioritariamente animales adultos que hayan estado en la explotación o en las islas al menos durante los últimos seis meses anteriores al muestreo. En la medida de lo posible se podrán utilizar las mismas muestras que en el programa de vigilancia de lengua azul.
