Bienestar animal y sostenibilidad en tiempos de cambio climático
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) destaca que los sistemas de alojamiento influyen directamente en la salud y el comportamiento de los terneros. Recomienda mantener a los terneros en grupos pequeños (2–7 animales) durante la primera semana de vida, con un espacio mínimo por animal para permitir una postura cómoda. Además, sugiere proporcionar superficies de descanso deformables y acceso a agua en superficie abierta.
La implementación de estas recomendaciones reduce problemas como trastornos respiratorios, trastornos gastroentéricos y estrés social, mejorando así la salud general de los animales y su capacidad de crecimiento.
Productividad y eficiencia en la producción
Un alojamiento adecuado también impacta positivamente en la productividad. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que prácticas de manejo mejoradas pueden reducir las emisiones netas del sector ganadero en aproximadamente un 30%. Estas prácticas incluyen la mejora de la salud animal, el uso eficiente de los recursos y la implementación de sistemas integrados.
Además, la mejora del bienestar animal, al reducir el estrés social, puede contribuir a una mayor ingesta de alimentos en el ganado, lo que mejora la eficiencia de la conversión alimenticia y, por lo tanto, la producción de carne.
Adaptación al cambio climático
El cambio climático presenta desafíos significativos para la ganadería, como el aumento de las temperaturas y la mayor incidencia de enfermedades. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierte que el riesgo de estrés térmico para el ganado aumentará en muchas regiones del mundo debido al calentamiento global.
En este contexto, los alojamientos adecuados pueden servir como una estrategia de adaptación. Instalaciones que proporcionen sombra, ventilación adecuada y acceso a agua fresca ayudan a mitigar los efectos del calor extremo, reduciendo el estrés térmico y mejorando la salud y productividad de los animales.
Sistemas de ventilación: clave para el confort térmico
Una correcta ventilación en las explotaciones de terneros de cebo es fundamental para mantener un ambiente interior saludable y reducir el estrés térmico y las enfermedades respiratorias. Existen principalmente tres tipos de ventilación: natural, mecánica y combinada.
La ventilación natural se basa en el aprovechamiento de corrientes de aire generadas por diferencias de temperatura y presión, y es eficaz en regiones con climas templados y construcciones abiertas. Requiere un diseño adecuado de aberturas, como ventanas altas, respiraderos en cumbrera y entradas de aire bajas en las paredes laterales.
La ventilación mecánica, por su parte, utiliza extractores, ventiladores y, en algunos casos, sistemas de presión negativa o positiva para mover el aire. Es ideal en explotaciones intensivas o zonas de clima extremo, donde el control del ambiente requiere una regulación precisa.
La ventilación combinada une las ventajas de ambos sistemas: aprovecha la ventilación natural siempre que sea posible y recurre a sistemas mecánicos en situaciones de necesidad, como olas de calor o alta humedad. Este enfoque es especialmente útil ante el aumento de temperaturas derivado del cambio climático, permitiendo mantener niveles adecuados de amoníaco, humedad y temperatura dentro de los alojamientos.
Un sistema de ventilación eficiente no solo mejora el bienestar de los animales, sino que también reduce el riesgo de enfermedades y mejora los índices productivos, al asegurar un ambiente más estable y confortable.
Conclusión
La inversión en alojamientos de calidad para los terneros de cebo no solo es una cuestión de bienestar animal, sino también una estrategia inteligente para mejorar la productividad y adaptarse a los desafíos del cambio climático. Al seguir las recomendaciones de organismos internacionales y expertos, los ganaderos pueden crear entornos que favorezcan tanto a los animales como a la sostenibilidad del sector.
En tiempos de incertidumbre climática, contar con instalaciones bien diseñadas es una inversión que ofrece beneficios a largo plazo para la ganadería y el medio ambiente.
Decálogo para los alojamientos de terneros de cebo
- Ubicación estratégica y cumplimiento normativo. Selecciona una ubicación con acceso a servicios básicos y alejada de núcleos urbanos y cumple con la normativa vigente, como el Real Decreto 692/2010 sobre bienestar animal en explotaciones ganaderas.
- Diseño de naves ventiladas. Diseña naves con ventilación adecuada para evitar acumulación de gases nocivos y mantener el confort térmico. Utiliza materiales resistentes y fáciles de limpiar.
- Espacio por animal. Proporciona un espacio mínimo por ternero para asegurar bienestar y evitar sobrecarga. Los alojamientos deben permitir una correcta jerarquización social y evitar el estrés.
- Comederos y bebederos adecuados. Para terneros de 500 kilogramos, debe haber una longitud mínima de plaza de 0,20 metros, una anchura de 0,60 metros, profundidad mínima de 0,15 metros y altura del suelo al borde entre 0,40 y 0,55 metros. Para los bebederos, se debe instalar un bebedero por cada diez terneros, con una altura recomendada entre 80 y 90 centímetros desde el suelo y una capacidad mínima de 10 litros por teneros. Se deben utilizar sistemas de fácil limpieza y mantenimiento.
- Ventilación eficiente. En invierno, la ventilación debe garantizar un caudal de aire suficiente, que debe aumentar de forma significativa durante los meses con las temperaturas más altas. Utiliza sistemas de ventilación natural o forzada según las necesidades climáticas.
- Control de temperatura y humedad. Mantén una temperatura interior que no exceda los 30°C. La humedad relativa debe estar entre 65% y 75% para evitar problemas respiratorios y podales.
- Manejo sanitario y bioseguridad. Implementa protocolos de limpieza y desinfección periódicos. Establece zonas de cuarentena para nuevos animales y controla el acceso a la explotación.
- Gestión de estiércol y purines. Diseña sistemas eficientes de recogida y almacenamiento de estiércol y purines. Cumple con la normativa sobre gestión de residuos ganaderos, especialmente en zonas vulnerables a nitratos.
- Formación y bienestar animal. Capacita al personal en manejo adecuado de los animales y en prácticas de bienestar animal. Evita prácticas que puedan causar estrés o daño a los terneros.
- Cumplimiento de normativas específicas. Asegura que las instalaciones cumplen con la normativa de bienestar animal y otras regulaciones locales o autonómicas aplicables. Realiza inspecciones periódicas y mantiene registros actualizados de las condiciones de la explotación.








