CK28 - Tierras Caprino

nº 28 - pág 23 [tierras CAPRINO 2019 los humanos. Está demostrado que el miedo provoca una reducción en la producción lechera y un peor manejo en el animal, por lo que es importante fomentar esta relación por parte del ganadero (Waiblinger et al., 2006). Según algunos investigadores, esta relación se ve reforzada sobre todo en los primeros meses, curiosamente no en la primera fase de la lactancia como popularmente se piensa, si no en las cuatro siguientes semanas (Boivin et al., 2000). ■ Descornado deficiente Este aspecto se debe a que el descornado no se hizo de manera correcta y el cuerno vuelve a salir, incurvándose, pudiendo producir lesiones al animal. El porcentaje de cabras mal descornadas obtenido es menor que en el estudio italiano (Battini et al.,2016) en el que obtuvieron un 12,7% de cabras mal descornadas. ■ Arrodillado para comer El hecho de que las cabras se arrodillen para comer indica un mal diseño de las instalaciones, ya que las cabras no pueden acceder correctamente a la comida por encontrarse a una altura inadecuada o por existir hacinamiento. Esto va a repercutir en un descenso de la ingesta de comida y por tanto de la producción. No se han observado explotaciones en las que existiese arrodillado para comer, dato igual al obtenido en Italia (Battini et al.,2016) lo que indica que los comederos están correctamente diseñados para las particularidades de esta especie. ■ Colas para comer o beber Estos parámetros se han valorado únicamente de forma cualitativa ya que se ha preferido tomar como referencia el valor ‘metros de comedero por cabra’ y ‘cabras por bebedero’ explicados en los puntos siguientes. En tan sólo una explotación de las diez estudiadas se han observado colas para comer. No se han observado colas para beber. ■ Metros de comedero por cabra Se ha tomado este dato como referencia para valorar el espacio del que disponen las cabras para comer. Lo ideal es que haya unos 35-40 centímetros por cabra de manera que todas las cabras puedan comer simultáneamente (Sánchez Rodríguez et al., 2018). El dato obtenido (37 cm) entra dentro de lo estipulado para esta especie, aunque esto puede depender de varios parámetros como puede ser la presencia de cabras con cuernos que van a precisar más espacio (Loretz et al., 2004). Si este valor es menor al necesario, pueden aparecer colas para comer, disminuyendo la ingesta de alimento y aumentando las conductas de competencia (Jørgensen et al., 2007), lo que puede repercutir en la producción (Barroso et al., 2000) (Sánchez Rodríguez et al., 2018) ■ Cabras por bebedero Cuando este valor es muy alto, vamos a ver probablemente colas para beber lo que repercute en que aparezcan estados de sed prolongados y problemas de deshidratación si las temperaturas son altas. Existen estudios que afirman que este número no debe ser mayor de 30 cabras en bebederos de boquilla (Ehrlenbruch et al.,2010) por lo que el valor obtenido sería alto, pero no se han tenido en cuenta las características de los bebederos. Esto va a influir mucho en el número recomendado de cabras por bebedero ya que no es lo mismo uno de boquilla o de cazoleta en el que pueden beber muy pocas cabras a la vez que aquellos más grandes en el que puedan Foto 8. Test de primer contacto. Foto 9. Colas para comer en una explotación. Foto 10. No hay arrodillado. Foto 11. Ejemplo de buena cama. ✚

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx