He decidido recientemente superar uno de los obstáculos para que un banco nos conceda un crédito hipotecario, que no es otro que “adquirirles adicionalmente” otros productos que nos intentan colocar convirtiéndose de repente en una especie de zoco turco con decorado lounge actual. Nada nuevo bajo el sol, pero de entre las alternativas que se me ofrecían, cargado como estoy ya de seguros por todos los lados, opté por la instalación de un servicio de alarma en mi pequeño piso de barrio a las afueras. Al fin y al cabo, de seguridad siempre supieron más que de seguros. Es cierto que mi puerta era la única de toda la planta, por no decir de toda la finca, que aún no exhibía una placa indicando que su interior está protegido, incluso desde que hubo un par de asaltos por la zona, siendo el último el del domicilio del vecino de al lado, pero no ha sido sino hasta ahora cuando me he decidido a ello, animado finalmente por el cierre del acuerdo hipotecario. Pues bien, hay que darle la razón al eficiente y contumaz agente Smith en Matrix, y he de reconocer que los sistemas, dispositivos y servicios, de muy reciente tecnología, han reforzado nuestra tranquilidad y confort. Por supuesto ahora mi domicilio, como todos los demás provistos de este servicio, están si se desea 24/7 controlados y a través de una sencilla aplicación puedo monitorizar las estancias y accesos. Como si aparte de mi familia, que no es poco, hubiera algo de valor, vamos. El de la seguridad (Security) es precisamente el motivo que ha desarrollado igualmente una tecnología muy similar a la de mi casa, pero asociada al transporte de mercancías y aplicada a su seguridad (Safety), trazabilidad y mitigación del riesgo de daños, alcanzando un nivel de control y monitorización muy elevado que ha permitido a su vez la generación de soluciones integrales para la logística. Debido al número de robos en mercancías durante su transporte en Iberoamérica, no es de extrañar que el extraordinario producto final de dirección de riesgo soportado por las nuevas tecnologías nos venga preconfigurado desde allí, listo para su consumo por parte de los intereses transportistas y cadenas logísticas en Europa, por medio de productos ad hoc acordes con sus necesidades específicas. Mi empresa, COMISMAR, siempre inquieta por ampliar sus servicios y satisfacer las necesidades de sus clientes, ha establecido a través de su filial, COMISMAR CONTROL, espe- “Nunca uses a un humano para hacer el trabajo de una máquina”. (Agente Smith en MATRIX) Felipe Díaz Pintos, director de desarrollo de negocio de Comismar 74 ANUARIO MARÍTIMO ESPAÑOL ⎮ COMISMAR
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