prudente, para cumplir con este cometido puede situarse en un lugar desde el que vea la barra de anillas pero que esté fuera de la zona en la que están o por la que puedan desplazarse las anillas, cabos o paños de red. Pero lo que ocurre es que, a veces, se producen bloqueos entre las anillas que les impiden salir de la barra y entonces el tripulante encargado de su conteo acude a desbloquearlas corriendo el riesgo de ser golpeado y/o arrastrado, a veces hasta el mar, por algún elemento del arte con graves consecuencias para su salud e incluso para su vida. A diferencia de los dos tipos anteriores de accidentes, para evitar la repetición de este tercer tipo no basta con que la normativa en vigor sea muy estricta en cuanto a las zonas de seguridad del buque en las que deben situarse los tripulantes durante las maniobras y que no deben abandonar bajo ningún concepto, sino que se precisa, además, que se promueva la búsqueda y aportación de soluciones tecnológicas que permitan realizar de forma automática el conteo de las anillas que salen de la barra y su desbloqueo por medios mecánicos desde lugares seguros, cuando se precise. Este tipo de accidentes es un claro ejemplo, aunque no el único, de cómo en el siglo de la automatización y digitalización hay actividades humanas, y entre ellas algunas en el sector pesquero, a las que no se les está prestando la debida atención y siguen realizándose como antiguamente, sin incorporar a ellas los elementos tecnológicos disponibles en la actualidad que, con toda certeza, permitirían mejorar la seguridad de los buques y de sus tripulaciones. Para dar una idea cuantitativa de la situación, en la década comprendida entre 2010 y 2019 se produjeron 168 accidentes muy graves en buques pesqueros españoles, con el agravante de que en 58 de ellos los tripulantes no usaron los chalecos salvavidas en sus modalidades de trabajo o de abandono de buque. Investigando las causas por las que en esos 58 accidentes, que suponen más de un tercio de los calificados como muy graves acaecidos en una década, los tripulantes no usaron chalecos de trabajo salvavidas, se ha podido comprobar el rechazo de muchos pescadores a portar dichas prendas “En la década comprendida entre 2010 y 2019 se produjeron 168 accidentes muy graves en buques pesqueros españoles, con el agravante de que en 58 de ellos los tripulantes no usaron los chalecos salvavidas” 56 ANUARIO MARÍTIMO ESPAÑOL ⎮ CIAIM
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