Transformando ciudades desde el subsuelo
La geotermia se ha consolidado como una de las soluciones más innovadoras y sostenibles para la climatización de edificios, procesos, naves, centros industriales e infraestructuras urbanas. Se trata de una fuente de energía renovable, limpia e inagotable, que aprovecha el calor almacenado en el subsuelo para ofrecer calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS) durante todo el año. Gracias a este calor natural interno, bajo la superficie podemos encontrar una temperatura constante de unos 20-22 grados, que es muy favorable para calentar o refrigerar un edificio. A diferencia de otras energías renovables, la geotermia no depende de las condiciones meteorológicas y está disponible de manera constante las 24 horas del día, los 365 días del año, lo que la convierte en un recurso estratégico para la eficiencia energética de ciudades y redes urbanas inteligentes de calor y frío.
En el contexto actual de aceleración hacia la descarbonización del planeta, la geotermia se está posicionando como una de las fuentes renovables más estables y eficientes dentro del panorama energético europeo. La Estrategia de Transición Energética de la Unión Europea impulsa activamente su desarrollo como una solución clave para la climatización sostenible de edificios y redes urbanas de calefacción y refrigeración. En España, su implementación está experimentando un crecimiento notable, particularmente en los entornos municipales y residenciales, donde la reducción de las emisiones y la optimización del consumo energético se materializan en ahorros económicos sustanciales y en una mejora de la calidad del aire.
Aplicación en infraestructuras públicas
En el sector de infraestructuras públicas, la geotermia permite cubrir el 100% de las necesidades de climatización de centros educativos, residencias de mayores, hospitales y equipamientos urbanos mediante una única instalación. Los sistemas geotérmicos presentan una versatilidad excepcional al integrarse con múltiples tecnologías de distribución térmica, incluyendo suelo radiante, fancoils o sistemas de radiadores convencionales, asegurando un confort térmico óptimo y una eficiencia energética máxima.
Su integración arquitectónica es prácticamente invisible al ubicarse los intercambiadores en el subsuelo o cimentaciones, liberando espacios en cubiertas y fachadas para otros usos. Además, su funcionamiento silencioso y libre de vibraciones elimina molestias acústicas tanto para los usuarios como para la comunidad.
A lo largo de 2024, Veolia, líder en descarbonización, economía circular y gestión optimizada de los recursos:agua, energía y residuos, ha acompañado a más de 100 clientes en España —abarcando instalaciones municipales, residenciales y del sector terciario— en la implementación de sistemas geotérmicos. Estas actuaciones han generado un impacto ambiental significativo al evitar la emisión de aproximadamente 800 toneladas de CO₂ a la atmósfera, lo que equivale a retirar de la circulación 174 vehículos durante un año.
Los beneficios económicos han sido igualmente destacables, con ahorros energéticos de hasta un 70% respecto a sistemas convencionales de climatización. Esta optimización energética se ha traducido en una mejora sustancial de la calificación energética de los edificios, impactando positivamente en la revalorización inmobiliaria y en la reducción de cargas fiscales vinculadas a la eficiencia energética.
Caso de éxito: residencia de mayores de Berzosa del Lozoya
Un ejemplo destacado de aplicación de la geotermia en infraestructuras públicas es la residencia de mayores de Berzosa del Lozoya (Madrid). Este proyecto, cofinanciado por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation EU en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, buscaba sustituir un sistema de calefacción convencional basado en gasoil por una instalación geotérmica de última generación, mejorando la eficiencia energética y reduciendo la huella ambiental del centro.
La instalación diseñada por Veolia incluye cuatro bombas de calor de alta eficiencia, depósitos de inercia térmica, acumuladores de ACS y doce sondas geotérmicas de 120 metros de profundidad. Esta solución proporciona calefacción, refrigeración y ACS a las 27 habitaciones del edificio y a sus espacios comunes, garantizando confort integral a los residentes.
Los resultados proyectados incluyen un ahorro energético superior al 60% y un período de amortización inferior a cinco años, consolidando a la residencia de Berzosa del Lozoya como un referente del potencial transformador de la geotermia en el sector público.
Una visión para el futuro urbano
Veolia impulsa la expansión de la geotermia en España como parte integral de GreenUp, su programa estratégico 2024-2027, que tiene como objetivo convertir a la compañía en el catalizador de la transformación ecológica. La geotermia se enmarca dentro del primer impulsor de crecimiento del programa - Bioenergía, flexibilidad y eficiencia energética - que materializa el compromiso de Veolia de descarbonizar, descontaminar y regenerar los recursos mediante la producción de energía local y baja en carbono para clientes municipales e industriales.
Esta tecnología constituye un modelo replicable que transforma los edificios públicos en espacios más confortables, sostenibles y resilientes, integrando soluciones avanzadas sin comprometer el espacio urbano ni la estética arquitectónica. La geotermia se consolida así como vector estratégico de modernización energética urbana, combinando ventajas técnicas y ambientales con ahorro económico y confort para los usuarios.
La convergencia de ayudas públicas, conciencia medioambiental, avances tecnológicos en bombas de calor y el incremento de precios energéticos está generando las condiciones óptimas para el desarrollo definitivo de la geotermia. Mediante su enfoque integral y colaborativo, Veolia mantiene su compromiso de seguir impulsando esta tecnología renovable como catalizador de la transformación urbana y modernización de equipamientos públicos. Cada instalación implementada demuestra que es posible alcanzar una mayor sostenibilidad energética con beneficios económicos tangibles, contribuyendo a construir un futuro urbano eficiente, seguro y ambientalmente responsable.




































