"El principal objetivo que nos hemos marcado es situar a la tecnología termosolar como un actor relevante del mix de generación del mercado energético descarbonizado español"

El pasado mes de septiembre, Óscar Balseiro fue nombrado nuevo secretario general de la Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar (Protermosolar) en sustitución de David Trebolle. Con una amplia experiencia en el ámbito energético, Balseiro nos habla de los retos y las oportunidades que ofrece esta tecnología renovable, capaz de generar electricidad y calor a partir del sol.

Las principales funciones del secretario general de Protermosolar van dirigidas a impulsar la expansión y el desarrollo de la tecnología termosolar en todas sus aplicaciones. En concreto estamos hablando de:

• Representar al sector en las Relaciones Institucionales con la Administración a nivel nacional y autonómico.
• Difundir y promover la industria termosolar en foros, congresos, prensa y medios.
• Elaborar artículos, informes, memorias, actas de la Asociación y coordinación de estudios sectoriales.
• Dirigir y coordinar juntas directivas y juntas anuales de socios.
• Desarrollar y fomentar Comités y Grupos de trabajo tanto permanentes como temporales (Regulatorios, técnicos, financieros, medioambientales, etc..).

Como ven, tenemos una interesante tarea por delante que tiene como principal objetivo el ofrecer el mejor servicio posible a nuestros asociados.

El principal objetivo que nos hemos marcado es situar a la tecnología termosolar como un actor relevante del mix de generación del mercado energético descarbonizado español.

Queremos explicar a todos los actores del sector por qué nuestra tecnología multi-producto es clave en este momento, ofreciendo una versatilidad al sistema eléctrico español, que le permite ser capaz de generar energía renovable, tanto diurna como nocturna, ser gestionable gracias al almacenamiento, lo que le hace además, complementaria a la fotovoltaica, ofrecer seguridad de suministro aportando sincronismo a un sistema eléctrico cada vez más deficitario y generar empleo y riqueza en zonas despobladas.

Además, no debemos olvidar las aplicaciones que ofrecen los sistemas de concentración solar térmica en la generación de calor a media y alta temperatura en procesos industriales y que representan una alternativa renovable al consumo de combustibles fósiles, esenciales en el proceso de descarbonización del sector industrial. 

En España contamos con dos grandes activos en la tecnología termosolar: liderazgo tecnológico y recurso solar. Gracias a estos recursos somos lideres a nivel internacional con una potencia instalada de 2.300 MW, lo que supone aproximadamente un tercio de la capacidad mundial, así que contamos con todos los ingredientes necesarios para ser relevantes dentro del mix energético español.

Recientemente se ha publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) y en este informe se ha determinado que la instalación de potencia termosolar en España deberá ser de 2,5 GW adicionales, en lugar de los 5 GW adicionales que se habían propuesto en 2021.

Desde Protermosolar, y gracias a un estudio que realizamos en colaboración con la Universidad Pontificia de Comillas, consideramos que harían falta 7 GW de potencia síncrona renovable adicionales en el sistema para dar respuesta a los retos que están por llegar, por lo que la publicación de tan solo 2,5 GW adicionales de termosolar no puede dejarnos en absoluto satisfechos.

Nuestro gran desafío es lograr transmitir que el valor de la tecnología termosolar no se debe medir exclusivamente por el coste de la energía producida, ya que su papel va más allá. La tecnología termosolar no es competitiva por electrón verde generado, es competitiva si se considera esa versatilidad de servicios que ofrece y, por tanto, es necesario definir un esquema regulatorio que reconozca esa versatilidad que cada vez más necesita nuestro sistema eléctrico.

La gran ventaja que tiene nuestra tecnología es esa versatilidad mencionada anteriormente, que la convierten en una “navaja suiza”, si me permite el símil, y que hace que la termosolar pueda jugar un rol importante para cubrir las nuevas necesidades de un futuro sistema eléctrico español descarbonizado.

Un futuro descarbonizado como el que estamos construyendo deberá afrontar nuevos retos como la descarbonización de la industria, la incorporación de energía renovable en horas nocturnas y la aportación de sincronismo al sistema una vez desaparezcan las centrales térmicas de ciclo combinado que corrigen los desequilibrios entre generación y demanda, tanto en energía como en potencia, provocados por la penetración de tecnologías renovables como la solar o la eólica.

Actualmente ya estamos notando los efectos de estos desequilibrios en los mercados de ajuste en forma de incremento de costes y de toma de protagonismo de estos; es decir, para equilibrar la penetración de renovables intermitentes, debemos acudir más asiduamente a estos mercados y con costes superiores a los que teníamos ya que acudimos más a fuentes de energía procedentes de fuentes fósiles como el gas natural.

Esta situación se podría corregir en un futuro con mayor presencia de la tecnología termosolar la cual permitirá reducir, gracias a su gestionabilidad, el coste de la factura eléctrica en lo referente a los mercados de servicios de ajuste.

Nuestras 49 plantas termosolares operativas en España generan entre los 4.500 y 5.000 GWh de electricidad anuales, contribuyendo al PIB nacional con más de 1.500 millones de euros. Es decir, por cada MW instalado se generan alrededor de 600.000 euros de valor añadido anual en la economía española.

El 96% actual parque de generación termosolar de las centrales se ubican en municipios con menos de 50.000 habitantes y más de un 60% del total en municipios de menos de 10.000 habitantes.

Estas plantas contribuyen con más de 280 millones de euros de saldo positivo frente a los incentivos recibidos, y genera más de 6.000 empleos a tiempo completo, representando un 33% más que el empleo medio generado por el resto de las tecnologías renovables.

Como hemos comentado anteriormente, nuestros estudios señalan un escenario óptimo del parque termoeléctrico de unos 9.300 MW de potencia termosolar instalada en 2030 para dotar al sistema del sincronismo y equilibrio necesarios entre oferta y demanda conforme vayan desapareciendo las centrales térmicas de ciclo combinado; así que diría que estamos bastante lejos de las necesidades futuras del sistema en energía renovable síncrona.

Creemos, por tanto, que el PNIEC debe afrontar una descarbonización real basada en potencia, y no solo en energía como hasta ahora. Actualmente tenemos una potencia instalada que supera en 2,5 veces la demanda de energía, ya que nos hemos dotado de tecnologías renovables no gestionables y todavía no hemos sido capaces de sustituir a las tecnologías fósiles al ser éstas las que garantizan la estabilidad y gestionabilidad del sistema.

Dicho lo anterior, para cumplir la previsión que marca el PNIEC debemos diseñar un marco regulador estable que permita fomentar las inversiones en energías renovables gestionables como la termosolar.

Nuestro país goza de un destacado entramado industrial en ingeniería y equipos que ha permitido reforzar la posición de liderazgo a nivel mundial que España ha ocupado durante muchos años. Es por ello, que estoy convencido de que nuestras empresas estarían dispuestas a reforzar su apuesta por la tecnología termosolar siempre y cuando se den las condiciones que garanticen unos retornos adecuados para inversiones estratégicas en tecnologías renovables con respaldo, sincronismo y almacenamiento como la termosolar.

Para ello, creemos que es necesario contar con mecanismos regulatorios claros que garanticen retornos razonables para una tecnología renovable estratégica. Necesitamos esquemas de subastas diseñados bajo un marco estable y a largo plazo (20 años).

En primer lugar, me gustaría decir que valoramos muy positivamente el nivel de participación que hubo en la subasta por parte del sector con una oferta termosolar que superó los volúmenes mínimos de participación que exigía la normativa de la subasta y consideramos que hubiera sido mayor si existiera una mayor certidumbre en la obtención del punto de conexión en la red.

Existe escasez de puntos de acceso a la red, problema que compartimos con el resto de renovables, pero que conlleva un mayor perjuicio en proyectos termosolares debido a la necesidad de ser más intensivos (en torno a los 100 MW) para ser rentables. Si esto lo unimos al riesgo a perder el aval bancario presentado en la subasta por demoras en la obtención del punto de conexión, entonces podemos entender que algunos promotores decidan no presentarse ante tal incertidumbre.

El hecho de que la subasta resultara desierta nos preocupa enormemente ya que la tecnología termosolar con almacenamiento térmico es la única renovable que realmente puede reducir la dependencia del gas para la generación eléctrica nocturna, gracias a su elevada firmeza, su reserva rodante por su condición síncrona, y su capacidad de generación nocturna –superando incluso a la energía fotovoltaica con baterías en casos comparables—.

Y es precisamente por esa versatilidad comentada anteriormente que el valor de la tecnología termosolar no se debe medir exclusivamente por el coste de la energía producida, ya que su papel, gracias al almacenamiento y capacidad de reducir vertidos, es fundamental para que el sistema pueda alcanzar altos índices de penetración renovable intermitente –fotovoltaica y eólica—, ayudando a reducir nuestra fuerte dependencia del gas y de los ciclos combinados.

Desde Protermosolar nos hemos puesto a disposición del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico para trabajar conjuntamente en el diseño de la próxima subasta, maximizando cada euro de coste del sistema en aras de obtener un sistema eléctrico más económico, resiliente y con capacidad de seguir creciendo en los objetivos marcados por la Comisión Europea.

El nuevo diseño del mercado energético europeo debe apoyarse en mecanismos que atraigan nuevas inversiones en tecnologías que permitan una transición energética que sustituyan de verdad a las tecnologías fósiles actuales. Mecanismos como los mercados de capacidad y subastas para asegurar el suministro y lograr un sistema eléctrico descarbonizado.

Es fundamental aumentar el volumen de inversión en generación renovable dentro de un marco regulador que reduzca el riesgo de las inversiones en renovables con respaldo, al tiempo que dotar de seguridad al suministro a través de una producción de electricidad no intermitente y síncrona. Por ello es necesario contar con mecanismos como las subastas y los mercados de capacidad.