Entrevista a Elisabet Suau, nueva directora técnica del Grupo HDF
Con una amplia trayectoria técnica, Elisabet Suau se incorporó hace unos meses al Grupo HDF como directora técnica. Su objetivo no es otro que el reforzar el soporte al profesional, impulsar la innovación en las marcas propias y fortalecer la red de conocimiento compartido. Y todo ello apostando por un modelo de distribución que no solo entrega producto, sino también "confianza, formación y acompañamiento en cada fase del proyecto". Así nos lo explica en la siguiente entrevista.
Ingeniera Industrial de formación, Elisabet Suau ha combinado desde sus inicios la vertiente técnica con una fuerte vocación por la formación y el desarrollo de personas. Su carrera profesional se ha desarrollado principalmente en Eurofred, S.A., donde trabajó durante 15 años en distintas áreas: desde atención comercial e ingeniería de proyectos hasta la dirección del soporte técnico, exportación y gestión de negocio. Esta experiencia le permitió adquirir una visión global del sector HVAC y consolidar un perfil técnico y de gestión orientado a la innovación, la eficiencia y el trabajo en equipo. En la actualidad, lidera la dirección técnica del Grupo HDF.
Con su incorporación como directora técnica del Grupo HDF, ¿cuáles son los primeros objetivos que se ha marcado a corto y medio plazo?
A corto plazo, mi misión es clara: seguir estrechando lazos con nuestros profesionales. Escucharlos de verdad, saber qué necesitan, qué les quita el sueño y asegurarme de que tanto la tecnología como el servicio que les ofrecemos sean un alivio, no un dolor de cabeza.
A medio plazo, quiero darle un buen empujón a la innovación en nuestras marcas propias. ¿Cómo? Mezclando eficiencia energética con soluciones inteligentes que no necesiten manuales de 300 páginas para funcionar. Porque en esto de la climatización, no se trata solo de enfriar o calentar una estancia, sino de hacerlo con estilo, con discreción… y con ese toque mágico que hace que alguien diga: “Oye, qué gustazo estar aquí”.
Y, cómo no, fortalecer la formación y el soporte técnico. Porque un instalador bien preparado es como un buen aire acondicionado: pasa desapercibido cuando todo va bien, pero cuando falta… se nota, y mucho.
En resumen: mejorar, innovar y acompañar. Porque al final, más allá de la temperatura, lo que de verdad queremos es generar confort, confianza y un poquito de orgullo compartido por lo que hacemos cada día.
“En HDF apostamos por la calidad, por la cercanía y por esa sensación tan valiosa que queremos que el profesional tenga cuando trabaja con nosotros: la de respirar tranquilo”
¿Cuál es su visión sobre la evolución del canal profesional de distribución en climatización? ¿Qué demandas técnicas o de servicio son hoy más relevantes?
El canal distribución está viviendo su propia 'revolución del aire'. Y no me refiero a una corriente fría que entra por la rendija, sino a una transformación real, donde ya no basta con mover cajas: ahora hay que mover ideas, soluciones y, sobre todo, confianza.
El profesional de hoy exige algo más que producto: quiere acompañamiento técnico, cercanía, rapidez en la respuesta, formación continua y apoyo. La evolución pasa por convertir al distribuidor en un verdadero socio estratégico, casi un ‘consultor del confort’.
Y si hablamos de demandas, las más relevantes hoy son la eficiencia energética (porque el planeta no tiene aire acondicionado central), la conectividad (porque todo debe hablar con todo), y la inmediatez del servicio técnico (porque cuando falla el clima, no hay paciencia que aguante).
En resumen: el futuro del canal está en manos de quienes sepan combinar tecnología con cercanía, y eficiencia con una buena dosis de sentido común.
En un mercado cada vez más competitivo, ¿qué elementos cree que marcan la diferencia?
En un mercado como el de la climatización, donde la competencia sopla fuerte desde todos los rincones, lo que realmente marca la diferencia no siempre es lo que más se ve (el precio), sino lo que mejor se siente. Y no hablo solo de confort térmico, sino de experiencia, confianza y cercanía.
En mi opinión, hoy más que nunca, el cliente valora tres cosas: la agilidad en la respuesta, el conocimiento técnico que resuelve sin rodeos… y el trato humano, que no se aprende en ningún catálogo. Porque seamos sinceros: puedes tener el mejor equipo del mundo, pero si no hay alguien al otro lado que entienda tu necesidad y te acompañe con criterio, no hay clima que lo compense.
Además, la capacidad de adaptarse (ya sea a nuevas normativas o a soluciones más eficientes) se ha vuelto clave. Aquí gana quien combina innovación con compromiso, tecnología con sensibilidad, y eficiencia con una sonrisa (incluso cuando hace 40 grados a la sombra).
En definitiva, lo que marca la diferencia no es solo lo que vendemos, sino cómo lo hacemos. Y ahí, el estilo y la actitud valen casi tanto como el SEER o el SCOP.
Usted liderará el desarrollo técnico de marcas propias como Ekokai, Yuoki y Quntec. ¿Cuáles son las prioridades tecnológicas que quiere impulsar en cada una?
Liderar el desarrollo técnico de marcas como Ekokai, Yuoki y Quntec es como dirigir una orquesta: cada una tiene su propio ritmo, su tono y su público, pero todas deben sonar afinadas, modernas y con alma.
Con Ekokai, la prioridad es seguir apostando por la eficiencia y la fiabilidad, pero sin perder de vista el diseño inteligente y la conectividad.
En el caso de Yuoki, la innovación pasa por ofrecer soluciones compactas y versátiles, pensadas para un mercado que busca equilibrio entre prestaciones y precio, sin renunciar a la calidad.
Quntec, por su parte, tiene un perfil más técnico-industrial, y ahí el reto es combinar robustez con inteligencia.
Todo con un enfoque muy claro: que el instalador confíe y que el cliente final apenas se dé cuenta de que el sistema está trabajando —porque lo hace tan bien, que ni se nota.
HDF trabaja además como distribuidor de otras marcas. ¿Cómo se articula la estrategia técnica y de producto entre ambos tipos de marcas?
En HDF vivimos con naturalidad entre dos mundos que, lejos de chocar, se entienden y se complementan: el de las marcas que desarrollamos con sello propio y el de aquellas que distribuimos con confianza. No hay tensión entre ambos, porque esto no va de competir… va de sumar. Es una sinergia pensada con cabeza, sí, pero también con mucha cercanía, con el compromiso de siempre dar la mejor respuesta al profesional que confía en nosotros.
Aquí, lo importante no es quién firma la caja, sino que lo que hay dentro funcione, resuelva y aporte valor. Que facilite el trabajo en campo, que no dé sorpresas, que esté a la altura del instalador que lo va a poner en marcha. Esa es nuestra misión, sea con una marca propia o con una de nuestros aliados de confianza.
En resumen, en HDF no hay doble discurso, ni catálogo esquizofrénico. Hay una sola estrategia: coherente, profesional y profundamente humana. Apostamos por la calidad, por la cercanía, y por esa sensación tan valiosa que queremos que el profesional tenga cuando trabaja con nosotros: la de respirar tranquilo.
Uno de los valores diferenciales de HDF es su amplia red nacional. ¿Cuántos puntos de venta tienen actualmente? ¿Abarcan todo el territorio nacional?
Actualmente contamos con más de 90 puntos de venta repartidos por todo el territorio nacional, y seguimos creciendo con una visión clara: ser accesibles, ágiles y, sobre todo, útiles. Desde las grandes ciudades hasta zonas menos urbanas, nuestra red está pensada para que ningún instalador se sienta lejos del soporte que necesita.
Abarcamos prácticamente todo el terriorio. Y si hay alguna zona que aún no cubrimos físicamente, ahí está nuestro canal digital. En definitiva, más que puntos de venta, lo que tenemos es una red de confianza extendida por toda España. Y eso, en un sector donde el tiempo, el consejo y la disponibilidad marcan la diferencia, vale oro… o al menos, vale una instalación sin sorpresas.
¿Qué beneficios aporta a un almacenista formar parte de HDF?
Entrar en la familia HDF no es solo sumar un proveedor, es ganar un compañero de ruta. Porque en un mercado tan dinámico como el de la climatización, lo que realmente marca la diferencia no es lo que tienes en el almacén, sino lo que tienes detrás: soporte, visión, respaldo y confianza.
Para un almacenista, formar parte de HDF significa acceder a un porfolio amplio, bien pensado, con marcas propias que evolucionan al ritmo del mercado y marcas homologadas con peso y prestigio.
También es pertenecer a una red nacional en la que compartimos experiencias, datos, estrategias y, por qué no decirlo, alguna que otra victoria. Porque aquí no competimos entre nosotros, colaboramos para crecer juntos.
En resumen, es pasar de ir por libre a tener un respaldo que multiplica tu capacidad, sin perder tu esencia local. Es jugar en equipo… pero sin dejar de ser tú quien mete el gol.
La red de empresas asociadas mantiene su identidad y autonomía, pero trabaja de forma cohesionada. ¿Cómo se consigue trasladar esa flexibilidad al ámbito del producto y el servicio?
¿Cómo lo conseguimos? Primero, entendiendo que cada empresa tiene su carácter, su esencia, su mercado y su manera de conectar con el cliente. No queremos uniformidad, sino una alianza basada en el respeto a esa individualidad. Por eso, ofrecemos un catálogo flexible, donde cada asociado puede seleccionar y adaptar las gamas según sus necesidades locales, sin perder la fuerza del respaldo común.
En el servicio, la clave está en la coordinación: protocolos claros, formación compartida y una comunicación constante que asegura que, aunque la forma cambie, la calidad y el compromiso sean siempre los mismos. Cada asociado mantiene su ‘voz’, pero la melodía que tocamos juntos es armoniosa y potente.
En definitiva, nuestra fórmula es simple: autonomía con apoyo, flexibilidad con coherencia. Así, cada empresa puede brillar con luz propia, pero también sumarse a un espectáculo mucho más grande.
“En un sector tan cambiante como el de la climatización, el asesoramiento técnico en el punto de venta no es un añadido, es esencial”
HDF apuesta por una filosofía de servicio integral, desde el diseño hasta la postventa. ¿Cómo se articula ese acompañamiento durante las distintas fases del proyecto?
En HDF estamos convencidos de algo simple, pero poderoso: acompañar al profesional no es un detalle… es la clave para que cada proyecto funcione como un buen sistema de climatización: silencioso, eficiente y sin sobresaltos.
Desde el principio, estamos ahí. En esa primera fase donde se barajan opciones, se revisan planos y se toman decisiones importantes. Escuchamos, aportamos ideas y buscamos juntos la mejor solución.
Durante la instalación, no nos limitamos a entregar el producto y desear suerte. Sabemos que ahí es donde todo cobra vida (o puede complicarse), así que ofrecemos apoyo en tiempo real, del que responde cuando más se necesita. Porque un buen arranque puede marcar la diferencia.
Y después, en la postventa, seguimos presentes. Porque los imprevistos existen, y cuando aparecen, lo importante no es evitarlos (ojalá), sino resolverlos con rapidez, cercanía y una buena dosis de humanidad.
En otras palabras, para nosotros, el servicio no es un “extra” ni una letra pequeña al final del catálogo. Es la base. El compromiso diario de estar ahí, no solo como marca, sino como aliados.
La formación técnica que ofrecen desde HDF aporta valor a sus clientes. ¿Qué tipo de contenidos y formatos considera más efectivos hoy en día para el instalador profesional? ¿Qué formación es la más demandada en estos momentos?
La formación técnica es mucho más que una simple transferencia de conocimientos: es el combustible que mantiene a nuestros instaladores siempre un paso adelante, casi como tener un aire acondicionado que sabe anticiparse al verano.
Hoy en día, los instaladores quieren cosas claras, prácticas y que realmente les sirvan. No hablamos solo de teoría, sino de soluciones ecoeficientes, sistemas conectados y, por supuesto, esos cambios normativos que a veces llegan como una ráfaga inesperada. Porque el instalador moderno ya no solo instala equipos; también debe saber manejarlos, optimizarlos e incluso controlarlos desde una app en el móvil.
En un contexto de evolución constante en normativa y tecnología, ¿cómo valora el papel del asesoramiento técnico en el punto de venta como parte del éxito comercial?
En un sector tan cambiante como el de la climatización (donde las normativas parecen cambiar con la misma rapidez que la temperatura), el asesoramiento técnico en el punto de venta no es un añadido… es esencial.
Es ese momento en que alguien, con conocimiento y cercanía, se pone al lado del profesional y le dice: “Vamos a buscar juntos la mejor solución”. Porque entre el catálogo y la instalación real, hay un mundo. Y ahí es donde entra el valor humano, ese que no se imprime en una ficha técnica, pero que marca la diferencia.
Un buen asesoramiento no solo resuelve dudas: construye confianza. Y cuando un instalador se siente acompañado, cuando sabe que detrás hay alguien que entiende sus retos y responde con claridad, no solo instala mejor, sino que se siente más fuerte, más respaldado… y vuelve. Porque, al final, lo que todos buscamos es saber que no estamos solos en el día a día.
Por eso, en realidad, no vendemos solo productos. Lo que ofrecemos son soluciones que van de la mano, con personas que están ahí para escuchar, orientar y sumar. Y en un entorno tan técnico, eso, la parte humana, sigue siendo lo más potente que podemos ofrecer.
“Nuestro compromiso con el instalador es claro: acompañarle con soluciones inteligentes, con soporte técnico de verdad y con una red sólida que le cubra la espalda”
Por último, ¿qué mensaje le gustaría trasladar al mercado profesional sobre esta nueva etapa en HDF y su compromiso con el instalador?
Desde HDF queremos que el mercado profesional sepa que estamos más comprometidos que nunca. No solo ofrecemos productos, sino que queremos ser ese compañero de confianza que siempre está listo para echar una mano.
Porque si alguien merece reconocimiento en este sector, es el instalador. Ese héroe silencioso que pelea cada día contra techos imposibles, cables rebeldes y manuales en cinco idiomas. Y lo sabemos bien. Por eso, nuestro compromiso es claro: acompañarle con soluciones inteligentes (de esas que funcionan sin peleas), con soporte técnico de verdad (del que responde cuando llamas, no el que dice “pulse 2 para esperar”) y con una red sólida que le cubra la espalda.
En resumen: estamos aquí, al lado del profesional, no para complicarle la vida, sino para hacerle el camino un poco más fácil… y, por qué no, más cómodo también. Porque en este oficio, como en la buena climatización, lo que importa es que todo fluya, y si puede ser, con buena compañía.





















































