OPINIÓN

"El reto fundamental es la implantación de la nueva Ley de Formación Profesional antes de 2028"

Entrevista a Víctor Pernía, director de la Escuela Técnica de Agremia

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En un momento de plena transformación energética y digital, el sector de las instalaciones —que engloba climatización, electricidad, fontanería, energías renovables, entre otros— necesita más que nunca profesionales bien formados, capaces de adaptarse a nuevas tecnologías, normativas y demandas del mercado. La formación se convierte así en un pilar estratégico para garantizar no solo la calidad de las instalaciones, sino también el relevo generacional en un sector que sufre una alarmante falta de mano de obra cualificada. En este contexto, Agremia, la Asociación de Empresas del Sector de las Instalaciones y la Energía de la Comunidad de Madrid, desempeña un papel fundamental. A través de su departamento de formación, ofrece una amplia oferta de cursos y certificaciones para instaladores, tanto en activo como en formación, y trabaja activamente para atraer nuevas generaciones a una profesión con futuro. Para conocer mejor las necesidades actuales del instalador, los itinerarios formativos disponibles, y el enfoque que Agremia está dando a los retos presentes y futuros del sector, hablamos con su responsable de formación, Víctor Pernía y que en la última Junta Directiva de Conaif, celebrada el 13 de junio, ha sido designado nuevo ponente de la Comisión de Formación de la Confederación.

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Sabemos que la Comunidad de Madrid cuenta con una oferta formativa muy potente en HVAC. ¿Podría explicarnos en qué consiste esa oferta y cómo se ha adaptado a la nueva Ley de FP?

La oferta es amplia e incluye tanto los ciclos formativos de FP tradicionales, de grado medio y superior, como la formación para el empleo. Lo fundamental es que, desde 2022, con la Ley 3/2022 de FP, se ha ordenado y agrupado toda la formación orientada a los oficios y al empleo. Los certificados profesionales que nosotros impartíamos se han integrado en esta nueva ley, convirtiéndose ya en un grado más de la Formación Profesional.

Por tanto,  ¿los cursos con certificado profesional que imparten en Agremia ahora tienen el mismo estatus que un grado de FP?

Efectivamente, desde 2022. Antes, la gente conocía la FP Básica, el Grado Medio y el Grado Superior. Pues bien, esa formación reglada tradicional es ahora uno de los cinco grados que ha creado la nueva ley: Grados A, B, C, D y E. Los certificados profesionales que impartimos son el Grado C, mientras que los títulos tradicionales de FP (Básico, Grado Medio y Superior) son el Grado D. El Grado E se reserva para los cursos de especialización. En nuestro sector, los Grados C y D son los más demandados porque los certificados profesionales (Grado C) habilitan directamente para el ejercicio de un oficio concreto.

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Y para los nuevos profesionales que se incorporan al sector, ¿cuál es el camino más habitual actualmente?

Hay un doble grado, el de Frío, Climatización y Calor, que se imparte en seis o siete centros de estudios en Madrid. Con este curso de tres años, los alumnos salen acreditados como frigoristas e instaladores térmicos. No obstante, más del 90 % de la formación que impartimos se realiza en los centros de la Comunidad de Madrid ubicados en Moratalaz, Paracuellos, Leganés, y a través de programas con entidades como Norte Joven o Pinardi, que otrogan certificados profesionales. Estamos impulsando mucho los contratos de alternancia, lo que llamamos nuestro 'Proyecto Cantera', para atraer a jóvenes.

Háblenos más del 'Proyecto Cantera'. ¿Cómo funciona y qué demanda está teniendo?

Consiste en que las empresas ofrecen un contrato laboral de alternancia a menores de 30 años. El 65% de la jornada la dedican a trabajar en la empresa, y el otro 35% vienen a uno de nuestros centros a recibir formación acreditada, ya sea de certificado profesional o de FP. Actualmente, tenemos cinco programas en marcha, con un cupo para 15 alumnos por programa, aunque a veces hay bajas por diversos motivos.

Y en cuanto al perfil de estos jóvenes, ¿hay colectivos específicos o presencia femenina?

Nos enfocamos en chavales jóvenes. Tenemos algunos inmigrantes, pero todavía la participación de la mujer es un desafío. De todos nuestros programas, en total, ahora participan tres mujeres. Con Veolia, por ejemplo, el año pasado ya hicimos un programa piloto. Ellos seleccionan a 15 chicos y chicas sin formación inicial, es decir, que no tengan ningún título que les acredite para el ejercicio profesional en el sector, y deben haber estado en paro los tres meses anteriores. Además, a ellos les interesa mucho la diversidad, por lo que seleccionan 10 jóvenes y 5 personas mayores de 45 años, y apuestan por la incorporación femenina.

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La verdad es que fue un éxito rotundo. De los 15 alumnos que iniciaron, 14 terminaron y 13 se quedaron trabajando. Estos programas son vitales para paliar la falta de jóvenes en el sector. A priori, nuestro sector no es tan "glamuroso”. Pero tenemos que vender lo que sí lo es: que estamos en el centro de la transformación energética, con cambios tecnológicos brutales, donde cada vez se necesitan más técnicos con habilidades digitales, para la regulación y el control. Las energías renovables son un gran atractivo para los jóvenes preocupados por el medio ambiente. Y lo que mejor funciona para atraerlos es ofrecerles un trabajo desde el primer día.

“Lo que mejor funciona para atraer a los jovenes es ofrecerles un trabajo desde el primer día, como ocurre con los contratos de alternancia”

¿Cómo logran esa captación de jóvenes, especialmente aquellos que quizás no optaron por estudios universitarios?

Nos apoyamos en entidades del tercer sector como Norte Joven, Tomillo, el Secretariado Gitano o Pinardi. Son ONGs que trabajan directamente con colectivos de jóvenes que necesitan apoyo y una salida profesional. Nosotros les ofrecemos esa salida. A ellos les interesa que los chicos salgan adelante, y a nosotros, atraer a personal al sector, para que tengan una profesión para toda la vida e, incluso, puedan crear sus propias empresas. No es el primer caso de chicos que se formaron con nosotros y ahora tienen una empresa propia con  empleados a su cargo. Es una gran satisfacción.

Históricamente, la formación en el sector era de "padres a hijos" o entrando como aprendiz.  Ahora se necesita titulación. ¿Qué opciones ofrecen para los trabajadores ya en activo que quizás no tienen una acreditación formal?

Para los que ya están trabajando, tenemos programas específicos por las tardes, normalmente subvencionados por la Comunidad de Madrid, el SEPE o el Ministerio de Educación. Utilizan fondos de las cuotas de seguridad social de los trabajadores y fondos europeos. Estos cursos se imparten a partir de las 5 de la tarde, de 17 a 22 h. en nuestro centro de Avenida de Córdoba y en los centros de referencia nacional como Moratalaz, Paracuellos y Leganés. La duración varía según la especialidad; por ejemplo, fontanería son 320 horas, gas 460, y electricidad, que es el certificado completo del RBT, son 840 horas. Todos incluyen un módulo de prácticas en empresa.

¿Cómo planifican la oferta formativa y qué factores consideran prioritarios?

Programamos la formación en función de las necesidades detectadas en el sector. Estamos en contacto permanente con la Dirección General de Formación de la Comunidad de Madrid. Nos consultan sobre las prioridades formativas. Por ejemplo, la energía solar fotovoltaica tiene prioridad máxima, mientras que la solar térmica, al estar más estancada, tiene una prioridad media o baja. En nuestro sector, especialidades como electricidad, climatización, frío, calefacción y gas son todas de máxima prioridad, salvo fontanería que es B. Esta priorización se basa en los informes de egresados que analizan la inserción laboral. En nuestras especialidades, la media de contratación a los seis meses es del 76%, y en gas, sube al 82%. Esto demuestra la alta empleabilidad de nuestros alumnos.

Hablando de la nueva Ley de FP Dual, el gran reto es la implicación empresarial. ¿Cómo se está gestionando esto?

La nueva ley exige que todos los alumnos de FP pasen por las empresas, y parte de su currículum formativo debe desarrollarse allí, con evaluación y un tutor formador. Estamos hablando de 1.1 millones de alumnos al año en España. Las empresas tienen que “creer en el sistema”, porque sin su participación, los alumnos no obtienen el título. Para una empresa privada, que busca ser pragmática, la formación en alternancia resulta más económica.

Para una empresa privada, que busca ser pragmática, la formación en alternancia resulta más económica.

¿Y qué bonificaciones concretas tienen las empresas que apuestan por la alternancia?

La formación del 35% de la jornada está bonificada; es un módulo de 8 euros/hora. La seguridad social tiene bonificaciones del 100% en la mayoría de los casos, y el salario es del 65% del convenio. En definitiva, tener a uno de estos chicos en un programa de alternancia le supone a la empresa menos de 1.000 euros al mes. La idea es que la empresa colabore, y que, al cabo de un año, ese joven, aunque no sea un oficial de primera, ya sea un trabajador que conoce la empresa, sus métodos, y tiene una titulación oficial. Es una apuesta inteligente, porque si un profesional es válido y se ha invertido en su formación, la empresa querrá retenerlo.

¿Cómo pueden las empresas interesadas acceder a estos programas?

Directamente con nosotros. Cualquier empresa interesada puede ponerse en contacto con la Escuela de Formación de Agremia.

Finalmente, con su visión y experiencia, ¿qué retos formativos prevé para los próximos años en el sector?

El reto fundamental es la implantación de la nueva Ley de Formación Profesional antes de 2028. Es nuestra gran esperanza y oportunidad para que la formación de los profesionales esté en consonancia con las necesidades de las empresas, rompiendo con el modelo tradicional donde ambos iban por separado. En el País Vasco, este modelo ya funciona con éxito desde hace años porque las empresas y los centros de formación están muy conectados. Aquí, necesitamos ese mismo compromiso. Hay que cambiar el chip de la empresa: para ganar dinero necesitamos profesionales, y para tenerlos, todos debemos involucrarnos en la formación. No podemos dejar trabajos sin hacer por falta de personal cualificado.

"Hay que cambiar el 'chip' de la empresa: para ganar dinero necesitamos profesionales, y para tenerlos, todos debemos involucrarnos en la formación"

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