Expertos británicos investigan la influencia de actividades recreativas en la difusión de fiebre aftosa
Durante el brote de fiebre aftosa del Reino Unido en 2001, las autoridades locales restringieron el acceso rural para tratar de prevenir la propagación de enfermedades por parte de personas y animales, lo que tuvo importantes consecuencias socioeconómicas para las comunidades rurales.
Partiendo de esa base, investigadores británicos han realizado un estudio en el que se describen los resultados de las evaluaciones cualitativas de riesgo veterinario para evaluar la probabilidad de que diferentes actividades recreativas causen nuevos brotes de fiebre aftosa, como parte de la planificación de contingencia para brotes futuros. Este artículo se enmarca en la preocupación que está despertando la posible aparición de la fiebre aftosa.
Para la mayoría de las actividades, se considera que la probabilidad de causar nuevos brotes de fiebre aftosa varía de muy baja a media dependiendo de la zona de control (que se basa en la distancia a las instalaciones infectadas más cercanas), suponiendo el cumplimiento de las estrategias de mitigación especificadas. La probabilidad de nuevos brotes asociados con la caza, tiro, acoso y actividades ecuestres se considera mayor. Hay áreas de incertidumbre significativa asociadas con la escasez de datos, en particular con respecto a la probabilidad de transmisión a través de fómites.
Este estudio proporciona evidencia científica para apuntalar el refinamiento de los planes de gestión de acceso rural e informar la toma de decisiones en futuros brotes de enfermedades.
El artículo se ha publicado en la revista científica Frontiers in Veterinary Science y está elaborado por investigadores escoceses del Colegio Rural de Escocia, la Universidad de Glasgow y la Universidad de Edimburgo. En concreto, los investigadores son los siguientes: Harriet Auty, Dominic J. Mellor, George J. Gunn y Lisa Boden.