El queso de Los Beyos deberá esperar al menos hasta septiembre por su distintivo
Los quesos de Los Beyos tendrán que esperar para llevar la etiqueta de su Identificación Geográfica Protegida (IGP). A pesar de que un principio los productores esperaban poder aprovechar el distintivo para comercializar su producto de cara al verano, esto tendrá que esperar al menos hasta el mes de septiembre, debido a un retraso que los fabricantes de este preciado queso achacan a las trabas burocráticas.
De momento, el Laboratorio Interprofesional Lechero de Asturias (LILA) trabaja para conocer la viabilidad de una marca para la que de momento sólo existen dos fabricantes dados de alta interesados en su utilización, ambos del concejo de Amieva, además de un grupo de particulares que han mostrado su intención de poner en marcha otra explotación ubicada en la localidad amievense de La Fresneda.
Estos productores interesados son la Quesería Jaime de Pregondón y la Quesería La Collada de Cirieñu, que el pasado mes de mayo acordaron aportar conjuntamente 13.000 euros para llevar a cabo todos los trámites necesarios para que el queso fuese etiquetado. “Es una pena que no podamos etiquetar ya, pues en verano es cuando más vendemos debido al turismo”, señala Aurora González, de la quesería La Collada, que dice apreciar un descenso de las ventas en los últimos años a pesar de mantener unos precios competitivos de entre 8 y 10 euros para el kilo de queso de leche de vaca y de entre 12 y 15 euros para el de leche de cabra y oveja.
Una situación que los productores confían en revertir cuando llegue una IGP que fue reconocida el pasado mes de marzo por Bruselas, para la que admiten se están encontrando más trabas de las que pensaban. “Son temas burocráticos que llevan más tiempo de lo que pensábamos y que nos impiden aprovechar ya las bondades del etiquetado”, cuenta el presidente de la Asociación de Productores de Los Beyos, Marino González, que dice ser consciente de las particularidades de un sector demasiado pequeño. “Somos un caso aparte, con sólo dos productores de momento, pero esperamos que una vez que se pueda etiquetar la promoción aumente y más gente se anime a producir”, explica González.
Entre las bondades que esperan aprovechar una vez iniciado el etiquetado, cuya gestión será llevada a cabo por la propia asociación de productores y no por un consejo regulador como ocurre con otros distintivos, se encuentran la posibilidad de poder participar en las promociones institucionales que promueve la administración regional de los distintivos autóctonos, además de ser más conocidos por los consumidores.